Vi a Sydney tomar la daga de los Borgia que utilizaba como cortapapeles: una antiguedad que le habia costado varios miles de dolares y de la que estaba muy orgulloso. Se abalanzo sobre Fel embistiendo como un toro, con la daga hacia delante, el rostro como un pergamino viejo y los ojos salidos de las orbitas. Parecia un homicida.

Vi a Rhea retroceder y levantar el arma, sonriendo con maldad. Hubo un destello y un disparo justo cuando Sydney estaba sobre Fel, que se habia quedado inmovil, estupefacto. La punta de la daga le hirio el brazo, que comenzo a sangrar. La parte posterior de la cabeza de Sydney estallo como un hongo rojo y cayo con un golpe que conmovio la habitacion.

El humo del arma se elevo hacia el techo. Fel retrocedio, sujetandose el brazo. De alguna manera, logre ponerme a cuatro patas.

Observe el cuerpo de Sydney. Algo horrible, blanco, mezclado con sangre, empezo a surgir de la parte posterior de su cabeza. Tenia que estar muerto. Lo sabia. ?Sydney! ?Muerto! Senti algo flojo en la boca y escupi un diente sobre la alfombra persa de doscientos anos. Empece a arrastrame hacia el. Queria tocarle, tratar de reanimarle y, cuando estaba a punto de alcanzarle, la sombra de Rhea aparecio ante mi.

Me quede rigido, sobre las manos y las rodillas, chorreando sangre por la boca. Frente a mi habia un gran espejo y vi reflejada su figura en el. Las inmensas gafas plateadas, sus blancos dientes, los labios tirantes en una malvada sonrisa, y el traje rojo que la hacia parecer un demonio escapado del infierno.

Sostenia el arma por el canon. A pesar de que yo la veia en el espejo, me golpeo con el arma en la cabeza.

Cuando recupere la consciencia, no podia saber que habia estado en coma cinco dias, que me habian operado del cerebro y que me habian dado por muerto dos veces.

El sonido de una voz fue el primer indicio de vida que tuve mientras me sentia flotar entre aguas turbulentas. Seguia nadando, elevandome cada vez mas sin ahogarme, nadando con movimientos lentos, tranquilos, para alcanzar la superficie, y me volvi hacia la voz que hablaba desde muy cerca, hasta que por fin las palabras penetraron en mi.

La voz decia:

– Mire, doctor, ?cuanto tiempo mas cree que tendre que quedarme aqui, esperando a que este tipo vuelva en si? Me muero, aqui sentado. Soy el hombre fuerte del cuerpo. Por amor de Dios, ?llevo aqui sentado cinco dias!

?El cuerpo? ?La policia?

?Cinco dias?

Permaneci inmovil, sintiendo una terrible jaqueca.

Otra voz dijo:

– Podria salir del coma en cualquier momento. Y podria permanecer asi meses.

– ?Meses? -grito el otro hombre-. ?No puede hacer nada? ?Darle una inyeccion o algo? Si sigo sentado aqui yo tambien voy a entrar en coma y entonces tendra dos pacientes y no uno.

– Lo siento… tenemos que esperar.

– ?Maravilloso…! ?Y yo que hago, practico yoga?

– Podria ser una buena idea, senor Lepski. El yoga es muy beneficioso.

Hubo una pausa y, despues, el hombre llamado Lepski hablo:

– ?Asi que no puede sacarle de ese coma?

– No.

– ?Y podria tardar meses?

– Si.

– Bien, doctor, o sea que tengo que quedarme sentado.

– Eso parece.

Luego, el sonido de unos pasos alejandose, una puerta que se abria y cerraba y el hombre llamado Lepski que resoplaba, se ponia en pie y comenzaba a pasearse por el cuarto. Sus movimientos se tornaron un telon de fondo. Pude pensar en lo que habia oido. Desee que no me doliera tanto la cabeza para poder pensar con mayor claridad. Con gran esfuerzo, me obligue a recordar el pasado. Volvi a ver el terrible momento en que Rhea habia matado a Sydney. La vi aproximar el arma, vi el disparo, lo oi y vi estallar la cabeza del pobre y valiente Sydney en una mezcla de sangre y cerebro.

?Habia sido tan estupido! ?Por que habia juzgado tan mal su coraje? Le vi ir al ataque de Fel, con la daga de los Borgia en la mano… algo que yo jamas habria hecho ante la vision de un arma tan amenazadora. Habia sido algo loco e inutil pero magnifico a la vez; solo alguien de gran valor y coraje seria capaz de algo asi. Sydney debio sospechar que aquellos dos iban por el collar, pero no sospechaba que el collar era falso y que habia dado su vida por nada. Bueno, estaba muerto. Y ahora yo me hallaba en una situacion dificil, con aquel oficial de policia sentado a mi lado, esperando a que recuperara el habla. ?Sospecharian que estaba involucrado en el asesinato y el robo? ?Era posible? ?Como habria reaccionado Maddox, al saber que su empresa tendria que pagar tres cuartos de millon de dolares? Conociendole, en lugar de pagar aquella enorme suma el hurgaria y hurgaria y hurgaria hasta encontrar algo que me relacionara con el asesinato.

Bien, tenia tiempo. Si permanecia inmovil y no daba muestras de hallarme consciente, podria pensar en alguna forma de salir de aquello… Alguna manera de salvarme.

Oi que se abria la puerta. Una voz de mujer dijo:

– Su comida esta lista, senor Lepski. Me quedare yo a cuidarle.

– Muy bien, muneca. Si mueve una sola pestana me llama. ?Que hay de comer?

– Carne guisada.

– ?Seguro que es de carne y no de perro?

Ella rio.

– Ha desaparecido el gato de la jefa.

– ?Eso es! ?Ay, Dios mio! -Luego, la puerta se cerro.

Oi que la enfermera se sentaba y comenzaba a hojear un libro. Volvi a mis pensamientos.

Rhea y Fel se habian llevado el collar de vidrio. Fel habia resultado herido. ?Habria alertado a alguien del edificio el sonido del disparo? Tal vez la policia los hubiera atrapado ya y Rhea hubiera cantado. Quiza por eso aquel oficial tenia que cuidarme. Estaba seguro de que si cogian a Rhea, me implicaria. ?Pero, como saberlo? Tambien estaba seguro, por lo que habia podido ver en el espejo, de que su intencion habia sido matarme, como habia matado a Sydney. Pero si sobrevivia… como parecia que iba a hacer… y si les atrapaban a ella y a Fel, entonces, ella hablaria.

Senti deseos de apretarme la frente con las manos, pero resisti. Necesitaba tiempo. Debia simular que aun estaba en coma.

?Y si ella y Fel habian escapado? ?Que harian? Habian robado un collar cuyo valor estimaban en al menos un millon de dolares. Sabian que cualquier movimiento en falso seria desastroso. ?Intentarian venderlo? Yo les habia advertido que ningun pequeno perista lo tocaria. Con el crimen pendiente sobre sus cabezas, ?se atreverian a acercarse a un perista? Sin embargo, imaginaba a Rhea, con su codicia, sin poder resistir la tentacion de intentar convertir el collar en dinero.

?Pero por que pensar en ellos? Si queria sobrevivir, tenia que pensar en mi mismo.

?Y si la policia o Maddox (el en especial) sospechaban que yo estaba tras el robo? ?Y si conseguian un permiso para abrir mi caja fuerte? ?Como reaccionarian cuando encontraran el collar verdadero?

Despues, vi un atisbo de esperanza… una solucion… ?Dios mio, como necesitaba una solucion!

Permaneci inmovil, mientras mi mente trabajaba, y por fin halle algo que tal vez podria salvarme… siempre y cuando la policia no enganchara nunca a Rhea y a Fel. Si no lo hacia, estaria a salvo. Podria burlar a Maddox. Podria regresar a la joyeria. Al haber muerto Sydney, Tom Luce me ofreceria entrar en la sociedad. Sin mi experiencia, el negocio podria fracasar. De repente, me senti mas aliviado, relajado y con esperanzas.

Podia zafarme, siempre que no atraparan a Rhea y a Fel.

?Pero, como estarian ellos? Nadie, aunque los hubiesen visto salir del edificio, podria identificarlos. Siempre que no hicieran ninguna estupidez como intentar vender el collar, como seguramente harian, estarian a salvo, como yo.

?Pero, y Rhea?

Recorde lo que Jenny habia dicho: Esta obsesionada por hacerse rica. No acepta el hecho de que

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