fue mayor de edad, se cambio el apellido por el de Olsson, aunque sus padres se apellidaban Brostrom. Se que su madre lo paso mal entonces. Tiene tambien un hermano, que vive en la Peninsula. Me parece que ha mantenido el apellido Brostrom. Creo que fue la chica quien les dio mas problemas a los padres.
– ?Que tipo de problemas?
– Faltaba mucho a la escuela, se vestia de forma extrana y cada vez que te la encontrabas llevaba un color de pelo diferente. El padre era pastor protestante. Supongo que debio de ser especialmente duro para el. Gunilla era, como diria yo…, rebelde, eso es. Entonces, cuando era joven, quiero decir. Luego se fue a Estocolmo y asistio a la Escuela de Arte, y luego solo se que se largo al extranjero.
Johan se quedo atonito con su interlocutora, que parecia una agencia de informacion. Peter se habia unido a ellos, con la camara en marcha mientras la otra hablaba.
– El caso es que presento un par de exposiciones la primavera pasada -prosiguio la mujer-. Y creo que le fue bastante bien. Bueno, la verdad es que hacia cosas muy bonitas.
La locuaz senora acaricio al perro, que empezaba a impacientarse.
– ?Uf!, esto es espantoso. Ya no se va a atrever una ni a salir de casa. Yo estuve en una de sus exposiciones e intente hablar un poco con ella, pero no lo consegui. Apenas me contesto.
– ?Sabes si tenia alguna relacion?
– No. Bueno, ahora que lo dices, ultimamente he visto por aqui a un tipo al que no conozco. Salgo mucho de paseo con el perro y lo he visto varias veces.
– ?Ah, si? ?Cuando?
– La primera vez hace ya unas semanas. Pasaba por aqui una tarde, y vi que salia de la casa.
– ?Hablaste con el?
– No. Creo que no me vio.
– ?Puedes describirlo?
– Era alto y de pelo muy rubio.
– ?Que edad tenia?
– Era bastante joven. Unos treinta, quiza. Luego, he visto a un hombre un par de veces, y estoy casi segura de que era el mismo.
– ?Cuando?
– Volvi a ver a ese hombre una semana despues de la primera vez. Venia andando desde la casa de ella y bajaba por el camino hacia la parada del autobus. Parecia que tenia prisa, porque caminaba con rapidez. Me lo encontre en el camino y me fije bien en el. Parecia elegante, bien vestido. Desde luego, no se trataba de ningun desastrado.
– ?Y dices que tenia unos treinta anos?
– Si, mas o menos. No lo se con seguridad.
Johan sintio que se le aceleraba el pulso. Era posible que aquella mujer hubiera visto al asesino.
– ?Sabes si tenia coche?
– Si, un coche desconocido ha aparcado aqui un par de veces. Un Saab, bastante viejo. No se de que modelo, pero me parecio que tenia mas de diez anos.
Johan termino la entrevista y volvio al coche para dirigirse a la comisaria, donde tendria lugar la rueda de prensa. Alli se encontro con el reportero de las noticias nacionales, Robert Wiklander, que ya habia llegado. Aktuellt iba a emitir en directo. En Gotland no habia ningun equipo movil con el equipo tecnico necesario para emitir en directo, pero ya habia salido uno desde Estocolmo, que llegaria a tiempo para la emision de las nueve. Lo cual significaba que Johan y Peter se podian ir a los locales de la antigua redaccion a editar su material para las ultimas emisiones de la noche.
Despues estarian libres, Noticias Regionales no se emitia en los dias festivos. Robert y su fotografo se encargarian de cubrir la informacion el resto de la tarde. A Johan le prometieron darle libre el dia que se celebraba el solsticio de verano. Robert ya habia trabajado antes en Gotland y conocia las condiciones. Prometio no llamar a Johan al dia siguiente, salvo que fuera absolutamente necesario.
Mama, ven. Esta oscuro. Mama, ayudame. La almohada esta negra. Lloraba con la boca apretada contra la suave almohada. Repetia las mismas palabras una y otra vez. Lloraba a lagrima viva. Cerraba los ojos con tanta fuerza que veia figuras macabras retorciendose en medio de la negrura. Detras de sus parpados se movian gusanos claros, serpientes de cabezas enormes y monstruos que se agitaban por todas partes. Estaba tumbado de lado, con las rodillas dobladas y abrazado a la almohada. Le dolia el estomago como si tuviera dentro de el un balon duro como una piedra. Se mecia de un lado a otro. El almohadon estaba mojado de lagrimas y de mocos.
Eran las cuatro de la tarde. Su hermana estaba en la cuadra y sus padres no volverian a casa hasta las seis.
El dia le habia ido mal de verdad. Lo pillaron en el camino desde la escuela hasta su casa. Habia sido demasiado confiado. Hacia tanto tiempo que casi habia olvidado como era. Un cosquilleo en la boca del estomago, mezclado con una pizca de esperanza de que tal vez su situacion estuviera cambiando. Le habian dejado en paz, no se habian metido con el en todo el dia y, en el recreo, un chico de otra clase incluso hablo con el. Habian quedado en que cambiarian cromos de hockey al dia siguiente. Cuando cruzo corriendo el patio, despues de haberse dado prisa, como siempre, tras la ultima clase, los odiosos ya estaban alli.
Le cerraron el paso. Intento escapar. Eran mas rapidos. Lo agarraron y lo arrastraron escaleras abajo fuera del gimnasio. Entre la entrada del gimnasio y el hueco de la escalera habia un cuartucho que no se utilizaba, y alli lo metieron. El panico lo sumio en las tinieblas. Unas manos fuertes, secas e implacables le tapaban la boca. Noto el sabor salado de sus propias lagrimas que resbalaban entre aquellos dedos y llegaban a su boca. Dos de ellos le sujetaban los brazos y le tapaban la boca, mientras los otros lo empujaban. Le pellizcaron por todo el cuerpo, le aranaron y mordieron. La cosa se ponia cada vez mas fea. Cuando uno de ellos empezo a desabrocharle los pantalones, penso que iba a morir. Lo agarraron unos brazos fuertes y le obligaron a ponerse a cuatro patas.
Le golpearon en el culo con una cuerda de saltar a la comba. Azotes fuertes y decididos. Se turnaban, de uno en uno. Todos querian darle. Cerro los ojos y trato de pensar en otra cosa. El sol, el mar, los helados italianos. Los dias de pesca con el abuelo. Los maltratadores seguian incansables, mientras le escupian insultos. Voces llenas de desprecio. Asqueroso, gordinflon, bola de grasa, cerdo…
Al cabo de un rato no podia respirar. La presion sobre la boca era tan fuerte que le faltaba el aire. Gritaba sin que se le oyera. Aquel grito se le iba a quedar dentro del cuerpo para el resto de su vida.
Sintio algo caliente que le resbalaba por los muslos.
– Joder, que guarro, se ha meado -oyo que decia uno.
– Nos largamos -decidio otro.
Lo soltaron y desaparecieron del hueco de la escalera. Se derrumbo sobre el suelo de cemento. No sabia cuanto tiempo habia permanecido alli. Al fin consiguio ponerse de pie, recoger su ropa y salir. Ya en casa, subio a su habitacion. Cerro la puerta. Lloro y grito alternativamente. Se metio en cama. Le escocia el culo y habia empezado a sangrar. Nunca le pegaban en la cara. Suponia que era porque no querian que se notara. En medio de su desesperacion, se avergonzaba. Debia de ser un engendro para que lo sometieran a todo aquello. No se atrevia a contarselo a nadie.
– ?Mama! -gritaba contra la almohada-. ?Mama!
Al mismo tiempo era consciente de que, cuando ella volviera a casa, el se comportaria como siempre. Para entonces ya se habria secado las lagrimas y lavado la cara. Ademas de beber varios vasos de agua para tranquilizarse. Como en tantas otras ocasiones anteriores, su madre no notaria nada. La odiaba por ello.
Para la conferencia de prensa, la policia local habia elegido la sala mas grande de que disponian en las dependencias. La sala estaba abarrotada. Ahora, hasta la prensa de los otros paises escandinavos se interesaba por el caso del misterioso asesino que tenia en jaque a la policia sueca.