— Nada. Funciono el sistema de vacio, los benzels giraron a gran velocidad logrando acumular una enorme carga electrica se alcanzo la velocidad estipulada, y luego hubo una contramarcha.

— ?Que es eso de la «contramarcha»?

— Los benzels aminoraron la velocidad y se disipo la energia. El sistema se represurizo, los benzels se detuvieron y luego salisteis. Todo el asunto duro unos veinte minutos, y no pudimos hablar con vosotros mientras giraban los benzels. ?Tuvisteis alguna experiencia en particular?

Ellie se rio.

— Ya veras, Ken, lo que voy a contarte.

Se invito al personal del proyecto a una fiesta para festejar la puesta en funcionamiento de la Maquina y la llegada del trascendental Ano Nuevo. Ellie y sus companeros de viaje no concurrieron. En los canales de television abundaban las celebraciones, desfiles, exposiciones, secuencias retrospectivas, pronosticos y discursos optimistas que pronunciaba la clase dirigente del pais. Ellie alcanzo a escuchar unas palabras del abad Utsumi, tan beatificas como de costumbre. Sin embargo, ella no podia perder el tiempo.

Analizando los fragmentos del relato de cada uno de los Cinco, el Directorio del Proyecto llego a la conclusion de que algo habia fallado. Rapidamente se aparto a los tripulantes de la multitud de funcionarios oficiales y del Consorcio, con el fin de someterlos a un interrogatorio preliminar, y se les explico que, por razones de prudencia, se conversaria con cada uno por separado.

Der Heer y Valerian condujeron la interpelacion de Ellie, en una pequena salita de reuniones. Asistieron tambien otros directivos del proyecto, incluso Anatoly Goldmann, antiguo alumno de Vaygay. Ellie comprendio que Bobby Bui — que hablaba ruso — representaba a los norteamericanos durante el interrogatorio de Vaygay.

La escucharon atentamente, y de vez en cuando Peter la alentaba con su actitud; no obstante, tenian dificultad en entender la secuencia de los acontecimientos. Gran parte del relato los dejo preocupados. Ellie no lograba contagiarles su emocion y ellos no llegaban a comprender que el dodecaedro hubiese emprendido un viaje de veinte minutos — y mucho menos de un dia — puesto que los instrumentos exteriores a los benzels habian filmado todo, y no registraban nada extraordinario. Lo unico que sucedio — adujo Valerian — fue que los benzels alcanzaron la velocidad prescrita, en varios instrumentos de objeto desconocido se movieron las agujas indicadoras, los benzels aminoraron su marcha, se detuvieron, y por ultimo emergieron los Cinco en un estado de profunda excitacion. No llego a decir «hablando tonterias», pero lo dio a entender. Pese a que la trataban con deferencia, ella sabia lo que pensaban: que el unico objetivo de la Maquina era producir en veinte minutos una ilusion memorable o — posiblemente — hacer perder el juicio a los Cinco.

Ellie tomo los microcasetes de video con sus precisos rotulos: «Sistema de Anillos de Vega», por ejemplo: «Sistema quintuple», «Paisaje Estelar en el Centro de la Galaxia», y otro caratulado «Playa». Cuando intento hacerlos funcionar, comprobo que no pasaba nada, que estaban en blanco. No sabia que podia haber ocurrido. Antes del viaje, habia aprendido a manejar la microcamara, e inclusive la habia probado varias veces. Mayor fue su consternacion cuando le anunciaron que tambien habian fallado los instrumentos que llevaron sus companeros. Peter Valerian queria creerle, lo mismo que Der Heer, pero les costaba mucho, por mas voluntad que pusieran. La version que exponian los Cinco era un poco… insolita, y carecia hasta de la mas minima prueba fisica. Ademas, era imposible que hubieran experimentado tantas cosas en apenas veinte minutos que dejaron de verlos.

No era esa la recepcion que habia imaginado; sin embargo, tenia confianza en que todo habria de solucionarse. Por el momento, le bastaba con reconstruir mentalmente la vivencia y anotarlo todo con lujo de detalles ya que no queria olvidarse de nada.

A pesar de que un frente de aire extremadamente frio avanzaba desde Kamchatka, hacia un calor inusitado ese primer dia del ano cuando aterrizaron en el Aeropuerto Internacional de Sapporo varios vuelos no programados. En una nave que llevaba la inscripcion «Estados Unidos de Norteamerica» arribo Michael Kitz, nuevo secretario de Defensa, junto con un grupo de expertos reunidos apresuradamente. Washington confirmo su presencia solo cuando la noticia estaba por darse a publicidad en Hokkaido.

La breve nota periodistica consignaba que se trataba de una visita de rutina, que no habia crisis ni peligro alguno y que «nada extraordinario se habia comunicado en el Centro de Integracion de Sistemas, situado al norte de Sapporo». En un vuelo nocturno procedente de Moscu, llegaron entre otros, Stefan Baruda y Timofei Gotsridze. Sin lugar a dudas, a ninguno de los dos grupos les entusiasmaba la idea de pasar las vacaciones de Ano Nuevo lejos de sus familias. Sin embargo el tiempo que reinaba en Hokkaido les resulto una grata sorpresa; tanto calor hacia que las esculturas de Sapporo se derritieran, y el dodecaedro de hielo se habia convertido en un pequeno glaciar informe; el agua chorreaba por las superficies redondeadas, que antes fueran las aristas de los planos pentagonales.

Dos dias mas tarde sobrevino una intensa tormenta invernal, por cuyo motivo quedo interrumpido el transito hacia la planta industrial de la Maquina, incluso en vehiculos con traccion en las cuatro ruedas. Se cortaron algunos enlaces de radio y television; al parecer, se derrumbo una torre relevadora de microondas. Durante la mayor parte de los nuevos interrogatorios la unica comunicacion con el mundo exterior fue el telefono.

Tambien podria serlo el dodecaedro, penso Ellie, con grandes deseos de subir subrepticiamente de nuevo alli y poner en marcha los benzels. Pese a que le tentaba la fantasia, sabia que no habia forma de determinar si la Maquina podria volver a funcionar, al menos desde el extremo terrestre del tunel. El le habia anticipado que no. Ellie se permitio volver a pensar en la playa… y en su padre. Cualquiera que fuese el resultado, una profunda herida que llevaba en su interior se habia curado; tanto, que hasta le parecia sentir que el tejido se cicatrizaba. Habia sido la psicoterapia mas costosa del mundo, y eso ya es mucho decir, reflexiono.

A Xi y Sukhavati los interrogaron representantes de sus propios paises. Si bien Nigeria no habia desempenado un papel importante en la recepcion del Mensaje ni en la fabricacion de la Maquina, Eda accedio a conversar largo y tendido con funcionarios nigerianos. Sin embargo, fue una indagacion superficial comparada con el interrogatorio a que los sometieron los directivos del proyecto. Vaygay y Ellie debieron soportar sesiones mucho mas minuciosas, dirigidas por equipos de alto nivel traidos expresamente de los Estados Unidos y la Union Sovietica. Al principio, en estos interrogatorios se excluia a personas de otra nacionalidad, pero luego, al canalizarse muchas quejas por medio del Consorcio Mundial para la Maquina, los Estados Unidos y la Union Sovietica accedieron a internacionalizar una vez mas las sesiones.

Kitz fue el encargado de interrogar a Ellie, y teniendo en cuenta la poca anticipacion con que se lo habrian notificado, llamaba la atencion lo bien preparado que se presento.

Valerian y Der Heer procuraban interceder por ella de vez en cuando, pero el espectaculo lo dirigia Kitz.

Kitz dijo que tomaba su relato con una actitud esceptica pero constructiva, segun la mas acendrada tradicion cientifica. Confiaba en que ella no confundiria la franqueza de sus preguntas con ninguna animadversion personal puesto que solo sentia por ella el mayor de los respetos. Por su parte, prometia no dejarse influir por el hecho de haberse opuesto al Proyecto de la Maquina desde el primer momento. Ellie decidio no hacer comentario alguno sobre tan patetico engano, y paso a narrar su historia.

Al principio la escucho con atencion, le pidio que aclarara ciertos detalles y se disculpo cada vez que la interrumpia. Al segundo dia, sin embargo, ya no hubo tales cortesias.

— De modo que el nigeriano recibe la visita de su esposa, la india de su marido muerto, el ruso de su simpatica nietecita, el chino de un tirano mongol…

— Tsin no fue un tirano mongol…

— …y usted, por Dios, se reencuentra con su querido padre muerto, quien le comunica que el y sus amigos han estado trabajando en la reconstruccion del universo. Pero por favor… «Padre nuestro que estas en los cielos…» Eso es religion pura, antropologia pura.

Sigmund Freud puro. ?Acaso no lo ve? No solo afirma que su padre resucito de entre los muertos, sino que pretende hacernos creer que tambien creo el universo…

— Usted distorsiona lo que…

— Vamos, Arroway. No nos tome por ignorantes. ?No nos presenta la mas minima prueba y nos quiere convencer de la mayor farsa de la historia? Siendo tan inteligente, ?como pudo pensar que ibamos a tragarnos este cuento?

Ellie protesto, Valerian tambien lo hizo, aduciendo que con esa clase de preguntas solo se lograria perder el tiempo. En esos momentos se estaba examinando la Maquina, y por los resultados del examen se podria comprobar la veracidad del relato. Kitz convino en que seria importante contar con la prueba pericial. Sin embargo, la version que planteaba Arroway contenia ciertas pautas para comprender lo que habia ocurrido.

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