desaparecer por completo.

Tenian muy poca informacion acerca de Kolbrun. Habia nacido en 1934 y denuncio a Holberg por violacion el 23 de noviembre de 1963. Antes de salir para Keflavik, Sigurdur Oli habia leido el contenido de la denuncia, en la que figuraban datos sacados de un informe policial que describia los hechos. Sigurdur Oli lo habia encontrado en los archivos de la policia siguiendo las indicaciones de Marion Briem.

Kolbrun tenia treinta anos cuando tuvo a su hija Audur. La violacion habia ocurrido nueve meses antes. Segun la declaracion de Kolbrun, los hechos sucedieron de la siguiente manera: habia conocido a Holberg en la sala de fiestas Krossmn, que entonces estaba entre los pueblos de Keflavik y Njardvik. Era un sabado por la noche. No lo conocia ni lo habia visto antes. Ella estaba con dos amigas, y Holberg y dos amigos suyos estuvieron bailando con ellas. Cuando la sala de fiestas cerro, decidieron ir todos a casa de una de las amigas de Kolbrun y tomar alli unas copas. Poco despues, Kolbrun decidio irse a su casa. Holberg se ofrecio para acompanarla, asi iria mas segura. Ella acepto. Ninguno de los dos habia bebido mas de la cuenta. Kolbrun dijo que habia bebido dos vasitos de vodka y algun refresco en la sala de fiestas. Holberg no habia bebido nada esa noche. Le habia dicho a Kolbrun que estaba tomando medicamentos por una infeccion en el oido. Junto con la denuncia habia un certificado medico que lo confirmaba.

Holberg le pregunto si tenia telefono, queria llamar a un taxi para ir a Reikiavik. Ella vacilo un momento, pero luego le indico donde estaba el telefono. El entro en el salon; mientras, ella se quedo en el recibidor quitandose el abrigo y luego se fue a la cocina para beber un vaso de agua. No oyo cuando el dejo de hablar por telefono, ni siquiera podia estar segura de que verdaderamente hubiera hablado. Solo noto, de repente, que estaba detras de ella cuando bebia agua en la cocina.

Se asusto, se le cayo el vaso al fregadero y el agua salpico la mesa. Solto un grito cuando sus manos le apretaron los pechos. Se zafo como pudo y corrio hasta el fondo de la cocina.

– ?Que haces? -le pregunto ella.

– Vamos a divertirnos un ratito -le contesto el, y se quedo de pie delante de ella.

Alto, buen cuerpo, manos fuertes y dedos largos.

– Quiero que te vayas -dijo ella con determinacion-. ?Ahora! Vete, por favor.

– No, vamos a divertirnos un poco -repitio el.

Se acerco un paso y ella extendio las manos para detenerlo.

– ?No te acerques! -le grito-. ?Llamare a la policia!

De pronto se sintio muy sola e indefensa con ese hombre que habia dejado entrar en su casa y que ahora la tenia acorralada con las manos detras de la espalda e intentaba besarla. Lucho contra el, pero no le sirvio de nada. Intento convencerle hablando con el, pero su impotencia iba en aumento.

Erlendur se sobresalto cuando un camion toco el claxon, lo adelanto en medio de un terrible estruendo y lo inundo de agua. Dio un golpe de volante y derrapo. La parte trasera del coche se fue hacia un lado y por un momento Erlendur penso que iba a perder el control y a salir de la carretera dando vueltas de campana. Disminuyo la velocidad bruscamente y logro mantenerse sobre el asfalto, no sin maldecir al camionero, que ya habia desaparecido bajo la lluvia.

Veinte minutos mas tarde llego a una pequena vivienda de madera en la parte vieja de Keflavik. La casa era blanca, estaba rodeada por una valla y tenia un jardin bien cuidado.

La hermana de Kolbrun se llamaba Elin y era algunos anos mayor que ella. Estaba jubilada. Cuando Erlendur llamo al timbre, Elin estaba en el recibidor de la casa, a punto de salir. Le miro sorprendida. Era bajita y delgada, de mirada dura, pomulos altos y arrugas alrededor de la boca.

– Crei haberte dicho por telefono que no queria tener nada que ver contigo ni con la policia -dijo con enfado cuando Erlendur se hubo presentado.

– Ya lo se -contesto Erlendur-, pero…

– Te voy a pedir que me dejes en paz -dijo Elin-. No tendrias que haberte molestado en venir hasta aqui.

Salio fuera y cerro la puerta. Bajo los tres escalones que habia delante de la entrada, abrio la cancela del jardin y se fue calle abajo. Dejo abierta la puerta del jardin para hacer saber a Erlendur que lo queria fuera de alli. Ni siquiera le miro. Erlendur se quedo de pie en las escaleras y la vio alejarse.

– Sabes que Holberg ha muerto -le grito Erlendur.

Ella no contesto.

– Lo asesinaron en su domicilio. Eso ya lo sabes.

Erlendur habia salido a la calle e iba andando despacio detras de Elin. Ella llevaba un paraguas negro para protegerse de la lluvia. Erlendur solo llevaba un sombrero. Elin aligero el paso y el intento alcanzarla acelerando el suyo. No sabia que decirle para llamar su atencion y conseguir que le escuchara. Tampoco sabia por que la mujer reaccionaba de aquella manera.

– Queria preguntarte sobre Audur -dijo.

La mujer se paro en seco y fue hacia el con cara de enojo.

– Tu, poli inutil y de poca monta -siseo entre dientes-. No la nombres siquiera. ?Como te atreves? Despues de todo lo que le hicisteis. ?Desaparece! ?Desaparece en este mismo momento! ?Poli inutil!

Miraba a Erlendur con odio en los ojos, pero el no bajo la vista.

– ?Despues de todo lo que le hicimos? -pregunto-. ?A quien?

– ?Fuera! -grito la mujer, se dio la vuelta y dejo a Erlendur plantado donde estaba.

No tenia ganas de seguir detras de ella, asi que se quedo mirando como se alejaba bajo la lluvia, algo encorvada con su abrigo verde y unas botas de goma que le llegaban por encima del tobillo. Pensativo, volvio hasta su coche, que estaba aparcado delante de la casa de Elin. Subio al vehiculo, encendio un cigarrillo, bajo la ventanilla y puso el motor en marcha. Dio marcha atras y salio lentamente del aparcamiento, puso la primera y paso por delante de la casa.

Inhalo el humo y volvio a notar ese ligero dolor en el pecho. No era nada nuevo. Erlendur estaba preocupado por esa pequena molestia desde hacia casi un ano. Un dolor tenue que le molestaba al despertarse por las mananas, pero que solia desaparecer rapido despues de levantarse. El colchon de su cama no era bueno. A veces, cuando estaba mucho rato acostado, le dolia todo el cuerpo.

Inhalo un poco mas de humo.

Ojala fuera el colchon.

El movil sono dentro de su bolsillo en el momento en que apagaba el cigarrillo. Era el jefe del departamento tecnico, que le comunico que habian logrado descifrar la frase de la lapida y habian encontrado su origen en la palabra de Dios.

– Es un fragmento del salmo 64 de David -dijo el jefe.

– Bien -repuso Erlendur.

– Guarda mi vida del temor al enemigo.

– ?Que?

– En la lapida pone: «Guarda mi vida del temor al enemigo». Es de los salmos de David.

– Guarda mi vida del temor al enemigo.

– ?Sirve eso de ayuda?

– No tengo ni idea.

– Habia dos huellas dactilares en la foto.

– Si, Sigurdur Oli ya me lo habia dicho.

– Una es del fallecido, pero la otra no la tenemos en nuestros registros. Es poco clara. Seguramente es una huella muy antigua.

– ?Sabeis con que tipo de camara fue tomada la fotografia? -pregunto Erlendur.

– Es imposible de decir. Pero creo que no era una camara demasiado buena.

Capitulo 9

Sigurdur Oli dejo el coche en un aparcamiento de la empresa Transportes de Islandia, donde creia que no iba a molestar a nadie. Alli habia camiones aparcados en fila, algunos estaban cargandolos, otros se marchaban y

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