— Ah, si, el pobre Dave Drumlin. El extinto Drumlin, el profesor al que siempre odio; por eso le tendio la celada.

«Durante el descifrado del Mensaje, usted no podia estar en todo. Era tanto lo que habia que hacer. Pasaba por alto alguna cosa, se olvidaba de otra. Y ahi estaba Drumlin, que se volvia viejo, celoso de que su antigua discipula le eclipsara y se atribuyera todo el merito. De pronto el ve la forma de desempenar un papel preponderante. Usted apela a su narcisismo y lo atrapa. Y si a el no se le hubiese ocurrido el modo de interpretar el Mensaje, usted le habria dado una ayudita. Y en el peor de los casos usted misma habria quitado todas las capas de la cebolla.

— Si piensa que fuimos capaces de inventar el Mensaje, nos hace un gran cumplido a Vaygay y a mi, pero es algo absolutamente imposible. Preguntele a cualquier ingeniero idoneo, si unos cuantos fisicos y radioastronomos podrian haber inventado, en sus ratos libres, una Maquina de esa especie, con industrias subsidiarias ineditas, con componentes desconocidos en la Tierra. ?Cuando cree que tuvimos tiempo para inventarla, aun si hubieramos sabido como hacerlo? Fijese en los innumerables bits de informacion. Hubieramos tardado anos.

— Tuvieron los anos necesarios, cuando Argos no avanzaba. El proyecto estaba a punto de darse por terminado, y usted recordara que Drumlin propiciaba esa idea. Y justo, en el momento indicado, reciben el Mensaje, con lo cual ya no se habla mas de clausurar su tan preciado proyecto. Honestamente pienso que usted y los rusos tramaron todo en su tiempo libre, que fueron anos.

— Es una locura — musito Ellie.

Intervino entonces Valerian para poner de manifiesto que habia mantenido un estrecho contacto con la doctora Arroway durante el periodo en cuestion, que ella habia realizado un productivo trabajo cientifico y que jamas pudo tener el tiempo necesario como para pergenar semejante engano. Ademas, por mucho que la admirara, consideraba que el Mensaje y la Maquina estaban mas alla de la capacidad de Ellie… mas aun, que ningun habitante de la Tierra pudo haberlo inventado.

Sin embargo, Kitz no acepto sus argumentos.

— Eso es un criterio personal, doctor Valerian, y puede haber tantos criterios como personas haya en el mundo. Usted siente aprecio por la doctora, lo cual es comprensible.

Yo tambien la estimo. Sin embargo, hay otra prueba contundente que usted no conoce aun, y yo voy a decirsela.

Se inclino hacia adelante, con la mirada fija en Ellie: Era obvio que deseaba provocar la reaccion de ella ante las palabras que habria de pronunciar.

— El Mensaje se interrumpio en el instante en que se puso en marcha la Maquina, cuando los benzels alcanzaron la velocidad de crucero. Con una precision al segundo, en el mundo entero. Lo mismo sucedio en todos los radioobservatorios que captaban Vega.

No se lo habiamos dicho hasta ahora para no interferir en el interrogatorio. El Mensaje se detuvo en la mitad de una informacion, y eso si que fue una tonteria de su parte.

— Yo de eso no se nada, Michael. Pero, ?que importa que se haya suspendido si ya cumplio su objetivo? Fabricamos la Maquina y pudimos ir… adonde quisieron llevarnos.

— Con esto usted queda muy mal parada — continuo Kitz.

De pronto Ellie supo adonde apuntaba el, y se sorprendio. Kitz pensaba en una conspiracion, mientras que ella contemplaba la posibilidad de la locura. Si Kitz no estaba loco, ?habria perdido ella el juicio? Si con nuestra tecnologia se pueden producir sustancias capaces de inducir al engano, ?no podria una tecnologia mucho mas avanzada provocar alucinaciones colectivas mas acentuadas? Por un momento le parecio posible.

— Supongamos que estamos en la semana pasada — agrego el —. Damos por sentado que las ondas radioelectricas que nos llegan a la Tierra fueron enviadas desde Vega hace veintiseis anos, pero hace veintiseis anos, doctora, no existia la planta de Argos, y los temas que le preocupaban en aquella epoca seguramente eran Vietnam y Watergate. A pesar de lo inteligentes que son, se olvidaron de la velocidad de la luz. Una vez que se pone en funcionamiento la Maquina, no hay forma de interrumpir el Mensaje hasta que hayan pasado otros veintiseis anos… a menos que sea factible enviar un mensaje a mayor velocidad que la luz, y ambos sabernos que eso es imposible. Recuerdo haberla oido criticar a Rankin y Joss por suponer que se puede viajar mas rapido que la luz. Me llama la atencion que haya pensado que no ibamos a darnos cuenta.

— Escuche, Michael. Asi fue como pudimos ir de aqui hasta alla, y regresar en escasos veinte minutos. Yo no soy experta en estos temas; tendria que preguntarselo a Eda o Vaygay.

— Gracias por la sugerencia; ya lo hemos hecho.

Se imagino a Vaygay sometido a un interrogatorio igualmente severo por parte de su viejo adversario, Arkhangelsky, o de Baruda, el hombre que habia propuesto destruir los radiotelescopios y quemar toda la informacion. Cabia suponer que Kitz y ellos eran de identico parecer respecto del tema en estudio. Deseo que Vaygay estuviese haciendo un buen papel.

— Usted me entiende, doctora, pero permitame volver a explicarselo y tal vez pueda indicarme algun fallo en mi razonamiento. Hace veintiseis anos, esas ondas radioelectricas se dirigian a la Tierra. Una vez que han partido de Vega, que cruzan el espacio, nadie puede detenerlas. Aun si el transmisor supiera instantaneamente — por medio del agujero negro, si lo prefiere — que se ha puesto en marcha la Maquina, transcurririan otros veintiseis anos hasta que el cese de la senal arribara a nuestro planeta. Los veganos no podian saber, veintiseis anos atras, en que preciso instante se accionaria la Maquina. Hubiera sido menester enviar un mensaje retrotraido veintiseis anos en el tiempo para que el Mensaje se detuviera el 31 de diciembre de 1999. ?Me sigue?

— Si, claro. Este es un campo desconocido; por algo se lo denomina un continuo de tiempoespacio. Si ellos pueden atravesar el espacio con tuneles, pienso que tambien pueden atravesar el tiempo. El hecho de que hayamos regresado un dia antes nos demuestra que cuentan con cierta capacidad, aunque limitada, para viajar en el tiempo.

Tal vez, apenas partimos de la Estacion, enviaron un mensaje veintitres anos atras en el tiempo, para apagar el transmisor. No se.

— Ya ve usted lo bien que le viene que el Mensaje se haya interrumpido justo ahora. Si aun siguiera emitiendose, podriamos rastrear el pequeno satelite, capturarlo y obtener la cinta de transmision, con lo cual tendriamos una prueba contundente, decisiva, del ardid.

Pero ustedes no podian correr el riesgo y por eso lo atribuyen todo a los agujeros negros.

Para ella, se trataba de una fantasia paranoica en la cual se tomaban varios hechos inocentes y se los agrupaba de forma tal de crear una compleja intriga. Cierto era que los hechos distaban de ser triviales, y era logico que las autoridades investigaran todas las otras explicaciones posibles. Sin embargo, la version que presentaba Kitz era tan maliciosa, que solo podia haberla concebido una mente temerosa, angustiada.

De ser asi, disminuia en cierta medida la posibilidad de un fraude colectivo, pero el dato sobre la interrupcion del Mensaje — de ser verdad lo que aseguraba Kitz — constituia para Ellie un motivo de preocupacion.

— Ahora yo me pregunto una cosa, doctora. Ustedes, los cientificos, tenian la capacidad intelectual y la motivacion como para haber planeado esto, pero les faltaban los medios. De no ser los rusos quienes pusieron el satelite en orbita, pudo haber sido cualquiera de los otros seis paises que cuentan con plataformas de lanzamiento. Sin embargo, ya hemos realizado investigaciones, y comprobamos que ninguno lanzo un satelite de libre vuelo en la orbita adecuada, razon por la cual nos inclinamos a pensar en un particular, y el primero que nos vino a la mente fue un senor de nombre S. R. Hadden.

?Lo reconoce?

— No sea ridiculo, Michael. Yo hable con usted sobre Hadden incluso antes de haber viajado a Matusalen.

— Queria asegurarme de que estuvieramos de acuerdo en lo basico. A ver como le suena esta explicacion. Usted y los rusos planifican esta estratagema y consiguen que Hadden financie las primeras etapas: el diseno del satelite, la invencion de la Maquina, el descifrado del Mensaje, el simular danos producidos por la radiactividad, etcetera. A cambio de eso, cuando se pone en marcha el Proyecto de la Maquina, el contribuye con una parte de los tres billones de dolares porque puede obtener suculentos beneficios. Y a juzgar por sus antecedentes, me atreveria a afirmar que le atrae la idea de dejar al gobierno en un papel desairado. Cuando ustedes no logran decodificar el Mensaje ni encuentran la cartilla de instrucciones, acuden a Hadden, y el mismo les sugiere adonde deben buscar. Tambien ese detalle revela negligencia. Hubiera sido mejor que se le ocurriera a usted.

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