?como podian esos seres, a treinta mil anos luz de la Tierra, conocer las costumbres de su padre en el remoto Wisconsin? De repente lo comprendio.

— Lo logran a traves de los suenos. Anoche, cuando dormiamos, os hallabais dentro de nuestra mente, ?verdad? Y asi pudisteis extraernos todo lo que conocemos.

— Solo realizamos copias. Creo que todo lo que estaba en tu cabeza continua alli.

Fijate y dime si te falta algo — dijo, sonriendo —. Eran muchos los datos que no podiamos conocer a traves de vuestros programas de television. Si podiamos evaluar el nivel tecnologico que habiais alcanzado, pero hay otras cosas que resulta imposible conocer si no es por la via directa. Tal vez pienses que hemos invadido tu intimidad…

— No lo diras en serio…

— … pero el problema es que no nos queda demasiado tiempo.

— ?Ya se acabo el examen? ?Respondimos todas las preguntas anoche, cuando dormiamos? ?Pasamos la prueba o nos suspendisteis?

— No; esto es distinto. No tiene nada que ver con una evaluacion de sexto grado.

Ella estaba en sexto grado cuando murio su padre.

— No pienses que somos una especie de comisario interestelar que elimina a balazos las civilizaciones malvivientes. Consideranos como una Direccion de Censo Galactico, dedicada a reunir informacion. Se que, en tu opinion, no se puede aprender nada de vosotros por ser tan atrasados en el plano tecnologico. Sin embargo, una civilizacion tiene tambien otros meritos.

— ?Cuales por ejemplo?

— La musica, la benevolencia (me encanta esa palabra), los suenos. Los humanos poseen una habilidad especial para los suenos, aunque nunca hubieramos podido saberlo por vuestros programas de television. En toda la Galaxia existen culturas que intercambian suenos.

— ?Os dedicais al intercambio cultural interestelar? ?En eso queda todo? ?No os preocupa que alguna civilizacion rapaz y sanguinaria llegue a desarrollar vuelos espaciales interestelares?

— Ya te dije que admiramos la bondad.

— Si los nazis se hubieran apoderado del mundo — el nuestro —, y luego hubiesen desarrollado vuelos interestelares, ?no habriais intervenido?

— Te sorprenderias si supieras que pocas veces eso sucede. A la larga, las civilizaciones agresivas terminan destruyendose a si mismas. Son asi; no pueden evitarlo.

En ese supuesto, a nosotros nos corresponderia dejaros solos, cerciorarnos de que nadie os moleste para que podais resolver vuestro destino.

— Entonces, ?por que no hicisteis eso con nosotros? Te advierto que no estoy quejandome sino que siento curiosidad por saber como opera la Direccion del Censo Galactico. La primera vez que tuvisteis noticias nuestras fue por medio de la transmision de Hitler. ?Por que luego establecieron contacto?

— Esas imagenes, por supuesto, nos resultaron alarmantes. Se advertia que os acosaban graves problemas. Sin embargo, la musica nos decia otra cosa. Al escuchar a Bethoven comprendimos que aun quedaban esperanzas. Los casos marginales son nuestra especialidad. Supusimos que os vendria bien recibir ayuda, aunque es muy poco lo que podemos ofreceros. Sabras que la causalidad nos impone ciertas limitaciones.

Se habia puesto en cuclillas para mojarse las manos en el mar; luego se las seco en los pantalones.

— Anoche exploramos el interior de cada uno de vosotros, y encontramos muchas cosas: sentimientos, recuerdos, conductas adquiridas, rasgos de locura, suenos, amores.

El amor es muy importante. Sin lugar a dudas, constituyen una interesante mezcla.

— ?Todo eso en una sola noche de trabajo? — pregunto Ellie.

— Tenemos prisa porque no disponemos de mucho tiempo.

— ?Acaso va a suceder…?

— No, pero si no elaboramos una causalidad uniforme, todo se resolvera por si solo, y eso casi siempre es peor.

Ellie no comprendio ni una palabra.

— «Elaborar una causalidad uniforme.» Papa nunca se expresaba de esa forma.

— Claro que si. ?No te acuerdas de como solia hablarte? Se trataba de un hombre instruido, y desde que eras nina, el — yo — te hablaba de igual a igual.

— En efecto, lo recordaba. — Penso en su madre, recluida en un asilo.

— Que bonito colgante — dijo el, con ese aire de timidez que suelen adoptar los padres con sus hijas adolescentes —. ?Quien te lo regalo?

— Una persona a la que no conozco demasiado, y que quiso poner a prueba mi fe…

Pero todo esto ya debes de saberlo.

Una vez mas la sonrisa.

— Quiero que me digas que piensas de nosotros — manifesto Ellie —, cual es tu opinion sincera.

El no titubeo ni por un instante.

— De acuerdo. Resulta asombroso que, en general, os vaya tan bien. Teneis una carencia casi total de teorias sobre la organizacion social, vuestros sistemas economicos son arcaicos, no manejais la maquinaria de la prediccion historica y casi diria que no os conoceis a vosotros mismos en absoluto. Teniendo en cuenta que vuestro mundo cambia a gran velocidad, me llama la atencion que todavia no os hayais autoaniquilado. Por eso aun no os damos por perdidos. Vosotros, los humanos, poseeis un talento natural para la adaptacion… al menos en el corto plazo.

— Esa es la cuestion principal, ?no?

— Una de ellas. Puedes comprobar que, al cabo de un tiempo, las civilizaciones con perspectivas de corto plazo desaparecen.

Deseaba preguntarle que era lo que sinceramente opinaba sobre los humanos, que le dijera desde el fondo de su corazon — o de cualquiera fuere su organo interno equivalente — si la consideraba de la misma forma como ella tomaba a una hormiga. No obstante, no se atrevio a formular el interrogante por temor, quizas a la respuesta.

Por la cadencia de su voz, por los matices de su lenguaje trato de adivinar quien era ese ser disfrazado de su padre. Ella contaba con una enorme experiencia directa en el trato con los humanos, mientras que los jefes de estaciones galacticas tenian apenas un dia. ?No seria capaz de percibir algo acerca de la verdadera naturaleza que se escondia bajo esa fachada amable? No pudo. Por el contenido de sus palabras, ese hombre no era su padre, ni tampoco fingia serlo. Sin embargo, en todo lo demas era misteriosamente parecido a Theodore F. Arroway 1924–1960, ferretero, marido y padre ejemplar.

Procuraba con toda su voluntad no ser excesivamente sensiblera frente a esa… copia de su padre. Tambien deseaba preguntarle que habia pasado desde que el llego al cielo.

?Que opinaba de la Venida y el extasis? ?Sobrevendria algun acontecimiento especial con el advenimiento del Milenio? Algunas culturas humanas prometian a los bienaventurados una vida ulterior en la cima de una montana, en las nubes, en cavernas u oasis, pero no recordaba ninguna que ofreciera recompensar a los justos, despues de su muerte, enviandolos a una playa.

— ?Nos queda tiempo para algunas preguntas antes de… lo que haya que hacer?

— Si, para una o dos.

— Hablame del sistema de transporte que utilizais.

— Mejor te lo muestro directamente. No te muevas.

Una ameba de negrura total se desprendio del cenit, oscureciendo el sol y el cielo azul.

— Muy bueno el truco — musito Ellie.

Bajo sus pies, la misma arena. Sobre su cabeza… el cosmos. Tenia la sensacion de que se hallaba a una gran altura, por encima de la Via Lactea, que miraban hacia abajo y divisaban su estructura en forma de espiral, mientras descendian hacia alli a una velocidad inaudita. El le explicaba con sencillez, empleando el lenguaje cientifico que a ella le resultaba familiar, en que consistia esa estructura con forma de molinete. Le mostro el brazo espiral de Orion, en el cual se hallaba enclavado el Sol en esa epoca. Mas hacia el interior en orden decreciente de importancia mitologica, se hallaba el brazo de Sagitario, el del Cisne-Carena y el de tres mil parsecs.

Aparecio una red de lineas rectas que representaban el sistema de transporte que habian usado. La imagen

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