Rhea me estudio.

– Eres bastante generoso, ?no? -Me miro otra vez con desconfianza-. ?Y cual es la idea? Sabes que hubiesemos aceptado por la decima parte de lo que ofreces.

Me di cuenta de que se me habia ido la mano. Ella tenia razon. Si les hubiera ofrecido cincuenta mil dolares tambien lo habrian aceptado brincando, pero ahora era demasiado tarde para volver atras. Habia cometido un error y ahora tenia que borrar sus sospechas. Trate de mostrarme indiferente y le devolvia la mirada.

– En mi opinion -explique-, como vosotros hareis la parte mas peligrosa del trabajo, os pagare la mitad para que no esteis disconformes y mantengais la boca cerrada. Lo ultimo que deseo es que intenteis chantajearme por dinero cuando el trabajo este hecho. Para impedirlo y asegurarme, divido las ganancias en dos.

– Este tipo lo piensa bien… usa la cabeza -comento Fel, excitado-. Tiene razon, caballero. Con medio millon, nunca volvera a oir hablar de nosotros.

– ?La parte mas peligrosa del trabajo? -pregunto Rhea, intentando volver a ponerme en aprietos-. Dijiste que era un trabajo simple y facil. ?Donde esta el peligro, entonces?

– Debi haber dicho que la parte activa del trabajo seria… no peligrosa, pero si con mucha tension. -Pense que debia tener cuidado con ella. Mientras que su hermano era un completo estupido, ella ponia continuas trampas.

Siguio mirandome durante un tiempo y, por fin, pregunto:

– ?Y que tenemos que hacer?

– Primero, teneis que tener aspecto respetable: un hermano y una hermana de vacaciones. Comprad ropa adecuada con el dinero que me robasteis. Luego, id a Paradise City y alojaos en el Motel Pyramid. Registraos como John y Mary Hall. -Saque mi boligrafo de oro y les anote mi numero de telefono en el periodico que estaba sobre la mesa. -Llamadme el martes despues de medianoche y dadme el numero de vuestra habitacion. No quiero preguntar por vosotros en recepcion. El miercoles por la noche ire a veros a las diez en punto con todos los detalles que necesitareis. Podriais hacer el trabajo el viernes siguiente, pero os lo dire con seguridad cuando nos reunamos el miercoles.

– Todavia no nos has dicho como lo haremos -dijo Rhea-. Quiero saberlo.

– Mi jefe y yo estaremos trabajando en el diseno del collar en su apartamento, y el collar estara sobre su mesa. Lo necesitamos para el diseno. Lo unico que tendreis que hacer es entrar, atarnos para que no podamos alcanzar la alarma y huir. Asi de simple y de facil.

– ?De veras va a ser tan facil? -pregunto Fel, excitado-. ?Nada por lo que preocuparnos? ?Entramos y nos vamos con la cosa?

– Asi es -respondi, poniendome en pie-. ?Alguna otra pregunta?

– ?Tenemos que ir armados? -pregunto Fel.

– Por supuesto, llevad armas pero no cargadas. No habra lucha. Usadlas para amenazarnos, ?entendido? ?Sin cargar!

– Claro. Puedo conseguir un par de armas.

– El miercoles ultimaremos los detalles. Dejadme a mi la organizacion de todo. Lo unico que teneis que hacer es comprar ropa adecuada, tener apariencia elegante y no llamar la atencion. -Mire a Rhea-: ?Alguna pregunta?

Me miro con el ceno fruncido.

– ?Donde esta la trampa? -pregunto-. Esa es mi pregunta. Este trabajo apesta: medio millon de dolares por algo tan facil… ?Apesta! ?Cual es el juego?

Me volvi hacia Fel.

– ?Puedes encontrar a alguien que trabaje contigo? Estoy cansandome de ella. Despues de todo, dos hombres son mejores que uno y una perra llena de sospechas.

Fel sonrio.

– No le hagas caso. Siempre habla de mas. Estaremos en el motel el martes.

– Si no tengo noticias vuestras el martes despues de la medianoche, sabre que no tuvisteis el coraje y buscare a otras personas.

Y con estas palabras me retire.

Durante los cinco anos que habia trabajado con Sydney, tuve miles de oportunidades de ir a su casa. El portero, Bert Lawson, me conocia y me saludaba siempre con mucha amabilidad.

A las diez de la noche, se cerraban con llave las puertas de cristal de la entrada. Lawson se retiraba a su diminuta conserjeria y se pasaba el resto de la noche viendo la television. Solo aparecia para abrir la puerta a alguna visita ocasional y para atender al telefono, que rara vez sonaba.

Los cuatro ricos propietarios, incluyendo a Sydney, tenian su llave de la entrada. Aparte de Sydney, los otros tres eran personas mayores y casi nunca salian de noche. La cerradura de la puerta de entrada era una Yale. Lawson la trababa cuando era hora de cerrar y solo podia abrirse con una llave. No habria ningun problema cuando fuera a ver a Sydney despues de las diez. Lawson me dejaria entrar. Subiria en el ascensor hasta el ultimo piso y atravesaria el pasillo. Para entonces, Lawson ya habia vuelto a la porteria a ver la television. Lo unico que tenia que hacer era volver a la entrada sin que me viera, sacar la traba y volver a subir por la escalera al apartamento de Sydney.

Sydney tambien tenia una cerradura Yale en la puerta. Como siempre olvidaba la llave, rara vez dejaba la puerta cerrada, sabiendo que la entrada al edificio estaba siempre vigilada y, durante la noche, trabada. Si aquella noche hallaba alguna excusa para cerrarla, yo me las ingeniaria para abrirla. Podria dejar mi maletin en el vestibulo y salir a buscarlo mientras el estuviera en su despacho y asi tendria la oportunidad de hacerlo. Era esencial que Rhea y Fel entraran en el apartamento y sorprendieran a Sydney. Estaba seguro de que se desmayaria de miedo. Temblaria con solo ver un arma. Estaba convencido de que no tendria problemas con el, pero, para evitar toda sospecha, tendria que hacerme el valiente. Tendria que recibir algun golpe de Fel con la pistola. Aquella idea no me gustaba demasiado, pero resultaba esencial para mantenerme libre de toda sospecha. Ya habia sufrido una contusion en el accidente. No debia golpearme en la cabeza sino en la cara.

Todas estas ideas rondaban mi cabeza mientras me dirigia de vuelta a Paradise City. Estaba convencido de que tanto Rhea como Fel estaban de acuerdo, a pesar de las sospechas de ella. Pero si creian que iba a dejarlos marchar con un millon ochocientos mil dolares en diamantes estaban mal de la cabeza.

La trampa del plan consistia en hacer que robaran el collar de vidrio. Durante el vuelo de regreso a Paradise City habia empezado a darme cuenta de que tenia ciertas dudas respecto a Rhea. Ahora, mientras volvia en el Buick me pregunte si de veras queria enredarme con ella. La deseaba mucho, si, pero descubri que deseaba mas el millon ochocientos mil dolares. Podia haberla poseido como la prostituta que era, lo habria hecho, pero me habia dado cuenta de que era una mujer dura, sin ningun atisbo de sentimientos en su interior. A cada kilometro que me alejaba, me convencia mas la idea de utilizarlos tanto a ella como a su hermano. Pero, a diferencia del estupido de su hermano, ella sospechaba. Tendria que manejarla muy cuidadosamente el miercoles por la noche.

Seria un gran fracaso que oliera a gato encerrado y se negara a hacer el trabajo. Sin ella y Fel el plan no tenia sentido.

No podia andar buscando por ahi a dos tipos que robaran una joya para mi.

Todo dependia entonces de como la manejara el miercoles por la noche. Estaba seguro de que iria al motel, pero para entonces ya habria tenido tiempo de reflexionar y tratar de averiguar por que le habia ofrecido estupidamente medio millon. Por la expresion de sus ojos, note que no la habia convencido mucho mi explicacion.

Sin embargo, estaba seguro de algo: nunca se le ocurriria que el collar era falso. Como iba a dejarles llevarse el collar, pensaba que sus sospechas se aquietarian. Dejar que se llevaran el collar era el anzuelo para que cayeran en la trampa y estaba seguro de que ella no reconoceria ese anzuelo. Pensaria que llevaba las de ganar con el collar en su poder. Estaria segura de que asi yo no podria hacerle una jugada.

Cuando llegue a la tienda el martes por la manana, Jane Barlow, mi secretaria, me dijo que Sydney no iba a ir a trabajar. No se encontraba bien. Supe que estaria luchando con el diseno del collar y que le resultaba dificil. Pense en llamarlo, pero con Terry observandome todo el tiempo decidi que lo llamaria durante la hora del almuerzo.

La manana fue bastante movida y vendi un broche de diamantes, un brazalete y un anillo de compromiso antes del almuerzo.

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