Pero Agnes no se dejo convencer. El humo le irrito los ojos que, llenos de lagrimas, contemplaban los restos de su hogar. Su casa parecia arder mas que ninguna otra.
– Anders…, los ninos… -balbucio en tono monocorde mientras la vecina le tiraba desesperadamente de la camisa para apartarla de alli.
– Aun no sabemos nada -explico la mujer que, segun Agnes recordaba vagamente, se llamaba Britt o Britta-. Estan diciendole a todo el mundo que se reuna en la plaza. Tal vez esten ya alli -sugirio con una falta de fe que no le paso inadvertida.
La mujer sabia tan bien como ella que no encontraria alli a ninguno de los tres.
Poco a poco fue sintiendo que el ardor de las llamas le calentaba la espalda. Como una automata, se dejo guiar por Britt, o Britta, por la pendiente en direccion a la plaza, donde las mujeres elevaban sus lamentos al cielo. Sin embargo, todas guardaron silencio al ver a Agnes. Ya se habian difundido los rumores. Mientras ellas lloraban por las cosas que habian perdido en el incendio, Agnes tendria que llorar a su marido y a sus dos hijos. Todas las madres la observaban llenas de dolor. No importaba que hubiesen dicho o pensado de ella hasta entonces. Ahora no era mas que una madre que habia perdido a sus hijos y todas se abrazaban fuertemente a los suyos, aun con vida.
Agnes tenia la vista clavada en el suelo. No habia llanto en sus ojos.
Se levantaron al ver que Patrik se acercaba. Veronika llevaba a su hija bien agarrada de la mano y no la solto por el pasillo, cuando Patrik las guio hasta su pequeno despacho. Una vez alli, les indico que tomasen asiento.
– ?Que puedo hacer por usted? -pregunto Patrik.
Le dedico una sonrisa tranquilizadora a Frida, que parecia angustiada. Luego dirigio la mirada a Veronika, que animo a su hija con un gesto.
– Frida tiene algo que contar -aseguro exhortando a la pequena una vez mas.
– En realidad, es un secreto -dijo Frida con un hilo de voz.
– ?Huy, un secreto! ?Que emocionante! -exclamo Patrik. Al ver que la pequena no estaba nada segura de si debia contarlo, prosiguio-: Pero ?sabes una cosa? El trabajo de la policia consiste en conocer todos los secretos, asi que si se lo revelas a un policia, puede decirse que no cuenta.
El rostro de Frida se ilumino al oirlo.
– ?Y sabeis todos los secretos del mundo entero?
– Bueno, no tanto -admitio Patrik-. Pero casi. A ver, dime, ?que secreto es ese que nos traes?
– Habia un senor malo que asustaba a Sara -dijo la pequena a toda prisa, como si quisiera decirlo todo de golpe-. Era muy malo y decia que era fruta de Gavie, y Sara tenia muchisimo miedo. Pero tuve que prometerle que no diria nada a nadie, porque Sara temia que el hombre volviese.
Se detuvo a recobrar el aliento mientras Patrik enarcaba las cejas «?Fruta de Gavie?»
– ?Y como era el senor, Frida? ?Lo recuerdas?
La nina asintio.
– Era muy, muy viejo. Por lo menos tenia cien anos, como mi abuelo.
– El abuelo tiene sesenta -explico Veronika sin poder reprimir una sonrisa.
Frida prosiguio:
– Tenia el cabello todo gris y siempre vestia de negro -anadio como dispuesta a continuar.
Luego se hundio en la silla y explico abatida.
– Y ya no recuerdo mas.
Patrik le guino un ojo.
– Esta muy bien. Y es un secreto muy bueno para contarselo a la policia.
– O sea que no crees que Sara se enfade cuando vuelva del cielo porque lo haya contado, ?no?
Veronika respiro hondo, dispuesta a volver a explicarle a su hija la realidad de la muerte, pero Patrik se le adelanto:
– Pues no, porque ?sabes lo que yo creo? Yo creo que Sara esta demasiado a gusto en el cielo como para querer volver y seguramente no se preocupa lo mas minimo de si revelas o no su secreto.
– ?Seguro? -insistio Frida aun algo esceptica.
– Seguro -confirmo Patrik.
Veronika se levanto.
– En fin, ya saben donde encontrarnos si necesitan hacer mas preguntas. Aunque, la verdad, no creo que Frida sepa mas de lo que ya ha dicho. -Tras dudar un instante, pregunto-: ?Creen que puede ser…?
Patrik meneo la cabeza al responder
– Es imposible saberlo, pero ha estado muy bien que hayan venido a contarnoslo. Toda informacion es importante.
– ?Puedo ir en coche de policia? -pregunto Frida mirando a Patrik esperanzada.
El se echo a reir.
– Hoy no, pero me encargare de que puedas subir otro dia.
Frida se contento con esa respuesta y se adelanto a su madre en direccion al pasillo.
– Gracias por venir -dijo Patrik estrechandole la mano a Veronika.
– Si, bueno, espero que lo atrapen lo antes posible. No me atrevo a perderla de vista -aseguro acariciando el cabello de su hija.
– Hacemos todo lo posible -respondio Patrik, con mas seguridad de la que sentia, mientras las acompanaba a la salida.
Cuando cerro la puerta, se quedo pensando en lo que le habia dicho Frida. ?Un senor malo? Su descripcion no encajaba con Kaj ?Quien seria?
Se acerco a recepcion para hablar con Annika, que estaba sentada tras la luna de cristal mirando el reloj con gesto cansado.
– ?No habia una denuncia a la que segun tu deberia echarle un vistazo?
– Aqui esta -dijo Annika tendiendole el folio-. Y no olvides que Gosta queria hablar contigo. Seguro que esta a punto de irse, asi que sera mejor que lo pilles ahora mismo.
– Si, que suerte tienen algunos, que pueden irse a casa a su hora -se lamento con un suspiro.
Erica no se puso especialmente contenta cuando llamo para anunciarle su retraso y el cargo de conciencia lo corroia por dentro.
– Se ira cuando tu le digas que puede irse -dijo Annika mirando a Patrik por encima de las gafas.
– Asi es en teoria, pero en la practica… Mas vale que Gosta se marche a casa a descansar un poco. Tampoco sirve de mucho que se quede aqui quejandose.
Sus ultimas palabras sonaron mas hirientes de lo que el pretendia, pero a veces se sentia harto de tener que ir practicamente tirando de todos sus colegas. O de dos de ellos, al menos. En fin, de todos modos podia estar agradecido de que la falta de iniciativa de Gosta le impidiese causar los problemas que originaba Ernst.
– Bien, mas vale que vaya a ver que quiere.
Patrik se llevo el documento con los datos de la denuncia y se dirigio al despacho de Gosta. Se paro ante la puerta entreabierta y tuvo el tiempo suficiente para ver como su colega cerraba la partida de solitarios que estaba jugando en el ordenador. Que Gosta perdiese el tiempo mientras el no daba abasto lo irrito de tal modo que tuvo que hacer un esfuerzo para que no se notase. No tenia fuerzas para entablar una discusion con Gosta en aquel momento, pero tarde o temprano…
– Ah, estas aqui -dijo Gosta con cierto descontento.
Esto provoco en Patrik la reflexion de si «mas temprano» seria la opcion mas adecuada.
– Si, tenia que dejar listo algo importante -respondio haciendo un esfuerzo por no sonar tan irritado como se sentia.
– Pues veras, yo tambien tengo algo que aportar, ?sabes? -anuncio Gosta con un leve entusiasmo que sorprendio a Patrik.
–
Comprobo enseguida que las expresiones en ingles no eran el punto fuerte de su colega. A menos que fuesen