– ?Podrias decirme por que?

– Tu deberias pillarlo, ?no? -mascullo de tal modo que Erica dio un respingo. Christian parecio notarlo y se arrepintio del tono empleado-. Tu sabes por que -dijo en tono apagado-. No puedo… No puedo, con las cosas que han escrito.

– ?Te preocupa atraer mas la atencion aun? ?Es eso? ?Han vuelto a amenazarte? ?Sabes quien es? -Las preguntas le surgian a borbotones.

Christian meneo la cabeza con fuerza.

– No se nada. -Habia vuelto a levantar la voz-. ?No se absolutamente nada! Solo quiero un poco de paz y tranquilidad, trabajar en paz y no tener que… -Aparto la mirada.

Erica observaba a Christian en silencio. En realidad, no encajaba en aquel ambiente. Siempre lo habia pensado, las pocas veces que lo habia visto alli, y en esta ocasion mas aun. Parecia un ave rara entre las numerosas artes de pesca y redes que adornaban las paredes. La cabana parecia una casa de munecas donde el se esforzara por meter aquellos miembros tan largos, alli se habia quedado atascado y sin poder salir. En cierto modo, quiza fuera asi.

Erica miro el manuscrito que tenia sobre la mesa. Desde donde se encontraba no podia ver lo que decia, pero calculo que serian unas cien paginas.

– ?Es la nueva novela? -No pensaba dejar de lado el tema de conversacion que tanto lo habia alterado, pero queria darle algo de tiempo para que se calmara.

– Si. -Christian parecio relajarse.

– ?La continuacion de La sombra de la sirena?

Christian sonrio.

– La continuacion de La sombra de la sirena no existe -dijo volviendo la vista al mar-. No comprendo como se atreve la gente -anadio pensativo.

– ?Perdon? -Erica no se explicaba que lo hacia sonreir-. ?Como se atreve a que?

– A saltar.

Erica le siguio la mirada y enseguida comprendio que queria decir.

– ?Te refieres a saltar desde el trampolin de Badholmen?

– Si. -Christian observaba el trampolin sin pestanear.

– Yo nunca tuve valor. Claro que, por otro lado, a mi el agua me da un miedo que es de verguenza, teniendo en cuenta que me crie aqui.

– Yo tampoco me he atrevido nunca. -Christian sonaba distraido, como sonando. Erica estaba expectante. Habia algo entre lineas, una tension a punto de estallar. No se atrevia a moverse, apenas se atrevia a respirar. Al cabo de unos minutos, Christian continuo. Pero ya no parecia consciente de la presencia de Erica-. Ella si se atrevia.

– ?Quien? -Erica pregunto en un susurro. En un primer momento, no creyo que fuese a responder. Solo se oia silencio. Luego, Christian le dijo en voz baja, apenas audible:

– La sirena.

– ?La del libro? -Erica no comprendia nada. ?Que trataba de decirle Christian? ?Y donde se encontraba? Desde luego, no estaba alli, ni en aquel momento, ni estaba con ella. Se encontraba en algun otro lugar y a Erica le habria gustado saber donde.

Un segundo despues, se esfumo el momento de tension. Christian respiro hondo y se volvio hacia ella. Habia vuelto del ensueno.

– Quiero concentrarme en el nuevo manuscrito, no andar concediendo entrevistas y escribiendo felicitaciones de cumpleanos en los libros.

– Es parte del trabajo, Christian -le senalo Erica con calma, pero con un punto de irritacion ante la arrogancia de su amigo.

– ?No tengo posibilidad de elegir? -Tambien el hablaba ahora mas tranquilo, aunque aun le resonaba la tension en la voz.

– Si no estabas dispuesto a hacer esa parte del trabajo, deberias haberlo dicho de inmediato. La editorial, el mercado, los lectores, por Dios bendito, lo mas importante, esperan que les dediquemos parte de nuestro tiempo. Y si uno no esta dispuesto a hacerlo, bueno, entonces hay que dejarlo claro desde el principio. No puedes cambiar las reglas en mitad del juego.

Christian clavo la vista en el suelo y Erica se dio cuenta de que la habia escuchado atentamente y habia comprendido lo que le decia. Cuando levanto la vista, tenia los ojos llenos de lagrimas.

– No puedo, Erica. Es imposible de explicar… -Meneo la cabeza y comenzo de nuevo-: No puedo. Que me demanden si quieren, que me pongan en la lista negra, no me importa. Seguire escribiendo de todos modos, porque tengo que hacerlo. Pero no puedo prestarme a este juego. -Se rasco los brazos con fuerza, como si tuviera una miriada de hormigas bajo la piel.

Erica lo miro llena de preocupacion. Christian era como una cuerda tensada, a punto de saltar y romperse en cualquier momento. Pero comprendio que no podia hacer nada para remediarlo. Christian no queria hablar con ella. Y Erica tendria que resolver el misterio por sus propios medios, sin su ayuda.

La miro fijamente un instante y luego arrastro la silla abruptamente hacia la mesa donde estaba el ordenador.

– Y ahora tengo que trabajar -dijo inexpresivo, con un semblante hermetico.

Erica se levanto. Habria querido leerle el pensamiento, descubrir sus secretos, unos secretos de cuya existencia estaba segura y que eran la clave de todo. Pero Christian miraba al ordenador, concentrado en las palabras que acababa de escribir como si fueran las ultimas que fuese a leer.

Erica no dijo nada al marcharse. Ni siquiera adios.

Patrik estaba en el despacho, intentando combatir aquel maldito cansancio. Tenia que centrarse, rendir al maximo ahora que la investigacion se hallaba en un estadio critico. Paula asomo la cabeza por la puerta entreabierta.

– ?Que ha pasado ahora? -pregunto constatando el color nada saludable de Patrik, que tenia la frente llena de sudor. Estaba preocupada por el. Ultimamente parecia agotado, era evidente.

Patrik respiro hondo e hizo un esfuerzo por pensar en el curso de los acontecimientos mas recientes.

– Han llevado el cadaver de Lisbet Bengtsson a Gotemburgo para practicarle la autopsia. No he hablado con Pedersen, pero teniendo en cuenta que aun faltan al menos dos dias para que tengamos el resultado de la autopsia de Magnus Kjellner, yo no contaria con ninguna respuesta hasta principios de la semana que viene, como muy pronto.

– Dime, ?tu que crees? ?La mataron?

Patrik dudo un instante.

– Por lo que a Magnus se refiere, estoy totalmente seguro. Es imposible que el mismo se infligiera las lesiones que presentaba, solo puede haberlas sufrido a manos de otra persona. Pero en el caso de Lisbet… No se que decir. No tenia lesiones externas, por lo que yo pude ver, y estaba muy enferma, asi que podria tratarse de una muerte natural. Si no fuera por la nota. Alguien entro en la habitacion y le coloco la nota entre las manos, aunque es imposible saber si lo hizo antes de que muriera, mientras moria o despues de la muerte. Tendremos que esperar a que Pedersen pueda darnos algo mas de informacion.

– ?Y las cartas? ?Que han dicho Erik y Kenneth? ?Tenian alguna teoria sobre quien y por que?

– No, al menos eso es lo que dicen ellos. Y en estos momentos, no tengo motivos para no creerlos. Sin embargo, me parece poco creible que hayan elegido al azar a las tres personas que han recibido las cartas. Los tres se conocen, se ven, y algun denominador comun tiene que haber. Y se nos ha escapado.

– En ese caso, ?por que no recibio Magnus ninguna carta? -objeto Paula.

– Eso no lo sabemos. Puede que las recibiera y que no se lo contara a nadie.

– ?Has hablado de ello con Cia?

– Si, en cuanto oi hablar de las cartas de Christian. Segun ella, Magnus no habia recibido ninguna. En ese caso, decia, ella lo sabria y nos lo habria contado desde el principio. Pero es imposible tener la certeza. Seguramente, Magnus lo habria mantenido en secreto para protegerla.

– Ademas, da la sensacion de que esto ha ido a mas. Entrar en casa de alguien a medianoche es mas grave que enviar unas cartas por correo.

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