De pronto sono su movil. Lo saco del bolso y pulso la tecla de los SMS:

«No puedo dormir. ?Y tu?/Johan.»

Salio fuera, a la escalera, y lo llamo. Contesto inmediatamente.

– ?SI-?

Una llamarada roja de pasion le recorrio el cuerpo, desde la cabeza hasta el estomago, pasando por los brazos, hasta la punta de los dedos.

– Hola, soy yo.

– Hola. Te echo de menos.

– Yo tambien a ti.

– ?Cuando nos podemos ver?

– No lo se. El esta aqui. Hemos hablado. Hoy va a volver con los ninos. Estan en casa del hermano de Olle, en Burgsvik. Los abuelos tambien estan alli.

– Entonces podremos vernos…

– No se. ?Que quieres decir?

– Si tu marido se va, te quedaras sola. Puedo ir ahi.

– ?Aqui? No, eso no puede ser, como tu comprenderas. No podemos vernos aqui, en nuestra casa.

– Entonces, ?podras venir tu aqui?

– No me apetece andar por ahi dando vueltas y con el temor de que alguien me vea.

– Te echo tanto de menos que me muero. Tengo que verte.

A Emma se le ocurrio una idea. Insensata, claro, pero que demonios.

– Bien, mira, tengo que ir a casa de mis padres en la isla de Faro un dia de estos. No hay nadie. Mis padres estan fuera, se han tomado unas largas vacaciones, y les he prometido darme una vuelta por alli. Habia pensado llevarme a mi amiga Viveka y quedarnos alli unos dias. Me gustaria mucho ir contigo. Me voy a volver loca si sigo en casa. Realmente tengo que largarme. La casa se encuentra justo al lado del mar. Es un lugar precioso.

– ?Y tu amiga?

– No hay ningun problema. Seguro que puede ir mas tarde. Hablare con ella. Bueno, lo cierto es que ya sabe algo de ti.

– ?De verdad? -Sintio calor en las mejillas. No pudo evitar sentirse halagado-. Me parece estupendo, pero no puedo quedarme mas de un dia. Ahora tengo mucho trabajo, con el ultimo asesinato y demas, pero una noche seguro que puedo ir. Y podre volver al trabajo un poco mas tarde manana. Pero esta tarde no estare listo antes de las seis.

– No importa. Puedo ir antes.

Emma entro de nuevo en casa. Tenia en el cuerpo la sensacion de encontrarse al borde del abismo, mezclada con la expectacion y una dosis de mala conciencia.

Cuando Olle se desperto, le sirvio el desayuno en la cama.

– He tomado una decision -le dijo-. Necesito pensar. Necesito distanciarme. Han pasado tantas cosas ultimamente, que estoy bastante confusa. Ya no se ni lo que quiero.

– Pero si anoche dijiste… -comenzo a decir desilusionado.

– Lo se, lo se, pero todavia tengo dudas -se justifico-. De lo nuestro. No se lo que nos queda. Tambien puede que solo sea lo de Helena y todas esas muertes. Necesito salir de aqui.

– Lo entiendo -admitio comprensivo-. Se que ha sido muy duro para ti. ?Que piensas hacer?

– Lo primero que hare es irme a la casa de mis padres. De todas formas tenia que ir a dar una vuelta por alli. Me marcho hoy.

– ?Sola?

– No, Viveka ha prometido acompanarme. Ya he hablado con ella -mintio.

Sintio un aguijonazo en el pecho. Otra mentira. Se avergonzaba de la facilidad con que lo hacia.

– Yo habia esperado que te vinieras hoy conmigo, claro. ?Que voy a decirles a los ninos?

– Diles la verdad. Que por unos dias me ocupare de la casa de los abuelos.

– Esta bien. Seguro que lo entienden. De todas formas, tendreis mucho tiempo para estar juntos el resto del verano.

Sintio remordimientos al ver lo comprensivo que era.

«Habria sido casi mas facil si se hubiera enfadado», penso Emma, cuya irritacion iba en aumento.

– Gracias, querido -le dijo escuetamente, y le dio un ligero abrazo.

Knutas habia pedido a Kihlgard que convocara a todos para una reunion en las dependencias policiales por la tarde, cuando Karin y el hubieran llegado de vuelta a Gotland. Abrio la reunion:

– Os comunico que hemos encontrado lo que creemos que es la ropa de las victimas en una caseta en Nisseviken. Los tecnicos la estan analizando en estos momentos, antes de enviarla al Laboratorio Nacional de Ciencias Forenses. La caseta esta acordonada y estamos tratando de averiguar quien es el dueno. Parece ser que estaba abandonada y que no se uso en muchos anos. Los familiares de las victimas estan de camino hacia aqui, para identificar las prendas. El hallazgo demuestra que lo mas probable es que el asesino este aqui, en Gotland. Desde este momento vamos a concentrar nuestros esfuerzos de busqueda aqui. Hasta nueva orden. ?Tenemos alguna novedad?

– Nos han llegado hoy los resultados de las huellas dactilares que aparecian en el inhalador encontrado fuera de la casa de Gunilla Olsson -dijo Kihlgard-. No hay ninguna huella en el archivo de delincuentes que coincida con ellas. Hemos comprobado que personas en el circulo de amistades de las victimas padecen asma o molestias similares agudas de tipo alergico. El resultado es que tanto Jan Hagman como Kristian Nordstrom son asmaticos. Sus inhaladores se compararan hoy con el que aparecio en casa de Gunilla Olsson.

– Bien -dijo Knutas-. ?Que les habeis sacado en los interrogatorios?

– Por lo que se refiere al interrogatorio de Hagman, le preguntamos que por que no comento nada del aborto cuando estuvimos en su casa. Nos dio una explicacion bastante razonable: no penso que el aborto tuviese importancia para nosotros, y sus hijos no saben nada de su relacion con Helena Hillerstrom, por eso no queria profundizar demasiado en ello. Cuando estuvimos alli, parecia sentir panico de que el hijo pudiera escuchar lo que deciamos.

– Lo comprendo -dijo Knutas-. Deberiamos haberle pedido que viniese aqui, en vez de interrogarle en su casa. ?Y con Nordstrom?

– Pues salta a la vista que es incomprensible que todo el tiempo haya negado haber mantenido una relacion con Helena y lo volvio a negar. Cuando le dijimos que teniamos las cartas, se vino abajo y lo reconocio inmediatamente. Sin embargo, no pudo explicar por quo lo habia negado antes. Solo dijo que no queria parecer sospechoso.

– ?Que mas?

– Los testigos han declarado que habian visto a un hombre desconocido en casa de Gunilla Olsson las ultimas semanas. Se le vio entrar en la casa o salir de ella tanto por la manana como por la tarde, por lo que no parece inverosimil que se tratase de un amigo -continuo Kihlgard-. Los testigos lo han descrito como un tipo alto, de aspecto agradable y de la misma edad que ella.

– ?Les habeis mostrado a los testigos alguna fotografia? ?Por ejemplo, de Kristian Nordstrom o dejan Hagman?

– No, no lo hemos hecho -admitio Kihlgard algo azorado.

– ?Como es posible?

– Pues la verdad es que no lo se. ?Alguien lo sabe?

Kihlgard dirigio la pregunta a sus colegas.

– Hemos de reconocer que se nos ha pasado. Se nos ha ido el santo al cielo, sencillamente -admitio Wittberg.

– Pues ya podeis encargaros de ensenarselas. Inmediatamente despues de la reunion -ordeno Knutas resuelto-. Bien, ?que hay de las coartadas de Nordstrom y de Hagman? -continuo-. ?Se han comprobado otra vez?

– Si -respondio Sohlman-, y parecen solidas.

– ?Parecen?

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