Patrik y Martin tenian delante un punado de papeles. Durante unos segundos de silencio, Patrik estuvo hojeandolos y extrajo algunos con los que formo un nuevo monton.
– Tenemos mucho material sobre usted, ?sabe? Y tambien tenemos los nombres de otras personas con… -se detuvo hasta encontrar la expresion adecuada- el mismo interes y con las que ha estado en contacto. Tenemos informacion de cuando les ha encargado material, sabemos que usted mismo les ha enviado material y disponemos incluso de archivos de conversaciones a los que los colegas de Gotemburgo han tenido la astucia de echarles el guante. Porque alli hay unos cuantos informaticos expertos, ?sabe? Y no se han dejado amedrentar por todas las medidas de seguridad que ustedes han adoptado para que nadie pudiese acceder a su grupito y enterarse de las monerias a las que se dedican. Nada es seguro al cien por cien, ya se sabe.
Entonces Kaj alzo la mirada y la poso inquieta en Patrik y los documentos que este tenia delante. Su mundo estaba a punto de derrumbarse mientras el segundero del reloj que colgaba a su espalda avanzaba con tictac implacable. Patrik se percato de que Kaj estaba impresionado por el hecho de que alguien hubiese podido acceder a los archivos cuya proteccion ellos creian garantizada, y ahora el interrogado sin duda se preguntaba cuanto sabian en realidad. Patrik decidio que era el momento adecuado para presionarlo un poco mas.
– En estos momentos estamos registrando su casa de arriba abajo. Y los colegas que se dedican a esa tarea tampoco son principiantes. No existe escondite que no hayan visto antes en algun lugar. Ningun escondrijo genial que no terminen encontrando. Y enviaremos su ordenador a Uddevalla para que lo revisen a fondo otros muchachos, verdaderos piratas informaticos, ya sabe, de esos que entrarian en los bancos a traves de Internet y pasarian dinero de una cuenta a otra si les viniese en gana y no estuviesen en el bando de los buenos.
Patrik no estaba muy seguro de no haber exagerado levemente la competencia de los colegas en materia informatica, pero eso no lo sabia Kaj. Y vio que la tactica funcionaba. La frente del hombre empezaba a plagarse de pequenas gotas de sudor y, aunque no le veia las piernas, intuia que en ese momento le estarian temblando sin control.
– Si, senor -prosiguio Martin, abundando en la linea de Patrik-, y aunque usted sea un principiante en esto de los ordenadores, puede que Morgan lo haya informado de que no es posible hacer desaparecer un archivo solo con borrarlo. Nuestros informaticos pueden rescatar la mayor parte de los documentos mientras el disco duro no este afectado.
– Nos llamaran en cuanto hayan podido revisar su aparato. Y entonces sabremos a que se ha estado dedicando exactamente. Tanto aqui como en Gotemburgo trabajamos a toda maquina para identificar a aquellos que figuran en el material que la policia ha incautado. La informacion que hasta ahora hemos recabado indica que sus favoritos son los ninos. ?Es asi? ?Eh, Kaj, es eso? ?Prefiere a los ninos sin pelo en el pecho, jovencitos y frescos?
A Kaj le temblaban los labios, pero seguia sin decir nada.
Patrik se inclino y bajo la voz. Habia llegado al momento del interrogatorio al que el pretendia llegar.
– ?Pero que me dice de las ninas? ?Tambien le valen? Muy tentador, ?no? Una tan cerca, justo en la casa del vecino. Debio de ser irresistible. En especial, teniendo en cuenta que asi, ademas, le hacia dano a Lilian. Que sensacion, ?no? Vengarse de tantos anos de tropelias en sus narices. Pero algo fue mal, ?verdad? ?Como paso? ?Quiza la nina empezo a resistirse y dijo que se lo contaria a su madre? ?Se vio obligado a ahogarla para que no hablase?
Kaj miraba boquiabierto a Patrik y a Martin sucesivamente, con los ojos desorbitados y brillantes. Empezo a mover la cabeza con vehemencia.
– ?No! Yo no tengo nada que ver con eso. ?Yo no la toque, lo prometo!
Sus ultimas palabras sonaron como un grito. Kaj daba la impresion de poder sufrir un infarto en cualquier momento. Patrik se pregunto si se veria obligado a interrumpir el interrogatorio, pero decidio continuar un poco mas.
– ?Y por que habiamos de creerle? Tenemos pruebas de que le interesan los ninos sexualmente y pronto veremos si hay pruebas de que haya abusado de alguno en concreto. Y resulta que encontramos a una nina de siete anos, vecina de su casa, ahogada. Digame, ?no es una extrana coincidencia?
Patrik no menciono que no habian hallado indicios de abusos sexuales en el cadaver de Sara, pero, tal y como senalo Pedersen, eso no tenia por que significar que no se hubiesen producido.
– ?Pero lo juro! ?Yo no tengo nada que ver con la muerte de la nina! Ni siquiera entro nunca en nuestra casa, ?lo juro!
– Ya veremos -intervino Martin con acritud al tiempo que cruzaba una mirada elocuente con Patrik.
En sus ojos vio la misma expresion de «?vaya mierda!» que, sin duda, tambien denotaban los suyos. Patrik asintio levemente y Martin se levanto para salir a hacer una llamada. Habia olvidado decir a los de la policia cientifica que comprobasen el cuarto de bano. Una vez reparado el error y con la promesa de que la intervencion seria inmediata, volvio a la sala de interrogatorios. Patrik seguia preguntando por Sara.
– O sea, que de verdad espera que le creamos cuando dice que ni siquiera estuvo tentado de… encargarse de la nina. Una nina muy bonita, por cierto.
– Les digo que no la toque. Y no se si era bonita, pero si un demonio. El verano pasado se colo en el jardin y arranco todas las flores de Monica. Seguro que se lo dijo la bruja de su abuela.
Patrik se sorprendio de la rapidez con que el nerviosismo de Kaj cedia al sentimiento de odio que le inspiraba Lilian Florin. Incluso en aquellas circunstancias, ese odio lo hizo olvidar por un instante por que estaba en la comisaria. Pero la realidad reaparecio enseguida, segun comprobo Patrik, y Kaj volvio a mostrarse abatido.
– Yo no le quite la vida a la pequena -dijo en voz baja-. Y nunca la toque. Lo juro.
Patrik volvio a intercambiar una mirada con Martin antes de tomar una decision. No avanzarian mucho mas por ahora. Esperaba obtener material adicional cuando los colegas terminasen con el registro domiciliario y con la revision del ordenador de Kaj. Y si tenian suerte, los especialistas encontrarian algo cuando comprobasen el cuarto de bano.
Martin llevo a Kaj de vuelta a la celda y Mellberg se marcho poco despues. Patrik se quedo solo unos minutos. Miro el reloj. Ya podia dar por terminada la jornada el tambien. Se iria a casa a darle un beso a Erica y a meter la nariz en el cuellecito de Maja y a disfrutar de su olor. Seguramente eso era lo unico que podia eliminar la sensacion pegajosa que le habia dejado el tiempo compartido con Kaj en aquel espacio tan reducido. El sentimiento de insuficiencia lo hacia, ademas, anorar la seguridad de su hogar. Pero no podia descuidar aquello. La gente como Kaj no debia andar suelta, en especial si tenia sobre su conciencia la muerte de una nina.
Estaba a punto de salir cuando lo llamo Annika.
– Tienes visita. Llevan un buen rato esperando. Y Gosta queria hablar contigo cuanto antes. Tambien tengo una denuncia a la que deberias echarle un ojo inmediatamente.
Patrik lanzo un suspiro y solto la hoja de la puerta. Parecia que tendria que abandonar la idea de irse a casa. Mas bien se veria obligado a avisarle a Erica de que llegaria mas tarde. No era una llamada que tuviese muchas ganas de hacer.
Charlotte vacilo un segundo con el dedo en el pulsador. Despues tomo aire y, resuelta, apreto el boton. Sono el timbre y, por un instante, considero la posibilidad de darse media vuelta y echar a correr. Pero entonces oyo el ruido de pasos al otro lado y se obligo a permanecer a la espera.
Cuando la puerta se abrio, la reconocio vagamente. Aquel no era un pueblo demasiado grande y seguramente se habrian cruzado en mas de una ocasion. La otra mujer sabia perfectamente quien era ella. Tras unos segundos de duda, Jeanette abrio la puerta del todo y se aparto para dejarla pasar.
A Charlotte le sorprendio que tuviese un aspecto tan juvenil. Veinticinco, le habia dicho Niclas cuando ella le insistio en su pregunta. Ignoraba por que queria conocer esos detalles. Era como una necesidad primaria, el impulso de saber tanto como le fuese posible. Tal vez porque asi esperaba comprender que era lo que buscaba que ella no le pudiera dar. Y tal vez por esa razon se habia sentido arrastrada hasta alli como por una fuerza inexorable. Charlotte nunca se habia visto cara a cara con ninguna de las protagonistas de las aventuras de Niclas. Habria querido verlas, pero nunca se atrevio. Sin embargo, tras la muerte de Sara, todo habia cambiado de forma radical. Se sentia invulnerable. Libre de todos sus miedos. Ya habia sufrido lo peor que podia sufrir un ser humano y la mayoria de las cosas que antes la aterraban y paralizaban, se le antojaban ahora obstaculos insignificantes. No era que ir a casa de Jeanette le resultara facil, no era eso. Pero aun asi, alli se hallaba. Sara estaba muerta, y por eso lo hacia.
– ?Que quieres? -pregunto Jeanette observandola con reserva.