enfermedades y con la muerte, y se habia pasado la mayor parte de su vida esperando que le diagnosticasen cualquier enfermedad mortal. Lo unico que le interesaba era hacer tantos recorridos de golf como le fuera posible, antes de que eso ocurriera. Y, en aquellos momentos, Patrik parecia mejor candidato que el para caer enfermo.
– Por cierto que tu no tienes muy buen aspecto.
– Hay que fastidiarse, lo pesado que estas con ese tema, oye -replico Patrik enojado-. A ti me gustaria verte sacando adelante trabajo y ninos pequenos a la vez. No tener nunca tiempo de nada, no poder dormir como es debido. -Patrik lamento sus palabras en el mismo momento en que las solto como un torrente. Sabia que el dolor mas grande en la vida de Gosta era, precisamente, aquel hijo que habia perdido poco despues del parto-. Perdona, no ha sido muy acertado -dijo.
Gosta asintio.
– No pasa nada -asintio Gosta.
Guardaron silencio unos instantes, oyendo solo el ruido de los neumaticos al avanzar rozando la carretera nacional en direccion a Fjallbacka.
– Que bien lo de Annika y la pequena -dijo Gosta finalmente con expresion mas relajada.
– Si, pero una espera demasiado larga -contesto Patrik, aliviado de poder cambiar de tema.
– Ya, es increible que tarde tanto. Yo no tenia ni idea. La nina esta, ?cual es el problema? -Gosta sentia casi la misma frustracion que Annika y Lennart.
– Burocracia -respondio Patrik-. Y, en cierto modo, hay que estar agradecido de que lo comprueben todo tan bien y no entreguen a los ninos a cualquiera.
– Ya, claro, en eso tienes razon.
– Bueno, pues ya hemos llegado. -Patrik giro hasta aparcar delante de la casa de la familia Bengtsson. Un segundo despues, se detuvo tambien el coche de policia con Paula al volante y, cuando apagaron el motor, lo unico que se oia era el murmullo del bosque.
Kenneth Bengtsson abrio la puerta. Estaba palido y parecia desconcertado.
– Patrik Hedstrom -se presento estrechandole la mano-. ?Donde esta? -Les indico a los demas que aguardasen fuera. Si todos pisoteaban el lugar, podrian perjudicar la investigacion tecnica. Kenneth sujeto la puerta y senalo hacia dentro.
– Ahi. Yo… ?puedo quedarme aqui?
Patrik advirtio su mirada ausente.
– Espera con mis colegas, entrare yo -dijo haciendole a Gosta una senal para que se hiciera cargo del conyuge de la victima. El talento de Gosta como policia dejaba mucho que desear por lo demas, pero tenia buena mano con las personas y Patrik sabia que Kenneth estaria seguro con el. Ademas, pronto llegaria el personal forense. Los habia llamado antes de salir de la comisaria, de modo que el furgon no podia tardar mucho.
Patrik entro despacio en el recibidor y se quito los zapatos. Echo a andar en la direccion que le habia senalado Kenneth, suponiendo que se habia referido a la puerta que habia al final del pasillo. Estaba cerrada y Patrik se detuvo con la mano en el aire. Podia haber huellas. Empujo el picaporte con el codo y abrio la puerta cargando sobre ella el peso del cuerpo.
La hallo tumbada en la cama con los ojos cerrados y las manos a los lados. Se diria que estaba durmiendo. Se acerco un par de pasos mas para buscar algun tipo de lesion en el cadaver. No habia ni sangre ni heridas. En cambio, si se apreciaban claramente los estragos de la enfermedad. El esqueleto se perfilaba debajo de la piel tensa y seca y la cabeza parecia pelada debajo del panuelo. Se le encogia el corazon ante la sola idea de lo que habia tenido que sufrir, de lo que habria sufrido Kenneth al verse obligado a ver a su mujer en aquel estado. Pero no habia nada que indicase que no hubiera fallecido mientras dormia. Retrocedio y salio despacio de la habitacion.
Cuando volvio a salir al frio de la calle, vio a Gosta hablando con Kenneth, intentando tranquilizarlo mientras Paula y Martin ayudaban al conductor del furgon a aparcar marcha atras ante la entrada.
– Acabo de verla -le dijo Patrik a Kenneth en voz baja y poniendole la mano en el hombro-. Y no veo nada que indique que la hayan asesinado, como nos dijiste por telefono. Por lo que tengo entendido, estaba muy enferma, ?no?
Kenneth asintio en silencio.
– ?Y no te parece mas verosimil que, sencillamente, haya fallecido mientras dormia?
– No, la han asesinado. -Kenneth lo miro con vehemencia.
Patrik intercambio una mirada con Gosta. No era insolito que, bajo los efectos de la conmocion, algunas personas reaccionasen de forma atipica y dijeran cosas extranas.
– ?Por que piensas eso? Ya te digo que acabo de verla y el cadaver no presenta lesiones, ni ninguna otra pista que indique algo… anormal.
– ?Te digo que la han asesinado! -insistio Kenneth, y Patrik empezo a comprender que no podia hacer mas por el momento. Le pediria al personal forense que le echase un vistazo al hombre.
– ?Mira! -Kenneth saco algo del bolsillo y se lo entrego a Patrik, que lo cogio sin pensar. Era una pequena nota de color blanco, doblada por la mitad. Patrik lo miro inquisitivo y la desdoblo. Con tinta negra y letra elegante, decia: «Conocer la verdad sobre ti la ha matado».
Patrik reconocio la letra enseguida.
– ?Donde la has encontrado?
– La tenia en la mano. Se la he quitado de la mano. -Kenneth no podia articular palabra.
– ?Y no la habra escrito ella misma? -Era una pregunta innecesaria, pero Patrik quiso hacerla y despejar cualquier duda. En realidad, ya sabia la respuesta. Era la misma letra. Y aquellas sencillas palabras transmitian la misma maldad que la carta que Erica le habia cogido a Christian.
Tal y como esperaba, Kenneth meneo la cabeza.
– No -dijo sosteniendo algo que Patrik no le habia visto en la mano hasta el momento-. Lo escribio la misma persona que ha enviado esto.
A traves del plastico transparente se veian unos sobres blancos. La direccion estaba escrita con tinta negra y con letra elegante. La misma que la nota que el tenia en la mano.
– ?Cuando las recibiste? -pregunto sintiendo que se le salia el corazon.
– Precisamente ibamos a llevaroslas ahora -respondio Kenneth en voz baja mientras le entregaba la bolsa a Patrik.
– ?Ibais? -pregunto Patrik examinando atentamente los sobres. Cuatro cartas.
– Si. Erik y yo. El tambien las ha recibido.
– ?Te refieres a Erik Lind? ?El tambien ha recibido cartas como estas? -repitio Patrik para asegurarse de que habia oido bien.
Kenneth asintio.
– Pero ?por que no habeis acudido antes a la Policia? -Patrik trataba de que no se le notase la frustracion en la voz. El hombre que tenia delante acababa de perder a su mujer y no era momento de andarse con reproches.
– Yo… nosotros… Es que hasta hoy no hemos sabido que los dos las habiamos recibido. Y de lo de Christian nos enteramos el fin de semana, cuando salio en los periodicos. No puedo responder por Erik, pero por lo que a mi respecta, no queria preocupar a… -Se le hizo un nudo en la garganta.
Patrik volvio a mirar los sobres de la bolsa.
– Hay tres con destinatario y matasellos, mientras que la otra solo lleva tu nombre. ?Como te llego?
– Alguien entro aqui ayer noche y la dejo en la mesa de la cocina. -Vacilo un instante y Patrik guardo silencio, tenia la sensacion de que habia mas-. Al lado de la carta, habia un cuchillo. Y ese es un mensaje que solo puede interpretarse de un modo. -Y en ese punto, Kenneth rompio a llorar, pero continuo-: Yo crei que iban a por mi. ?Por que Lisbet? ?Por que matar a Lisbet? -Se seco una lagrima con el reverso de la mano, claramente turbado por estar llorando delante de Patrik y el resto.
– Bueno, en realidad no sabemos si de verdad la mataron -dijo Patrik con serenidad-. Pero es obvio que aqui ha estado alguien. ?Tienes idea de quien puede ser? ?Quien habria enviado unas cartas como estas? -Patrik no apartaba la vista de Kenneth, por si le notaba en la cara la menor alteracion pero, a su juicio, Kenneth fue sincero al responder:
– He pensado mucho en ello desde que empece a recibir las cartas. Fue poco antes de Navidad. Pero no se