incomunicacion total. Tenia prohibido cualquier tipo de contacto con el exterior, por razones de la investigacion.
Estaba segura de que era inocente. Se preguntaba como seria la vida de Per cuando todo aquello hubiera pasado. Condenado por la prensa y por todos. Todos dudarian, hasta que encontraran al verdadero asesino. ?Y quien era? Se estremecia solo de pensarlo. ?Seria alguien a quien Helena se encontro por casualidad? ?O alguien a quien conocia? ?Alguien de quien Emma no sabia nada?
Era verdad que Helena y ella se conocian bien y tambien lo era que se lo contaban todo una a otra. O, al menos, eso era lo que creia. ?O tendria Helena secretos que Emma no conocia? Esos pensamientos la atormentaban. La hacian sentirse cansada e irritada en medio del dolor. Discutio con Olle, porque le parecia que el era incapaz de comprender. Le grito y llego a arrojar un paquete de leche al suelo, que puso perdida toda la cocina. Salpico hasta las vigas del techo, segun pudo advertir a la manana siguiente, cuando lo estuvo limpiando.
Todo aquello era como una pesadilla. Como si en realidad no hubiera sucedido. Retiro las ultimas macetas con flores medio mustias que quedaban en la ventana. «Me las llevare a casa, a ver si se recuperan», penso.
Echo una ojeada al reloj. Casi las nueve. Ya tenia que abrir la puerta del aula.
Los ninos la saludaron con timidez, cuando entraron en tropel y se colocaron al lado de sus pupitres. Estaba claro que sabian que la mujer asesinada era la mejor amiga de su senorita. Emma les dio la bienvenida y se sintio conmovida al ver lo guapos que se habian puesto para el fin de curso. Vestidos con colores claros y con el pelo recien lavado. Con vestidos y camisas bien planchados. Los zapatos relucientes y flores en el pelo.
Se sento al piano.
– ?Estais todos preparados? -pregunto, y los alumnos asintieron.
Al momento las voces claras de los ninos llenaron el aula. Cantaron
Estaban siguiendo al pie de la letra la tradicion de fin de curso. Emma dejo volar sus pensamientos en medio de la cancion, cuyos versos se sabia de memoria al cabo de tantos anos en la escuela.
Vacaciones de verano, si. Por su parte, no abrigaba ninguna esperanza. En aquellos momentos, solo intentaba no venirse abajo. No derrumbarse. Tenia que ocuparse de sus hijos. Sara y Filip tenian derecho a unas estupendas vacaciones de verano. Estaban entusiasmados con todas las cosas que iban a hacer juntos. Viajar, banarse en la playa, ir a ver a sus primos, hacer una excursion a la isla de Gotska Sandon, quiza ir a Estocolmo a dar una vuelta. ?De donde sacaria fuerzas para todo? Cierto que la conmocion se difuminaria. Que la tristeza se iria alejando. La ausencia de Helena le dolia. Y de eso no se recuperaria con facilidad. ?Y como iba a poder comprender lo ocurrido? Que su mejor amiga hubiera sido asesinada de una manera que solo pasaba en las peliculas. O lejos, en algun otro lugar.
La fecha del sepelio estaba decidida. La inhumarian en Estocolmo. Los ojos se le llenaron de lagrimas con solo pensarlo. Desecho aquellos pensamientos.
De pronto, advirtio que los ninos se habian callado. No tenia ni idea de cuanto tiempo habia seguido tocando el piano despues de que finalizara la cancion.
Para Johan, la estancia en Gotland estaba a punto de tocar a su fin. Al menos por aquella vez. Habia comentado con Grenfors acerca de cuanto tiempo estaba justificado permanecer en la isla. La policia habia silenciado cuanto tenia que ver con la investigacion del caso. Todo indicaba que no habian aparecido nuevas pistas o indicios. El novio seguia detenido, y lo mas probable era que solicitaran para el prision provisional. Ignoraban las razones por las cuales era sospechoso. La sensacion que causo al principio la noticia del asesinato ya habia remitido, ahora ya solo aparecia de forma esquematica en las emisiones. Era viernes, y durante el fin de semana no se ofrecia ninguna emision de
Johan dispondria de unos dias libres. Primero haria una limpieza a fondo y la colada. Iria a ver a su madre y estaria un poco con ella. Aun estaba triste tras la muerte de su padre, fallecido de cancer el ano anterior. Los cuatro hermanos hacian lo que podian para ocuparse de ella, y, puesto que Johan era el mayor, era natural que asumiera mas responsabilidad. Trataria de animarla. La invitaria al cine y, quiza, a un restaurante. Luego se iba a dedicar a relajarse. Leer. Escuchar musica. Ir al futbol. El domingo, el Hammarby se enfrentaba al Futbol Club AIK en Rasunda. Su amigo Andreas habia conseguido entradas.
Tenia que pasar por el local de la redaccion para recoger sus cosas, pero decidio dar primero un paseo por la ciudad. Una llovizna suave y fina mojaba las calles. No quiso llevarse un paraguas. Alzo el rostro hacia el cielo, cerro los ojos y dejo que las gotas le cayeran sobre las mejillas. Siempre le habia gustado la lluvia. Lo tranquilizaba. En el entierro de su padre llovio y la lluvia hizo que lo recordara mejor. Mas digno y sereno, de alguna manera.
La vio en la calle Hastgatan, a traves de los grandes ventanales del cafe que habia al otro lado de la calle. Estaba sola, sentada en una de las mesas situadas junto a la ventana, hojeando un periodico. Tenia delante un vaso grande que parecia de cafe con leche.
Se detuvo. No sabia que hacer. Disponia de un rato libre antes de encontrarse con Peter en la redaccion. Sin saber como iba a acercarse a ella, ni lo que le iba a decir, decidio entrar.
El cafe estaba casi vacio. Le sorprendio lo moderna que era la decoracion. Techos bastante altos, taburetes rectos al lado de una barra grande, en donde las baguettes se apinaban junto a los quesos y los embutidos italianos. Unas magdalenas de chocolate enormes destacaban en las bandejas. Maquinas de cafe relucientes, y en la caja, una chica mona con el cabello recogido en un bonito mono de estilo despeinado. Como cualquier cafe italiano.
«Es increible encontrar un cafe asi en un sitio tan pequeno como Visby», penso.
Desde que la universidad habia abierto sus puertas en la isla hacia unos anos, fueron apareciendo nuevos sitios, y la ciudad habia cobrado vida durante la temporada baja.
Emma estaba sentada al fondo del local. Al acercarse Johan, levanto la vista.
– Hola -saludo, y penso en lo ridicula que debia de parecer su sonrisa. ?Que tenia aquella chica que le ponia de aquella manera? Ella lo miro con expresion interrogativa. ?Dios mio, ni siquiera le reconocia! Casi de inmediato, a ella le cambio la expresion del rostro y se aparto el cabello a un lado.
– Hola. Eres el de TV. Johan, ?no?
– Eso es. Johan Berg, de
– Claro -asintio mientras retiraba el periodico.
– Voy a pedir un cafe. ?Quieres tomar algo?
– No, gracias. No me apetece nada.
Pidio un expreso doble. Mientras esperaba en la barra no podia dejar de mirarla. El cabello le caia recto y abundante a ambos lados de la cara. Llevaba una cazadora vaquera encima de una camiseta blanca. Pantalones vaqueros lavados a la piedra, igual que la otra vez. Las cejas bien perfiladas y grandes ojos oscuros. Ella encendio un cigarrillo y volvio la mirada hacia el. Sintio que enrojecia. ?Mierda!
Pago el cafe y se sento frente a ella.
– No creia que iba a volver a verte otra vez.
– Ya… -asintio, y lo miro inquisitiva y dio una calada al cigarrillo.
– ?Que tal estas? -pregunto y se sintio como un idiota.
– Pues no muy bien. Pero, al menos, han comenzado las vacaciones de verano. Soy maestra -explico-. Hoy ha sido el fin de curso y para esta tarde, la escuela ha organizado una fiesta para los padres y los ninos. No tenia fuerzas para quedarme. Me siento mal. Por lo del asesinato de Helena. No consigo asimilar aun que sea verdad. Pienso en ella todo el tiempo.
Dio una nueva calada al pitillo.
Se sintio tan atraido por ella como la vez anterior. Le hubiera gustado tomarla en brazos. Consolarla y abrazarla. Reprimio el deseo.
– Es dificil de comprender -continuo Emma-. Que haya ocurrido de verdad.
Miraba el cigarrillo sin fijarse en el, mientras lo sacudia en el cenicero y las pequenas pavesas de ceniza caian dentro de el.
– Pienso, sobre todo, en quien puede haber sido. Y me desespera pensar que alguien me la ha arrebatado.