– Queria conocer la historia de Audur. Queria saberlo todo. Que clase de nina era. Como murio. Dijo que yo era su nueva familia. ?Te imaginas?

– ?Donde habra ido? -se pregunto Erlendur mirando su reloj.

– Por amor de Dios, procura encontrarlo antes de que sea demasiado tarde.

– Haremos lo que podamos -dijo Erlendur.

Iba a despedirse, pero noto cierta indecision en la voz de Elin.

– ?Que ocurre? ?Hay algo mas?

– Vio como desenterrabais a Audur -dijo Elin.

– ?Lo vio?

– Me habia encontrado a mi y le basto con seguirme hasta el cementerio para ver como sacabais el ataud de la tierra.

Capitulo 41

Erlendur hizo que intensificasen la busqueda de Einar. Se distribuyeron fotografias suyas por todas las comisarias de Reikiavik y de los alrededores, asi como por los pueblos mas importantes del pais; se enviaron comunicados a la prensa y a la television. Erlendur dio instrucciones de no molestar al hombre; en caso de detectar su paradero debian limitarse a avisarle a el, sin hacer nada mas. Erlendur hablo brevemente con Katrin, quien le dijo que no sabia nada de su hijo. Los dos hijos mayores estaban con ella. Les habia contado la verdad. Ellos tampoco sabian nada de su hermano. Albert seguia en su habitacion del Hotel Esja, no habia salido de alli en todo el dia. Hizo dos llamadas, las dos a su empresa.

– Que drama -murmuraba Erlendur, camino de su despacho.

No habian encontrado nada en la vivienda de Einar que pudiera indicarles donde estaba.

Iba pasando el dia e iban repartiendose los trabajos. Elinborg y Sigurdur Oli hablaron con la ex esposa de Einar y Erlendur se fue al Centro de Secuenciacion Genetica, situado en un gran edificio nuevo de cinco plantas, dotado de una rigurosa vigilancia en la entrada. Dos agentes de seguridad privada recibieron a Erlendur en un esplendido vestibulo. Habia anunciado su llegada de antemano y el director de la empresa se habia visto obligado a recibirle y dedicarle algunos minutos.

El director era uno de los propietarios de la empresa. En realidad era una directora, una genealogista islandesa, educada en Gran Bretana y Estados Unidos, que habia sido quien sugirio la idea de Islandia como pais adecuado para estudios genealogicos con fines farmaceuticos. Con la ayuda de la base de datos se podian reunir todos los informes medicos del pais en un mismo lugar y sacar de ahi informacion sanitaria, que podia ser util en la busqueda de genes defectuosos.

La directora recibio a Erlendur en su despacho. Se llamaba Karitas, era una mujer de unos cincuenta anos, delgada, con el pelo negro corto y una sonrisa agradable. Era mas baja de lo que parecia cuando salia en los programas de television. No entendia el porque de la visita de la policia a la empresa. Invito a Erlendur a sentarse.

Mientras observaba los cuadros contemporaneos islandeses que colgaban de las paredes, Erlendur le dijo que habia razones para pensar que alguien se habia introducido ilegalmente en la base de datos y habia extraido cierta informacion relacionada con los individuos afectados. El mismo no entendia exactamente lo que estaba diciendo, pero Karitas parecio entenderlo. Erlendur se sintio aliviado cuando ella le respondio sin entretenerse en dar vueltas al asunto. Habia esperado encontrar mas resistencia. La ley del silencio.

– Este tema es muy delicado por tratarse de informacion sobre personas -dijo ella en cuanto Erlendur termino su historia-. Por lo tanto, tengo que pedirte que todo lo que te diga quede entre nosotros. Hace algun tiempo que sabemos que la base de datos ha sido forzada. Hemos abierto una investigacion interna en la empresa. Todo parece indicar que el responsable fue uno de los biologos, pero no hemos podido hablar con el todavia porque ha desaparecido de la faz de la tierra.

– ?Einar?

– Si, Einar. Aun estamos creando la base de datos, por decirlo de alguna manera, pero evidentemente no queremos que se sepa que es posible descifrar el codigo secreto y sacar informacion. ?Me entiendes? Aunque en este caso el problema no sea el codigo secreto.

– ?Por que no habeis avisado a la policia?

– Como te he dicho, hemos intentado solucionarlo desde dentro. Para nosotros es un asunto espinoso. La gente confia en que toda la informacion de la base este a salvo, segura, que no vaya a ser utilizada para propositos dudosos, ni mucho menos quedar expuesta a robos. Como debes saber, la poblacion esta muy sensibilizada con relacion a esta base de datos y queriamos evitar una reaccion adversa en masa.

– ?En masa?

– A veces parece que toda la nacion esta en contra de lo que hacemos.

– ?Pudo alguien descifrar el codigo? ?Por que dices que en este caso el codigo no es el problema?

– Estas haciendo que esto parezca una novela de suspense. Lo hizo sin tener que descifrar ningun codigo. Utilizo otros medios.

– ?Que hizo?

– Improviso un trabajo de investigacion que no estaba aprobado. Falsifico firmas, entre ellas la mia. Hizo ver que la empresa estaba investigando una enfermedad hereditaria que se habia identificado en algunas familias de aqui. Engano al Consejo de Informatica, que es una especie de guardian de la base de datos. Engano al Consejo de Etica Cientifica. Nos engano a todos.

Se callo un momento y miro su reloj. Se levanto y fue hasta su escritorio, desde el que hablo con su secretaria. Dio ordenes de retrasar una reunion unos diez minutos y volvio a sentarse con Erlendur.

– Ese ha sido el procedimiento hasta ahora -dijo.

– ?El procedimiento? -pregunto Erlendur.

Karitas le miro pensativa. El movil empezo a sonar en el bolsillo de Erlendur, este se disculpo y contesto. Era Sigurdur Oli.

– El departamento tecnico esta revisando la vivienda de Einar -dijo-. Les he llamado y me dicen que no han encontrado gran cosa, solo un permiso de armas que Einar consiguio hace unos dos anos.

– ?Permiso de armas? -repitio Erlendur.

– Lo tenemos registrado. Pero eso no es todo. Tiene una escopeta y han encontrado el canon recortado debajo de su cama.

– ?Canon?

– Ha recortado el canon.

– ?Quieres decir…?

– Lo hacen a veces. Asi es mas facil acertar.

– ?Piensas que puede ser peligroso?

– Cuando le encontremos tendremos que acercarnos con cautela. Es imposible saber que piensa hacer con una escopeta -dijo Sigurdur Oli.

– No creo que vaya a matar a nadie con ella -repuso Erlendur, que se habia levantado y daba la espalda a Karitas expresamente.

– ?Por que no?

– Porque en ese caso ya la habria utilizado -contesto Erlendur suavemente-. Por ejemplo con Holberg. ?No crees?

– Yo no se nada.

– Nos vemos -se despidio Erlendur, apago el movil y volvio a disculparse antes de sentarse.

– Hasta ahora, ese ha sido el procedimiento -siguio Karitas como si no hubiera habido interrupcion-. Solicitamos permiso a esos consejos para emprender cualquier investigacion cientifica, tal como hizo Einar, en este caso para investigar la posible herencia de una enfermedad concreta. Recibimos una lista codificada con los nombres cifrados de las personas que sufren esa enfermedad o que son posibles portadores y esa lista se compara con una base genealogica codificada. De ahi sale un arbol genealogico asimismo codificado.

– Como un arbol de mensajes -dijo Erlendur.

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