– Perdona -dijo.

– Son insoportables estos telefonos, ?no? -comento Elin.

– Totalmente -respondio Erlendur. Ya iba justo de tiempo.

– Me hablaba de lo mucho que amaba a su hija Audur. Madre e hija tenian una relacion especial, a pesar de las circunstancias tan horribles. Audur lo era todo para su madre. Claro que es terrible decirlo, pero creo que Kolbrun no habria querido perderse el hecho de tener a Audur. ?Me entiendes? Incluso me parecia que miraba a Audur como una especie de recompensa por lo de la violacion. Se que es un poco torpe expresarse de esta manera, pero parecia que la nina fuese una suerte a pesar de la mala suerte. No te puedo decir lo que pensaba mi hermana, como se encontraba o que sentimientos ocultaba. No se ni lo que sentia yo misma y no pretendo hablar por ella. Pero adoraba a su hijita y nunca se separo de ella. Nunca. La relacion entre las dos estaba de alguna manera marcada por lo que habia pasado, pero Kolbrun nunca vio reflejado en la nina al animal que la habia violado y que arruino su vida. Solo veia la belleza de su nina. Mi hermana sobreprotegia a su hija y eso se extendia mas alla de la muerte, como testifica la inscripcion de la lapida. «Guarda mi vida del temor al enemigo.»

– ?Sabes que queria decir exactamente tu hermana con esas palabras?

– Es una invocacion a Dios, como veras si lees el salmo. La muerte de la nina tenia que ver con eso. Con como ocurrio y lo terrible que fue. Kolbrun no queria ni pensar en que iban a hacerle la autopsia a la nina. Ni pensarlo.

Erlendur cerro los ojos e hizo una mueca. Elin no se dio cuenta.

– Es logico pensar -dijo Elin- que esas vivencias tan espantosas, tanto su violacion como la muerte de Audur, tuvieron cierta influencia sobre la salud mental de Kolbrun. Sufrio un colapso nervioso. Cuando empezaron a hablar de la autopsia se sintio acosada, pero al mismo tiempo queria proteger a Audur. Habia tenido una hija como consecuencia de unos hechos horribles y luego la perdio enseguida. Lo consideraba la voluntad de Dios. Mi hermana queria que dejaran en paz a su hija.

Erlendur se quedo un rato pensativo antes de decidirse a hablar.

– Creo que yo soy uno de esos enemigos.

Elin le miro fijamente sin entender que queria decir.

– Pienso que es necesario desenterrar a la nina y hacerle una autopsia completa, si puede ser.

Erlendur lo dijo con tanto cuidado como le fue posible. A Elin le costo algun tiempo asimilar sus palabras y le miro sorprendida.

– ?Que intentas decir?

– Asi quiza podamos descubrir la razon de su muerte.

– ?La razon? ?Fue un tumor cerebral!

– Puede ser…

– Pero ?que dices? ?Desenterrarla? ?A la nina? ?No me lo puedo creer! Te acabo de decir…

– Tenemos dos razones.

– ?Dos razones?

– Para querer practicarle la autopsia -dijo Erlendur.

Elin se habia levantado y paseaba excitada por el salon. Erlendur se quedo sentado, pero se habia hundido un poco mas en el sillon.

– He hablado con los medicos del hospital, aqui en Keflavik. No encontraron ningun informe sobre Audur, salvo un pequeno certificado provisional de su medico forense. Ese medico ya ha fallecido. El ano que murio Audur fue el ultimo ano en que ese medico estuvo en activo. Solo menciono un tumor cerebral y determino ese tumor como causa de la muerte. Me gustaria saber cual fue el origen del tumor y, por lo tanto, de la muerte de la nina. Quiero saber si pudo ser una enfermedad hereditaria.

– ?Enfermedad hereditaria? No se de ninguna enfermedad hereditaria.

– La estamos buscando en Holberg -dijo Erlendur-. La otra razon para hacer la autopsia es determinar si realmente fue hija de Holberg. Eso se averigua con las pruebas de ADN.

– ?Teneis alguna duda sobre eso?

– No necesariamente, pero nos hacen falta las pruebas.

– ?Por que?

– Holberg siempre nego ser el padre de la nina. Confeso haber tenido relaciones sexuales con Kolbrun; sin embargo, nego la paternidad. Cuando se archivo el caso no se considero importante comprobarlo. Tu hermana nunca lo exigio. Seguramente ya tenia bastante y queria a Holberg fuera de su vida.

– ?Y quien sino Holberg podria ser el padre?

– Necesitamos la comprobacion por lo del asesinato.

– ?El asesinato de Holberg?

– Si.

Elin estaba de pie delante de Erlendur.

– ?Asi que ese mal nacido va a seguir torturandonos mas alla de la muerte y de la tumba?

Erlendur iba a contestarle, pero ella le quito la palabra.

– Aun pensais que mi hermana mintio. Aun no la creeis. Eres igual que ese idiota de Runar. Igual.

Se inclino encima de Erlendur, que seguia sentado en el sillon.

– Maldito policia estupido -musito-. No deberia haberte dejado entrar en mi casa.

Capitulo 18

Cuando Sigurdur Oli vio las luces de un coche acercarse bajo la lluvia sabia que seria Erlendur. La excavadora se situo delante de la tumba con un gran estruendo, lista para empezar a trabajar en cuanto recibiera la senal. Era una maquina pequena que se habia deslizado entre las rumbas haciendo eses. Sus ruedas de oruga resbalaban en el barro y emitia un humo negro que llenaba el aire de olor a combustible.

Sigurdur Oli y Elinborg estaban al lado de la tumba en compania de un medico forense de la fiscalia, un abogado de la policia, un cura, un decano, unos cuantos policias de Keflavik y dos funcionarios. Toda esa gente esperaba mojandose salvo Elinborg, la unica que tenia un paraguas, que dejaba sitio a la mitad del cuerpo de Sigurdur Oli. Cuando Erlendur salio del coche, vieron que iba solo y que se acercaba andando lentamente. Tenian el permiso por escrito de las autoridades para realizar la excavacion, pero no se podia hacer nada hasta que Erlendur diera su conformidad.

Erlendur observo la zona y lamento silenciosamente la perturbacion, los destrozos, la profanacion. Habian sacado la lapida y dejado en un camino detras de la tumba. Junto a la lapida habia un pequeno cucurucho de cristal verde, de los que se clavan en la tierra. Dentro del cucurucho habia unas rosas marchitas, que Erlendur supuso que habria traido Elin. Se paro para leer una vez mas la inscripcion y sacudio la cabeza. La valla de barrotes de madera blancos, de unos veinte centimetros de altura, que rodeaba la tumba estaba rota al lado de la lapida. Erlendur alzo la mirada hacia la negrura del cielo. El agua caia a chorros por el ala de su sombrero sobre sus hombros. Examino al grupo que esperaba alrededor de la tumba y luego, mirando a Sigurdur Oli, asintio con la cabeza. Sigurdur Oli dio la senal de empezar al conductor de la excavadora. La pala se levanto y se hundio en la tierra esponjosa.

Erlendur vio como la maquina hurgaba en una herida de hacia treinta anos. Le dolia cada palada de tierra que sacaba. El monton crecia y el agujero en el suelo iba oscureciendose. Se quedo a cierta distancia observando como se hundia la pala en la cada vez mas profunda herida. De pronto tuvo la sensacion de haber vivido esto antes, le parecio haberlo visto en suenos y, por un momento, percibio el escenario como envuelto en una neblina: sus companeros de la policia hurgando con la mirada el fondo de la tumba, los funcionarios con sus monos de color naranja apoyados en sus palas, el cura enfundado en un grueso abrigo negro, la lluvia que entraba a raudales dentro del agujero y que volvia a salir en la pala de la maquina, como si la tumba sangrara. ?Lo habia visto exactamente asi en un sueno?

La sensacion desaparecio y, como solia pasar en estos casos, no podia explicarse de ninguna manera por que ni de donde le habia venido. ?Por que le parecia estar reviviendo unos hechos que no habian sucedido hasta ahora? Erlendur no creia en presagios, visiones, suenos, reencarnaciones ni karmas. No creia ni siquiera en Dios;

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