El jefe de la investigacion pidio a la prensa que no desvelara la identidad de la victima. No todos los familiares estaban informados. La policia no habia conseguido ponerse en contacto con el hermano, que se encontraba fuera navegando por la costa oeste.
No revelaron nada acerca del inhalador.
Knutas no se habia sentido nunca tan agobiado. Estaba muerto de cansancio. Cabreado por haberse quedado sin celebracion. Cabreado porque se hubiera producido un nuevo asesinato. Cabreado porque no habian avanzado nada en la investigacion. Varias veces tuvo que pedir ayuda a sus companeros, para que respondieran a las preguntas de los periodistas. Sobre todo, a Karin Jacobsson, pero tambien a Martin Kihlgard, quien demostro ser firme como una roca en aquellas situaciones. El comisario se sentia obligado a defender el enorme trabajo que habia hecho la policia, a pesar de su absoluto fracaso a la hora de detener al asesino. Las palabras sonaban huecas, incluso en sus oidos. La imagen de Gunilla Olsson muerta se le habia quedado grabada en la retina y alli la tuvo fija durante toda la rueda de prensa.
El grupo de periodistas alli reunido hizo todo lo posible por pulverizar los argumentos policiales y criticar el trabajo hecho. Knutas se preguntaba a veces como podian soportar los periodistas su profesion; esa actitud siempre critica; esa busqueda constante de enfrentamiento; ese concentrarse siempre en lo negativo. ?Como podian soportarse ellos mismos? ?De que hablaban durante la comida en sus casas? ?De la guerra en Oriente Medio? ?De la situacion en Irlanda del Norte? ?De la union monetaria? ?De la politica tributaria de Persson?
De repente, sintio un enorme cansancio. Las preguntas zumbaban en el aire como avispones irritados. Perdio la concentracion. Se bebio un vaso de agua y logro tranquilizarse.
Por ultimo, los reporteros le solicitaron entrevistas individuales.
Al cabo de dos horas, por fin, habia acabado todo. Les dijo a sus colegas que no queria ser molestado y se encerro en su despacho. Cuando se sento ante su escritorio se sentia casi al borde del llanto. Dios Santo, una persona adulta. Estaba muerto de cansancio y hambriento y se dio cuenta de que solo habia comido un bocadillo entre el desayuno y la comida, interrumpida de aquella forma tan brutal. No era de extranar que le doliera el estomago de hambre. Telefoneo a su mujer a la casa de veraneo en Lickershamn.
– Ven a casa, carino. Ya hace un buen rato que se han ido los invitados. La fiesta se nos aguo un poco. Ha sobrado mucha comida. Te preparare un buen plato de fiesta, y hay cerveza fria. ?Que te parece? Vente ya.
La voz suave de su mujer le hacia sentirse pequeno.
Johan respeto el ruego de la policia de no hacer publicos el nombre ni la fotografia de la mujer asesinada, Gunilla Olsson. Ni siquiera expuso que era ceramista. Cuando terminaron su trabajo, Johan y Peter decidieron salir a dar una vuelta, pese a que ya eran mas de las doce y estaban rendidos.
Despues de todo, era la noche del solsticio de verano, como senalo Peter.
Johan estaba de acuerdo: Habia estado varios dias llamando a Emma y enviandole SMS, sin recibir respuesta. Seguro que estaba fuera, en alguna pradera estival celebrando la fiesta del verano con la familia al completo. No valia la pena insistir y echarla de menos. Aquello no podia funcionar de ninguna manera. La ausencia le dolia y solo se podia curar con alcohol. Queria olvidar a Emma, los asesinatos, a su madre deprimida… Si, al carajo con todo.
Se dirigieron a un bar de la parte baja, en el puerto. Alli la gente estaba de fiesta, sin tener ni idea del ultimo asesinato, o al menos eso parecia. «La mayor parte de la gente tiene cosas mejores que hacer la noche de
Pidieron una cerveza cada uno.
– ?Que tal con Emma? -pregunto Peter.
– Ah, creo que no hay nada que hacer. No funcionara nunca.
– ?Y tu estas colgado?
– Demasiado, probablemente. No lo se. Nos hemos visto muy poco, pero no he conocido a nadie como ella. Es increible -explico, y sonrio burlon.
– ?Que vas a hacer?
– No se; lo unico sensato que puedo hacer es mandarla al cuerno, sencillamente. Pero no tengo ganas de hablar ahora de esto. Hoy ya hemos tenido mas que suficiente.
– Vale. Feliz fiesta -brindo Peter y trasego de un trago la cerveza que le quedaba.
Un par de chicas jovenes, con tops muy cenidos, la tripa al aire y el cabello largo, se abrian paso a codazos, sonriendoles para intentar llegar a la barra. Labios pintados y ojos chispeantes. Peter aprovecho la ocasion al vuelo.
– Hola, chicas, ?que quereis?
Ellas cruzaron una mirada de complicidad. Observaron a Johan y a Peter, coqueteando con sus pestanas espesas y rizadas.
– Una copa de vino, gracias -respondieron a coro.
Para Peter la noche resulto mas divertida de lo que habia imaginado. Johan se esforzo por meterse en el ambiente festivo, sin conseguirlo. Bebio una barbaridad. Cuando el dia despuntaba, estaba inclinado sobre el inodoro de su habitacion vomitando a chorro.
SABADO 23 DE JUNIO
Emma llamo al dia siguiente.
– Hola, soy yo.
– Hola -contesto medio dormido.
– Perdona que no te haya llamado, pero hemos pasado estos dias fuera. Y necesitaba pensar -anadio.
La somnolencia fue dejando paso a la esperanza, que aumentaba gradualmente.
– ?Que te pasa? Pareces cansado. ?Te acabas de despertar?
– Mmm.
– Pero si son las dos de la tarde…
– ?Tan tarde?
– Tenemos que vernos. Hemos discutido. Le dije a Olle que tenia que estar sola un tiempo. Al menos, unos dias. El se ha quedado con los ninos en casa de su hermano y su familia en Burgsvik. Necesito verte.
Parecia casi transparente. Apagada y encogida. Como si hubiera empequenecido desde la ultima vez que se vieron. Solo estaba alli, de pie. Con la nariz enrojecida y los ojos hinchados. La arrastro hacia dentro.
– ?Que ha pasado?
– No ha pasado nada. Estoy totalmente agotada. No se si voy o vengo.
– Sientate.
Emma moqueaba. Johan fue a buscar papel higienico. Se sentaron en la cama.
– La fiesta fue horrible -dijo ella-. Fuimos a casa de su hermano y de su familia. Pense que tenia que alejarme de ti, hacer vida normal. Distanciarme, vaya. Nos hemos banado, hemos jugado y hemos preparado barbacoas por la tarde. Los ninos se lo han pasado muy bien, claro, con sus primos, los abuelos y todo. Ha sido muy duro. A veces me sentia completamente vacia. Ha sido una tension enorme, porque todos se comportaban como si no hubiera pasado nada. Hacian todas las cosas normales, ya sabes. Aderezar los filetes, preparar cafe, jugar al kubb, cortar el cesped… Es como si cuanto mas caotica me siento por dentro, mas dificil me resultara afrontar todas esas cosas normales que uno suele hacer. ?Me entiendes? -Continuo sin esperar respuesta-. Se va a quedar alli con ellos unos dias. Yo he dicho que tenia que volver a casa. Para poder estar sola. Olle cree que es por todo lo que ha pasado. Que he sufrido algun tipo de conmocion y se trata de una crisis que superare. Ha llamado a un terapeuta y me ha concertado una cita. Pero yo no creo que sea solo eso. No lo siento asi. Es como si ya no tuviera nada que decirle. Como si no tuvieramos nada en comun. -Se sono varias veces-. No se que voy a hacer. No puede ser solo por esta relacion entre nosotros. Solo nos hemos visto unas pocas veces. Esto es una locura. No se lo que me pasa, me he vuelto loca.
– No he conocido nunca a nadie como tu, pero no quiero haceros dano, ni a ti, ni a tu familia.