asusto mas de lo que jamas habria sospechado. Porque en el fondo, ella siempre penso que seguirian bailando aquella danza de la muerte con una soltura cada vez mas elegante.
El siempre habia reaccionado de un modo extrano cuando ella mencionaba a Cecilia. Por lo general, no solia importarle que hablase de sus amantes. Fingia no haberla oido. Entonces ?por que se habria enfadado tanto aquella manana? ?Seria indicio de que Cecilia si significaba algo para el?
Louise apuro las ultimas gotas de la copa. Ya empezaba a costarle ordenar las ideas. Todo quedaba envuelto en aquella agradable confusion, en el calor que se difundia por las articulaciones. Se puso un poco mas de vino. Miro por la ventana, el hielo que abrazaba las islas, mientras que la mano, como con voluntad propia, llevaba la copa a los labios.
Tenia que averiguar lo que pasaba. Si la grieta que tenia bajo los pies era real o imaginaria. Y de una cosa estaba segura: si la danza terminaba, no seria con un paso discreto. Pensaba bailar dando taconazos y moviendo los brazos hasta que solo quedasen las migajas de aquel matrimonio. Ella no lo queria, pero eso no implicaba que estuviese dispuesta a dejarlo ir.
Maja no se fue sin protestar cuando Erica fue a buscarla a casa de Anna. Jugar con los primos era demasiado divertido como para irse a casa. Pero tras una breve negociacion, Erica consiguio ponerle el mono y sentarla en el coche. Le resultaba un tanto extrano que Patrik no hubiese vuelto a llamarla pero, por otro lado, tampoco ella lo habia telefoneado. Aun no habia maquinado como iba a contarle la excursion de hoy, pero algo tendria que decirle, porque debia entregarle a Patrik aquellos dibujos cuanto antes. Algo le decia que eran importantes, que la Policia debia verlos. Ante todo, tenian que hablar de ellos con Christian. En el fondo, le apetecia mas hacerlo ella, pero sabia que ya tendria bastante con lo del viaje a Gotemburgo. No podia seguir actuando a espaldas de Patrik.
Cuando aparco delante de la casa, vio por el retrovisor que la seguia un coche de policia. Seria Patrik, seguramente, pero ?por que no iba en su coche? Saco a Maja de la silla sin dejar de mirar el coche policial que ya estaba aparcando al lado del suyo. Vio con sorpresa que no era Patrik sino Paula quien iba al volante.
– Hola, ?donde te has dejado a Patrik? -pregunto Erica acercandosele.
– Esta en casa -respondio Paula saliendo del coche-. Lo vi tan agotado que le he ordenado que se quede a descansar. Me he extralimitado en mis atribuciones, pero me ha hecho caso. -Se echo a reir, pero la carcajada no fue capaz de disipar la preocupacion de su semblante.
– ?Ha ocurrido algo? -pregunto Erica. El miedo la invadio de pronto. Que ella supiera, Patrik jamas habia vuelto del trabajo tan temprano.
– No, que va. Es solo que, segun creo, ultimamente esta trabajando mucho. Parece destrozado. Asi que he conseguido convencerlo de que no nos seria de ninguna utilidad si no descansaba un poco.
– ?Y el ha aceptado? ?Asi, sin mas?
– Bueno, no, hemos llegado a un acuerdo. Ha aceptado porque, a cambio, le traeria a casa el material de la investigacion. Iba a dejarselo en la entrada, pero bueno, se lo das tu -dijo entregandole una bolsa de papel llena de documentos.
– Eso ya me parece mas verosimil -contesto Erica, ya mas tranquila. Si no podia dejar el trabajo, significaba que aun conservaba mas o menos buena salud.
Le dio las gracias a Paula y se llevo la bolsa hasta la entrada. Maja la seguia dando saltitos. Erica sonrio al ver la nota de Patrik. Pues si, desde luego, se habria llevado un susto de muerte si hubiese oido ruido en el piso de arriba antes de saber que el estaba en casa.
Maja empezo a llorar de pura frustracion al ver que no podia quitarse los zapatos y Erica se apresuro a calmarla.
– Calla, carino. Papa esta arriba durmiendo. No lo vayamos a despertar.
Maja abrio los ojos atonita y se puso el dedo en los labios. «?Chist!», dijo en voz alta, mirando hacia la escalera. Erica le ayudo a quitarse los zapatos y el mono y la pequena echo a correr camino de sus juguetes, que estaban esparcidos por toda la sala.
Erica se quito el abrigo con esfuerzo y se dio un poco de aire con el jersey. Ultimamente, sudaba a todas horas. Tenia una obsesion profundamente arraigada con la idea de oler a sudor, de ahi que se cambiara de jersey dos o tres veces al dia y se pasaba el desodorante tan a menudo que Nivea debia de haber advertido un incremento notable en las ventas durante todo su embarazo.
Miro hacia el piso de arriba. Luego la bolsa de papel que Paula le habia dejado. Hacia el piso de arriba y de nuevo hacia la bolsa. Luchaba consigo misma, aunque, con el corazon en la mano, sabia perfectamente que era una batalla que estaba condenada a perder. Resultaba del todo imposible resistir una tentacion como aquella.
Una hora despues, habia terminado de leer toda la documentacion que habia en la bolsa. Pero no podia decirse que se le hubiesen aclarado las ideas. Al contrario, era un puro interrogante. Entre los documentos habia, ademas, un monton de notas de Patrik: ?Que relacion existe entre los cuatro? ?Por que fue Magnus el primero en morir? ?Por que estaba alterado aquella manana? ?Por que llamo para decir que llegaria mas tarde? ?Por que Christian empezo a recibir las cartas mucho antes que los demas? ?Habria recibido Magnus alguna carta? De no ser asi, ?por que? Paginas llenas de preguntas, y a Erica le daba muchisima rabia no tener una sola respuesta. Todo lo contrario, ahora tenia incluso alguna pregunta mas que anadir: ?Por que no dejo Christian su nueva direccion cuando se mudo? ?Quien le enviaba aquellos dibujos? ?Quien era el monigote pequeno? Y, sobre todo, ?por que era Christian tan reservado con todo lo relativo a su pasado?
Erica comprobo que Maja seguia entretenida con los juguetes antes de volver a centrarse en el material. Lo unico que quedaba era una cinta de casete sin etiqueta. Se levanto del sofa y fue a buscar su reproductor. Por suerte, la cinta entro bien, y Erica miro algo inquieta al piso de arriba, antes de darle a reproducir. Bajo el volumen tanto como fue posible sin apagarlo del todo y se pego el reproductor al oido.
La cinta duraba veinte minutos. Erica la escucho presa de la maxima tension. Lo que se decia no aportaba, en esencia, nada nuevo. Pero hubo un comentario que la dejo petrificada, y rebobino para oirlo una vez mas.
Cuando hubo terminado, saco la cinta del reproductor y la devolvio a la funda con el resto del material. Llevaba anos haciendo entrevistas para sus libros, con lo que se le daba muy bien apreciar los detalles y los matices de lo que decian los entrevistados. Lo que acababa de oir era importante, de eso no cabia abrigar ninguna duda.
Ya se encargaria de ello a la manana siguiente, bien temprano. Oyo que Patrik empezaba a moverse en el piso de arriba y, con una rapidez inaudita en los ultimos meses, dejo la bolsa de papel en la entrada, volvio al sofa y fingio estar totalmente entregada a participar en los juegos de Maja.
La oscuridad se cernia sobre la casa. No habia encendido ninguna lampara, no tenia ningun sentido. Al final del camino no hace falta luz.
Christian estaba medio desnudo, sentado en el suelo, mirando fijamente la pared. Habia pintado encima de las palabras en rojo. Habia encontrado en el sotano una lata de pintura negra y una brocha. Tres veces pinto encima del color rojo en un intento de borrar su sentencia. Aun asi, se le antojaba ver el texto con la misma claridad que antes.
Tenia las manos y todo el cuerpo lleno de pintura. Negra como la brea. Se miro la mano derecha. La tenia embadurnada y se la limpio en el pecho, pero el color negro no hacia mas que extenderse.
Ella lo estaba esperando. El lo supo en todo momento. Asi y todo, habia ido aplazandolo, se habia enganado a si mismo y casi habia arrastrado a los ninos consigo en la caida. El mensaje no podia ser mas claro.
Vio al bebe en brazos. Y a aquella mujer a la que habia querido. De pronto, deseo haber sido capaz de querer a Sanna. Nunca quiso hacerle dano. Pero la habia enganado. No con otras mujeres, como Erik, sino de la peor forma imaginable. Porque el sabia que Sanna lo queria, y siempre le habia dado lo justo para que ella pudiese vivir con la esperanza de que un dia el tambien la querria. Pese a que era del todo imposible. Habia perdido aquella capacidad. Desaparecio junto con un vestido azul.
Los ninos eran otra cosa. Ellos eran su carne y su sangre y la razon de que el tuviera que permitir que ella se lo llevara. Era la unica forma de salvarlos, deberia haberlo comprendido mucho antes de que hubiese ocurrido aquello. En lugar de convencerse de que no era mas que un mal sueno y de que estaba a salvo. De que estaban a salvo.