contesto:
– Eso ya te lo he explicado. Me parecia una chica divertida y atractiva, pero no significaba nada especial para mi.
Knutas opto por cambiar de tercio.
– ?Que sabes de sus antiguos novios?
– Bueno, tuvo un buen numero de ellos con los anos. Casi siempre estaba con alguien. Por lo general, no duraba mas de un par de meses, o tres. Eran chicos del instituto y otros que encontraba fuera. Chicos de la Peninsula que venian a pasar las vacaciones, y con quienes mantenia una relacion de unas semanas antes de liarse con el siguiente. En general era ella la que se cansaba. Seguro que rompio bastantes corazones.
Knutas pudo adivinar una pizca de amargura en su voz.
– Luego esta ese profesor con el que se veia a escondidas.
Knutas arrugo la frente.
– ?Quien era?
– Era profesor de gimnasia en el instituto. ?Como se llamaba…? Hagman. Goran. No, Jan. Jan Hagman. Estaba casado, asi que hubo muchas habladurias.
– ?Cuando fue eso?
Kristian trataba de recordar.
– Tuvo que ser el ano que estabamos en segundo, porque en primero tuvimos a otro profesor que luego se jubilo. Helena y yo ibamos juntos a la misma clase, en el instituto tambien. En la linea de ciencias sociales.
– ?Cuanto tiempo duro esa relacion?
– No lo se con seguridad. Pero creo que bastante. Tuvo que durar mas de medio ano, sin duda. Creo que habia empezado antes de Navidad, porque Helena le dijo a Emma que lo veria durante las vacaciones de Navidad. Emma me lo conto a mi en una fiesta, cuando estaba un poco bebida. Lo mas probable es que no tuviera intencion de contarlo. Pero, al mismo tiempo, seguro que estaba preocupada por Helena, porque eran muy amigas. Al fin y al cabo, el estaba casado, tenia hijos y era mucho mayor que ella. Recuerdo que estuvieron juntos en un viaje del instituto que hicimos a Estocolmo, antes de que empezaran las vacaciones de verano. Hagman era uno de los profesores que venian con nosotros. Alguien los vio entrar en la habitacion de ella por la noche, y eso llego a oidos de los otros profesores que iban con nosotros. Cuando volvimos del viaje circularon un monton de comentarios al respecto. Luego, llego el verano y todo el mundo se largo de vacaciones. Despues, no volvi a oir nada sobre el tema. En otono, el ya no estaba en el instituto.
– ?Hablaste con Helena de su relacion con el profesor?
– No, la verdad es que no. Todos nosotros nos dimos cuenta de que la habia afectado bastante. Recuerdo que no se dejo ver en todo el verano. Cuando empezo el nuevo curso despues de las vacaciones, habia adelgazado mucho, diria que mas de diez kilos. Parecia palida y ojerosa, cuando todas las demas estaban estupendas y bronceadas. Seguro que la mayoria lo recuerda, porque no era propio de ella.
– ?Por que no has dicho nada de esto antes?
– No se. No pense en ello. Ha pasado ya tanto tiempo… Mas de quince anos.
– ?Tienes alguna idea de quien pudo haberla matado? ?Algo que se te haya ocurrido desde la ultima vez que hablamos?
– No. No tengo la menor idea.
Kristian Nordstrom acompano a Knutas hasta la puerta. Notaron el calor cuando salieron a la escalera desde la frescura del interior. En el exterior, la naturaleza estaba en plena floracion, propia de principios de verano.
A Knutas se le arremolinaban los pensamientos en la cabeza, mientras conducia bajo el sol de la tarde de vuelta a Visby. ?Que significaba la historia con el profesor? ?Por que no la habia mencionado nadie, ni siquiera Emma, su mejor amiga?
«Fue hace mucho tiempo, pero de todos modos…»
Cuando llego a la comisaria, se dio cuenta del apetito que tenia. Ir a cenar a casa parecia impensable. Despues de conocer aquellos nuevos detalles, queria convocar una reunion inmediatamente. Marco el numero de telefono de su casa e informo de que iba a llegar tarde.
Su esposa, ya acostumbrada, recibio la noticia con tranquilidad. Hacia ya muchos anos que se habia despedido de las cenas diarias en familia. «Quiza sea por eso por lo que nuestro matrimonio funciona -se decia Knutas mientras subia la escalera hasta la seccion de lo judicial-. El hecho de que cada uno de nosotros se sienta seguro en su plataforma vital, sin tener como objetivo el estar siempre juntos. Eso, desde luego, hace la vida en comun mas llevadera.»
Los companeros de la policia judicial que se encontraban alli hicieron un pedido en comun a su pizzeria habitual. Entre bocado y bocado, el comisario resumio su encuentro con Kristian Nordstrom y lo que este le habia contado de la relacion amorosa de Helena Hillerstrom con el profesor de gimnasia Jan Hagman.
– ?Has dicho que se apellidaba Hagman? -interrumpio Karin-. No hace mucho estuve con el. Estuvimos en su casa, en Grotlingbo -dijo, y se volvio hacia Thomas Wittberg-. ?Te acuerdas? Su mujer se habia suicidado.
– Si, es verdad. Hace solo unos meses. Se ahorco. Era un tipo bastante raro. Muy reservado; resultaba dificil hablar con el. ?Recuerdas que pensamos que era raro que no pareciera triste en absoluto, ni siquiera sorprendido, de que su mujer se hubiera suicidado? -dijo Wittberg.
– Hicimos una investigacion, claro esta -dijo Karin-. Pero todo apuntaba a un suicidio y cuando llego el informe de la autopsia quedamos convencidos. Se colgo en un granero que habia en la finca.
– A ese tenemos que controlarle -mascullo Knutas.
– Pero ?por que iba a tener Hagman algo que ver con esta muerte? -pregunto Wittberg-. Hace veinte anos que mantuvieron una relacion. No entiendo por que vamos a dedicarle tiempo a una historia tan vieja. Un lio con un profesor en el instituto. Diablos, que tenia treinta y cinco anos cuando se la cargaron.
– Yo tambien opino que parece un poco exagerado -dijo Norrby.
– Tal vez, pero de todas formas puede que valga la pena hablar con Hagman -insistio Knutas-. ?Que dices tu, Karin?
– Pues claro, puesto que no tenemos ninguna pista concreta que seguir. Aunque parece extrano que en todos los interrogatorios que hemos hecho, nadie haya nombrado a ese profesor de gimnasia. ?Y por que lo suelta Kristian Norstrom precisamente ahora?
– Me dijo que no habia pensado en ello -contesto Knutas-. Que hada tanto tiempo que… De hecho, tampoco lo ha mencionado nadie.
Retiro el carton de la pizza.
– Si nos concentramos en el presente, ?hay algo nuevo que contar de las victimas? -pregunto Karin.
– Si, el grupo que trabaja en la investigacion de sus vidas esta en ello. Kihlgard de la policia nacional viene de camino. Estaba durmiendo cuando lo llame -dijo Knutas-. Una cabezadita despues de la comida, lo llamo el.
Norrby enarco las cejas.
– Si, a mi tambien me gustaria hacerla. Algunos tienen tiempo para reponerse.
El murmullo que se produjo quedo interrumpido cuando se abrio la puerta y en el vano aparecio el imponente cuerpo de Kihlgard.
– Hola. Siento llegar tarde -miro con avidez los cartones de las pizzas-. ?Ha sobrado algun trozo para mi?
– Si, toma el mio. No puedo con todo -ofrecio Karin, y le paso su carton.
– Muchas gracias -gruno Kihlgard y enrollo con la mano lo que quedaba de la pizza y le hinco el diente.
– ?Que buena esta! -exclamaba entre bocado y bocado. Los demas dejaron la conversacion para mirarlo fascinados. Por un momento olvidaron por que se encontraban alli.
– ?Pero no acababas de comer? -le pregunto Knutas.
– Si, pero un poco de pizza siempre cabe -farfullo Kihlgard y dio otro bocado-. ?Donde estabais? A ver, repite esa historia del profesor.
Knutas volvio a contar otra vez la conversacion que habia mantenido con Kristian Nordstrom.
– Bueno. Nosotros estamos investigando la vida de esas mujeres y hasta ahora no hemos oido nada de eso -manifesto Kihlgard-. Cierto que tuvo un monton de relaciones, pero ninguna con un profesor, que yo sepa. Asi pues, eso tuvo que ocurrir hace aun mas tiempo, en el instituto, supongo.
– Si. Por lo visto, iniciaron una relacion amorosa en otono, cuando Helena cursaba segundo. Quedaron en