arreglarme, ni a comprarme ropa -no tenia un centavo-; nunca mas cuide de mi cuerpo, corria de un lado a otro de la ciudad pasando a buscar ninos y tratando de llegar a la hora para mis clases. Entremedio, inventaba resquicios para pasar por el supermercado, cocinar escualidas comidas (no dejaban satisfecho a nadie), lavar platos, preparar uniformes y mochilas, y finalmente dormirme, exhausta. Sonreia poco en ese entonces.
Me apegaba a Celeste como a mi unica complice. Las mujeres nacimos -?o fuimos criadas asi?- atentas al acontecer de los otros, y muy poco al propio. En el lenguaje de lo no dicho, siempre pendientes, preparandonos para «el otro final»: la maternidad. El nino hombre no ve nada, simplemente juega a la pelota; en cambio, la nina se preocupa porque la cara de la mama esta triste: ella sabe desde siempre cuales son los gestos de la tristeza.
Lo supieron mi abuela Adriana, mi madre Marta; lo supe yo, y lo supo mi hija Celeste.
Ese tiempo no tiene color en mi memoria. Permanentemente nublado. Fue tan largo. Pense que ya nada placentero me aguardaba en la vida. Que todo seria eternamente asi. ?Por que una nunca tiene lucidez para entender que las crisis -o los tiempos malos -pasan?
(Domingo, media tarde en casa de mis padres. El tedio va tinendolo todo. Estoy aburrida, los ninos miran la television, aburridos tambien. Mis padres le arrancan al mismo tedio durmiendo la siesta. Tomo una revista de espectaculos. De repente, mirando la vida de los artistas, pienso: yo estare ahi algun dia. ?Como o por que? «Arranquemonos de lo opaco, Jose, arranquemonos», me dijo mil veces Violeta. Mi vida no puede ser esta chatura y nada mas. El deber cumplido entre cuatro paredes: las de mi casa, las de los tres colegios, las de mi ciudad. No resisto la oscuridad de mi destino, y temo que asi sera eternamente si yo, con mi voluntad, no lo doy vuelta. Las alumnas, el sueldo exiguo, la misma materia ano tras ano, la pequenez de mi entorno. No. Volvi a mirar a los privilegiados de la revista. Al menos han hecho algo que amerite una noticia, una fotografia. Me levanto del sillon, inquieta. Algo me ha sucedido. Una luz: la indicacion de que puede eventualmente existir otro mundo, y que de mi depende.)
Entonces, por unos instantes, la planura se quebro gracias al vestido verde. Solo por unos instantes. Yo no conocia el tacto de la seda, de la verdadera seda. Una amiga me presto este vestido para un matrimonio. Me lo probe frente al espejo en la soledad de mi dormitorio, tambien a media tarde. Algo fuerte paso frente a ese reflejo. Hay gente que puede esperar toda la vida para tener una vision y nunca le llega. No se improvisa, no es llegar y tener una vision. Y frente a ese espejo yo la tuve. Vi que el mundo era amplio y me senti voluptuosa en el. Las alas. El mundo se develo ancho en mi propia imagen e intui cosas fastuosas, sensuales, fantasias posibles de encarnar. Era absurdo sentir aquello con la vida que llevaba. Sin embargo, tocando la seda de ese vestido verde, mirando mi cuerpo envuelto en ella, supe con certeza que en el futuro me aguardaba algo extraordinario.
Solo en las noches me permitia recordar a Roberto.
Me pellizcaba los brazos hasta hacerme dano. A veces las piernas: dejaba en ellas rastros morados. No por masoquismo; lo hacia para estar segura de que estaba viva.
De que era cierto que Roberto no lo estaba.
Mi vida sexual empezo con el, lo anterior fueron juegos sin importancia. Sentiamos mutuamente una gran dependencia fisica. Habia sido poseida por el, con toda la envergadura e infinitud que puede llegar a representar ese termino. Nunca por nadie mas. Su contacto era irremplazable. Llegue a pensar, en ciertos momentos, que el contacto lo era todo. Lloraba esas noches, pensando que jamas volveria a ser carne con otra carne, que ningun cuerpo en el mundo podria volver a darme lo que me dio el suyo.
Hasta que aparecio Andres. ?Que fragilidad la del sexo! La primera vez que Andres me beso, cai en cuenta de que mi piel se quemaba. Nunca mas lo sentiria, eso me habia dictado el cuerpo; y sin embargo lo senti. Cuerpo traicionero. Ningun tacto es unico y definitivo, esa fue mi leccion. Es el eslabon mas debil, por ahi se corta toda cadena, a la larga. Y la mujer que no lo cree asi, que encierra su sexualidad creyendo en el imbatible circulo de un solo cuerpo, esta -?gracias a Dios!- equivocada.
Violeta vivia en Roma cuando gane el Festival de Vina. El pais, en manos de los militares. Probablemente, a ella le parecio mal que me presentara, cuando tantos otros cantantes estaban en el exilio, muertos o desaparecidos. Estrella de la dictadura. Fue un amigo musico el que me convencio, y el mismo me acompano con la guitarra (y lo ha hecho mil veces despues). Y comenzo esta espiral. Fue en medio de ese ir y venir que me presentaron a un prestigioso abogado que se llamaba Andres Valdes. Se me acerco en una comida para decirme cuanto le gustaban mis canciones. Se lo agradeci, como solia hacerlo, pero ademas repare en los huesos de su cara, muy cuadrada, y en las dos lineas que se formaban en sus mejillas cada vez que me sonreia.
– Brahms y usted -me dijo- son las unicas cassettes que tengo en el auto.
A pesar de que yo iba acompanada, ofrecio llevarme. Me negue.
Al poco tiempo, me toco actuar en el Casino de Vina del Mar. En el camarin encontre unas rosas, todas rojas, con su tarjeta.
Se lo comente a Pamela, que era su colega.
– Cuidado, Josefa, mira que Andres es un seductor -me dijo-. Gran abogado, criminalista. Tiene un bufete y le va de pelicula. Pero esta casado hace quince anos, por lo menos.
– ?Y que tal la mujer?
– Mira, el otro dia los encontre tomando te en el Riquet, en Valparaiso. El leia el diario y no vi que conversaran una sola palabra. Ella se hacia cargo de los pedidos de los ninos, que ya son grandotes. Pero no le dio ni la hora.
– Y de aspecto,;como es?
– Tiene pinta de high, muy fina, con ropa cara y el pelo bien cortado. No diria que es regia, no. Es elegante, que no es lo mismo.
Cuando cante en el Teatro Municipal, acompanando a un connotado pianista, otra vez me esperaban rosas en el camarin. Todas rojas. Y afuera, el. Esta vez no tuve voluntad para negarme y lo acompane.
Creo que a Andres le paso conmigo lo mismo que a muchos hombres sensibles con algunas mujeres. Como si en otra reencarnacion me hubiera entregado ciertas cualidades que, al depositarmelas, al desembarazarse de ellas, le hubiesen permitido ser un hombre con todas las de la ley. Cuando ademas de hombre quiso ahora ser un ser humano, volvio a buscarlas. Y las encontro dentro de mi.
Andres necesito su union conmigo para restaurar en si mismo las partes que lo harian sentirse un ser humano completo.
4.
La experiencia de repliegue de Violeta ha comenzado.
No me sorprendio, cuando llego su primera carta, que estuviese timbrada en Guatemala. Venia dirigida a Andres y a mi.
Queridos, queridos:
Vivo en «la Antigua», como dicen aqui, la bella durmiente de America Latina.
Trabajo en un taller de muebles que se llama «Reminiscencias Espanolas».
Bob esta conmigo estos dias.
Gabriel crece rozagante.
Llegue con los poros cerrados. Solo han podido abrirse en Antigua. Esta si lleva toda la piel de America en su piel.
Estamos en una pension mientras busco casa para instalarnos. Tengo listo el colegio para Jacinta. Nada mas por ahora.
Porque si quisiera darles las gracias como corresponde, no tendria forma de hacerlo. No tendria.
Violeta
Ella nunca tuvo dudas sobre cual seria su paradero. Creo que lo supo desde el primer dia que entro en la