— Me moria de ganas de quedarme para investigar el tema — le confio a Ellie —, y me dio la sensacion de que precisan ayuda, alguna forma de encarar el descifrado que aun no se les ha ocurrido. Pero creo que lo toman como algo personal, que no desean compartirlo con nadie. Y seamos realistas; pienso que no somos lo suficientemente inteligentes como para poder darles una mano.

?No habian decodificado el mensaje de pi? Los jefes de estacion, los guardianes, los inventores de nuevas galaxias, ?no podian comprender un mensaje que habian tenido delante de sus narices durante una o dos rotaciones galacticas? ?Tan dificil era el mensaje o acaso…?

— Ya es hora de volver a casa — le aviso su padre, amablemente.

No queria irse. Miro su hoja de palmera y trato de formular mas preguntas.

— ?Que es eso de «volver a casa»? ?Nos van a llevar hasta algun punto del sistema solar? ?Como viajaremos desde alli a la Tierra?

— Vas a ver. Te resultara interesante.

Le paso un brazo por la cintura mientras la conducia hasta la puerta abierta de la camara de aire.

Igual que la hora de irse a la cama. Podiamos ser simpaticos para que nos permitieran quedarnos levantados un ratito mas, y a veces lo conseguiamos.

— La Tierra ahora esta conectada en ambos sentidos, ?verdad? Si nosotros podemos retornar alla, quiere decir que podeis bajar hasta alla en un abrir y cerrar de ojos, lo cual me pone muy nerviosa. ?Por que no cortais el enlace?

— Lo siento, Pres — repuso el, como si Ellie se hubiese excedido en su horario de ir a acostarse —. Durante un tiempo, por lo menos, el tunel permanecera abierto para el trafico hacia aqui, pero nosotros no pensamos utilizarlo.

Preferia el aislamiento de la Tierra respecto de Vega, que mediara un lapso de cincuenta y dos anos entre una conducta reprobable producida en la Tierra, y la llegada de una expedicion punitiva. Le incomodaba la idea de estar vinculada por medio de un agujero negro porque de ese modo, esos seres podian arribar casi al instante y presentarse en Hokkaido o en cualquier otro punto del planeta. Era una transicion hacia lo que Hadden habia denominado microintervencion. Por mas garantias que ellos dieran, de ahora en adelante vigilarian mas de cerca a los humanos. No mas visitas informales de inspeccion cada varios millones de anos.

Analizo mas en profundidad su desagrado. Que… teologicas se habian vuelto las circunstancias. Habia habitantes del espacio, seres tremendamente poderosos e inteligentes, preocupados por nuestra supervivencia, que observaban nuestro comportamiento. Pese a que reniegan de desempenar ese papel rector, es obvio que tienen la facultad de decidir sobre la vida y la muerte, la recompensa o el castigo de los insignificantes pobladores de la Tierra. «Y esto», se pregunto, «?en que se diferencia de la antigua religion?» En el acto comprendio la respuesta: era una cuestion de pruebas. En los videos, en los datos recogidos por sus companeros, habria testimonios fehacientes de que existia la Estacion, del sistema de transito del agujero negro. Habia cinco relatos independientes, que se corroborarian unos a otros, respaldados por pruebas fisicas contundentes. Seria algo concreto, no rumores ni formulas magicas.

Ellie se volvio y dejo caer la hoja de palmera. En silencio, el se agacho para recogerla y se la devolvio.

— Fuiste muy amable en responder todas mis preguntas. ?No quieres hacerme alguna tu a mi?

— Gracias, pero ya anoche contestaste a todos nuestros interrogantes.

— ?Esto es todo? ?Ninguna orden ni instrucciones para los provincianos?

— Las cosas no funcionan de ese modo, Pres. Ya sois adultos y debeis desenvolveros por vosotros mismos. — Inclino la cabeza hacia un lado, le sonrio y ella corrio a echarse en sus brazos, con los ojos llenos de lagrimas. Largo rato permanecieron abrazados, hasta que el la separo con dulzura. Ella penso en levantar un indice para pedir un minuto mas, pero no quiso disgustarlo.

— Adios, Pres. Carinos a tu madre.

— Cuidate — dijo Ellie apenas con un hilo de voz, y dirigio una ultima mirada a la playa del centro de la Galaxia. Un par de aves marinas — petreles, quiza — se hallaban suspendidas sobre una columna de aire en ascenso, y continuaron en lo alto casi sin agitar sus alas. Al llegar a la puerta de la camara de aire, Ellie se volvio.

— ?Que es lo que dice el Mensaje de pi? — le grito.

— No lo sabemos — respondio el con cierta tristeza, adelantandose unos pasos hacia ella —. Tal vez sea una especie de accidente estadistico. Todavia estamos estudiandolo.

La brisa alboroto el pelo femenino.

— Bueno, avisadnos cuando lo hayais descubierto.

Capitulo veintiuno — Causalidad

Los humanos somos para los dioses…

como las moscas para los ninos juguetones; nos matan para su recreo.

WILLIAM SHAKESPEARE El Rey Lear, IV, i, 36

El omnipotente debe temerle a todo.

PIERRE CORNEILLE Cinna (1640), Acto IV, Escena II

Estaban contentos de regresar, bulliciosos excitados. Se situaron en sus sillones, se dieron abrazos y palmaditas en la espalda. Todos luchaban por contener las lagrimas. No solo les fue bien sino que ademas pudieron regresar, sin sufrir percances en los tuneles.

De pronto se encendio la radio y pudieron oir los informes tecnicos sobre la Maquina. Los tres benzels se desaceleraban. La carga electrica acumulada se desvanecia. A juzgar por los comentarios, resultaba obvio que los integrantes del Proyecto no tenian la menor idea de lo sucedido.

Ellie se pregunto cuanto tiempo habria pasado. Miro el reloj. Habian estado ausentes por lo menos un dia, con lo cual ya debian haber ingresado en el ano 2000. No veia la hora de relatarles la experiencia. Con renovada confianza, toco el estuche donde guardaba las decenas de micro-cassettes de video. ?Como cambiaria el mundo cuando se dieran a conocer esas peliculas!

Se habia vuelto a presurizar el espacio que rodeaba los benzels. Se abrieron las puertas de la camara de aire, y por radio se les pregunto como se encontraban.

— ?Estamos bien! — respondio ella de viva voz, por el microfono —. Dejennos bajar. No van a creer lo que nos ha pasado.

Los Cinco salieron felices, saludando efusivamente a los companeros que habian ayudado a construir y accionar la Maquina. Los tecnicos japoneses les dieron la bienvenida, y los funcionarios del Proyecto se acercaron a recibirlos.

Devi le comento en voz baja a Ellie:

— Me da la impresion de que todos tienen puesta la misma ropa que ayer. Fijate en la corbata horrible de Peter Valerian.

— Es vieja y la lleva todo el tiempo porque se la regalo su mujer. — Los relojes indicaban las tres y veinte. La puesta en funcionamiento habia tenido lugar la tarde anterior, a eso de las tres, de modo que la ausencia habia durado poco mas de veinticuatro…

— ?Que dia es hoy? — pregunto, y todos la miraron con cara de extraneza. Algo pasaba —. Peter, por Dios, ?que dia es?

— ?Que quieres decir? Es hoy, viernes 31 de diciembre de 1999, vispera de Ano Nuevo. ?Eso querias saber? ?Te sucede algo, Ellie?

Vaygay le anunciaba a Arkhangelsky que iba a relatarle la experiencia desde el principio, pero solo despues de conseguir un cigarrillo. Directivos del Proyecto y representantes del Consorcio Mundial convergian hacia ellos. En medio del gentio, vio que Der Heer se abria paso para aproximarse.

— Desde tu perspectiva, ?que fue lo que ocurrio? — le pregunto por fin, cuando lo tuvo cerca.

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