frescas», como dice, vendio todo lo que tenia y partio. Segun ella, la gente de teatro hace estas cosas. Vivieron seis meses en la isla, en la onda mas primitiva. Cuando la visa se les vencia y tuvieron que cruzar la frontera para volver a entrar, decidieron venirse a Antigua a aprender espanol y a ganarse la vida ensenando ingles. Se instalaron por un par de meses. El dia antes de partir, mientras Barbara hacia las maletas sin muchas ganas, supieron la noticia: un huracan habia azotado la Isla Mujeres y la casa, fragil y precaria, habia sido arrasada.

– ?Y se quedaron aqui?

– Si. Barbara instalo una tienda de ropa que se transformo a la larga en la sofisticada boutique que conociste hoy. Combina los materiales nativos con disenos europeos hechos por ella. Le empezo a ir bien, hoy en dia exporta a Japon y a Estados Unidos.

– ?Vive sola?

– Si, con dos gatas y una esta embarazada. Acaba de introducir en su hogar al primer componente masculino: un perro.

– ?Por que las canadienses pueden hacer eso y nosotras no?

– Porque nosotras tenemos un raro sentido de raigambre. Pero el punto no es ser chilena o canadiense. El punto son las opciones -me contesta Violeta mientras juega con su anillo de piedra cruz.

– ?Como?

– Barbara no opto ni por el matrimonio ni por la maternidad. Eso es lo que le da ese aire de libertad que percibes en ella.

– Yo nunca podria vivir asi. Que Santiago, que mi mama, que Andres, que los ninos… Todo me ata, me tira, me estrangula. ?Por que no naci canadiense, por la cresta?

– Ni aunque lo hubieras sido… -Violeta se rie de vuelta.

Pido otro cafe, rumiando el tema de mis raices y con una envidia declarada hacia gente como Barbara, hacia todos lo que sean algo distinto de mi.

– Aparte de Barbara y de Monica, tu amiga argentina, ?tienes amigas propiamente antiguenas?

– No.

– ?Por que? -no ceso de interrogarla, impaciente por entender la vida de esta ciudad. La iras entendiendo a medida que la vivas, me habria dicho Andres. Pero quiero anticiparme.

– Porque en Antigua conviven tres estamentos: los antiguenos, los extranjeros y los indigenas. Son tres mundos distintos y se relacionan poco entre si.

– ?Y los antiguenos?

– Han estado aqui desde siempre, hay familias que no se movieron ni con el terremoto de 1773. Viven en esas casas grandes, cerradas, toda la vida vertida hacia adentro.

– ?La suerte de ellos! No deben sospechar lo que es la neurosis.

– No te creas, son bien latosos. El interior de las casas es el centro mismo de sus actividades. Los hijos estudian aqui la secundaria y cuando van a la universidad, si es que van, lo hacen en Ciudad de Guatemala.

– Como Jacinta.

– ?Sabes? Las mujeres de nuestra edad no son profesionales, ninguna. Su destino ha sido el mas tradicional, casarse jovenes, tener marido, casa e hijos, y dedicarse a ellos. Son una sociedad cerrada y sin mucha inquietud intelectual.

– Como toda provincia…

– Jacinta me cuenta que en sus casas, que yo apenas conozco, no hay libros. En Antigua misma el comercio de libros casi no existe, apenas hay algunas librerias norteamericanas de libros usados. ?Te das cuenta el hambre?

– No me sorprende. Y no creo que sea solamente por ser provincia. Fijate, a un fotografo amigo mio le pidieron que hiciera unas fotos de las casas mas lindas y ricas de Santiago para una revista de diseno. Se metio en cada rincon de esas casas, buscando los mejores angulos. Cuando termino el trabajo, salio escandalizado: esas casas maravillosas no tenian libros. Ni un solo libro.

– ?De donde sacaran ideas, entonces? -se pregunta Violeta muy seria.

– De donde sacaran placer, me pregunto yo. Y tu, ?como lo haces?

– Bueno, para algo sirve tener un papa librero. Me llegan a Ciudad de Guatemala, a la casilla de Bob. Aqui el correo es casi inexistente. Ademas, cuento con las suscripciones de Bob al New York Review of Books y otras, y cuando el va a Estados Unidos o vienen sus amigos para aca, yo hago mis encargos. Abastezco de libros a un buen sector de la comunidad extranjera, siempre los tengo prestados.

– ?Por que hay tanto extranjero aqui?

– Por las escuelas de espanol. Mira, de los treinta mil habitantes con que cuenta la ciudad, los extranjeros son al menos diez mil. No siempre los mismos, son una poblacion flotante. De toda esta parte del continente, Antigua es la que cuenta con la ensenanza mas sistematizada del espanol. ?Hay como ochenta escuelas en la ciudad! La mayoria con ensenanza super personalizada. No faltan las mujeres que, sin ser profesoras, se dedican a esto para casarse con un gringo: es la gran meta de las antiguenas jovenes.

– Pero estan los extranjeros como tu, ?verdad?, que no tienen nada que ver con la ensenanza del espanol.

– Si, pero en su mayoria son personas que vinieron a estudiar -norteamericanos, suecos, noruegos-, se enamoraron y se quedaron. Antigua es magica, Jose: no pueden dejar de volver y terminan instalandose. Aqui tengo una amiga, Elizabeth, cuyo padre la trajo a vivir a los catorce anos, a fines de los anos sesenta, cuando esto era un peladero; el vino desde Estados Unidos a escribir un articulo, se enamoro y se quedo para siempre. La verdad es que la sofisticacion, las restauraciones y los estudios de la ciudad se los debemos, en gran medida, a los extranjeros que la han amado.

– Debe ser emocionante vivir en un lugar que es patrimonio de la humanidad. Yo me sentiria importante.

Violeta sonrie.

– Tu perteneces a la categoria de los que inyectan a la ciudad su vida y cultura, ?verdad?

– Bueno, si… A los guatemaltecos que viven en la capital y vienen por el fin de semana no los veras nunca, ni te los toparas en ninguna actividad. No van a nuestras galerias ni a nuestros cafes. Vivimos en mundos paralelos que no se tocan.

– ?Tampoco se agreden?

– Jamas! -exclama enfatica-. La gente de este pais es la mas amable del mundo, ya lo habras notado. Y Antigua es una ciudad cero agresiva, esencialmente pacifica. Debe ser uno de los lugares menos violentos del mundo, y eso no es poco decir hoy en dia.

– Conociendote, debe haber sido determinante para que tomaras la decision de vivir aqui.

– Si. ?Me creerias que ni siquiera la politica la cruza? Ni la guerrilla, ni los golpes de Estado… nada. Los antiguenos saben que existe un Presidente de la Republica solo porque los propios presidentes tienen casas de fin de semana aqui, y cuando vienen se ve a gente del ejercito por la calle, eso es todo.

– Me da la impresion de un lugar aislado, congelado en el tiempo.

– Es asi. El tiempo se detuvo hace siglos en Antigua. Ello es parte de su belleza. Es una ciudad que ve a la gente pasar, vivir y partir.

– Pero eso es triste.

– No… No si tienes lo que amas a tu alrededor. Cuando en el interior de uno las cosas estan asentadas, que partan los demas no importa.

Siento que la odio un poco. ?Como puede tener tantas certezas! ?De verdad cree que lo ha resuelto todo? ?Es que se le olvida que asesino a un hombre?

– Yo me meto poco con el mundo exterior -continua ingenuamente, sin ser tocada por mis malos pensamientos-. Justo lo indispensable para no sentirme un lobo estepario. Parezco antiguena: mi casa es mi centro, ahi sucede una buena porcion de la vida. Por salud mental, voy a la capital una vez a la semana. Y al menos una vez al ano al extranjero.

– Es otro sentido del tiempo, ?verdad?

– No tengo agenda. Eso te lo explica todo, ?no?

– Pero Violeta, ?como puede un ser humano en el siglo veinte vivir sin agenda? -pregunto horrorizada.

– Es que no estoy segura de vivir en este siglo.

– Tienes telefono, television, cable, Bob tiene computador y fax…

– De acuerdo, tenemos elementos del fin de siglo para no tener que vivir definitivamente en el.

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