– Es que no lo se… -Cia miraba a un punto lejano, mas alla del hombro de Patrik, con las pupilas dilatadas. Supuso que le habrian administrado algun tipo de farmaco que la hacia actuar de aquel modo tan ausente.
– Se que ya te lo hemos preguntado muchas veces, pero debemos encontrar el vinculo entre la muerte de Magnus y lo que ha ocurrido hoy. Ahora que hemos podido constatar que Magnus murio asesinado es incluso mas importante. Podria ser algo en lo que no hayas pensado, algun detalle que nos ayude a avanzar -la animo Paula con voz suplicante.
Ludvig aparecio en la cocina y se sento al lado de Cia. Seguramente, habia estado escuchando fuera.
– Queremos ayudar -dijo con voz solemne. La expresion de los ojos lo hacia aparentar mas de los trece anos que tenia.
– ?Como se encuentran Sanna y los ninos? -pregunto Cia.
– Naturalmente, estan conmocionados.
Patrik y Paula habian recorrido todo el trayecto hasta Fjallbacka preguntandose si no deberian ocultarle a Cia lo sucedido. Pensaban que quiza no estuviese en condiciones de recibir otra mala noticia. Por otro lado, no les quedaba otro remedio que contarselo, pues se enteraria de todos modos, a traves de amigos y conocidos. Ademas, cabia la posibilidad de que lo ocurrido en casa de los Thydell le ayudase a recordar algo que tuviese olvidado.
– ?Quien es capaz de hacer algo asi? A los ninos… -dijo con un tono de voz mezcla de compasion e indiferencia. Los farmacos la tenian embotada, atenuaban los sentimientos y las impresiones, los hacian menos dolorosos.
– No lo se -confeso Patrik, que tuvo la impresion de que sus palabras resonaron en la cocina como un eco.
– Y Kenneth… -Cia meneo la cabeza.
– Por eso, precisamente, debemos seguir preguntando. Alguien tiene en el punto de mira a Kenneth, a Christian y a Erik. Y con toda probabilidad, tambien a Magnus -dijo Paula.
– Pero Magnus no recibio ninguna carta como las de los demas.
– No, que nosotros sepamos. Aun asi, creemos que su muerte guarda relacion con las amenazas a los demas -aseguro Paula.
– ?Que dicen Erik y Kenneth? ?No saben ellos el porque de todo esto? ?Y Christian? Alguno de los tres deberia saberlo -apunto Ludvig, que le habia rodeado a su madre los hombros con el brazo, en actitud protectora.
– Si, seria lo logico -admitio Patrik-. Pero insisten en que no saben nada.
– Y entonces, ?como iba yo a…? -A Cia se le apago la voz.
– ?Ha ocurrido algo de particular desde que os relacionais las familias? Algo que te llamara la atencion, lo que sea -insistio Patrik.
– No, nada extraordinario, ya os lo he dicho. -Respiro hondo, antes de proseguir-. Magnus, Kenneth y Erik se conocen desde la escuela. Al principio, se veian ellos tres. Nunca me parecio que Magnus tuviese mucho en comun con ellos, pero supongo que continuaron la relacion por costumbre. Y tampoco es posible conocer a mucha gente nueva en Fjallbacka.
– ?Como era la relacion entre los tres? -pregunto Paula.
– ?A que te refieres?
– Bueno, todas las relaciones funcionan segun una dinamica interna, cada uno adopta un papel… ?Como eran las relaciones entre ellos tres, antes de que Christian entrara a formar parte del grupo?
Cia reflexiono un instante con expresion grave, antes de responder:
– Erik siempre era el lider. El que mandaba. Kenneth era… el perro faldero. Suena horrible, pero siempre obedece a la menor senal de Erik y a mi siempre me parecio un perrillo meneando la cola alrededor del amo, mendigando su atencion.
– ?Y cual era la postura de Magnus ante eso? -quiso saber Patrik.
Cia volvio a meditar.
– Se que pensaba que Erik se portaba a veces como un tirano, y en alguna ocasion le dijo que se habia pasado. A diferencia de Kenneth, Magnus era capaz de oponerse abiertamente delante de Erik.
– ?Nunca se enemistaron por algun motivo? -prosiguio Patrik. Tenia la sensacion de que la respuesta se hallaba en algun punto del pasado de los cuatro, en sus relaciones internas. El hecho de que pareciera tan enterrado y tan dificil de sacar a la luz lo volvia loco de indignacion.
– Bueno, discutian a veces, como todo el mundo, y en especial en una amistad tan antigua. Erik puede ser muy impetuoso, pero Magnus se mostraba siempre muy sereno. Nunca lo vi estallar enfadado ni levantar la voz. Ni una sola vez durante todos los anos que estuvimos juntos. Y Ludvig es igual que su padre. -Se volvio hacia su hijo y le acaricio la mejilla. El chico le sonrio levemente, aunque parecia pensativo.
– Yo si he visto a papa discutiendo una vez. Con Kenneth.
– ?Ah, si? ?Y cuando fue eso?
– ?Te acuerdas de aquel verano en que papa compro la camara de video, y que yo andaba grabandoos a