Fue a buscar el jersey mientras Liam miraba anorante la cuchara que su madre habia dejado junto al cuenco. Patrik dudo un instante antes de acercar la silla en la que estaba sentado y seguir por donde Mia lo habia dejado. Las dos primeras cucharadas fueron como la seda, hasta que Liam decidio exhibir su brun-brun, de modo que la cara y el cabello de Patrik quedaron rociados de gachas. En ese momento llego Mia con el jersey y, al verlo, no pudo contener la risa.

– ?Vaya, como lo ha puesto! Tendria que haberle avisado o al menos haberle dado un impermeable. Lo siento.

– No importa -la tranquilizo Patrik mientras, sonriente, se limpiaba la papilla que se le habia pegado a las pestanas-. La mia solo tiene dos meses, asi que me viene bien probar lo que me espera dentro de poco.

– Si, pues pruebe todo lo que quiera -lo animo Mia al tiempo que volvia a sentarse; dejo que Patrik siguiera dando de comer al pequeno-. Bueno, aqui esta el jersey -anadio poniendolo sobre la mesa.

Patrik lo miro. La parte delantera estaba completamente negra y sucia.

– Me gustaria llevarmelo. ?Es posible?

– Si, claro. De todos modos, yo habia pensado tirarlo. Se lo pondre en una bolsa.

Patrik cogio la bolsa que ella le ofrecia y se puso de pie.

– Si recuerda algo mas, llamenos, por favor -le rogo al tiempo que le daba su tarjeta.

– Lo hare. Pero le aseguro que no entiendo por que alguien haria una cosa asi. ?Y que utilidad cree que puede tener para ustedes el jersey?

El respondio meneando la cabeza, pues no podia revelarle por que le interesaba. Aun no se habia difundido la noticia de la ceniza hallada en el cadaver de Sara. Miro a Liam de reojo. Gracias a Dios, en este caso la cosa no habia ido tan lejos. La cuestion era si tenia esa intencion o si la persona que hizo aquello se vio interrumpida por alguna circunstancia imprevista. Antes de que analizasen el jersey, ni siquiera podian asegurar que pudiese vincularse a la muerte de Sara, aunque el estaba dispuesto a apostar que asi era. Aquello no podia ser pura coincidencia.

Ya en el coche, se llevo la mano al bolsillo en busca del movil. No habia recibido noticias del equipo que habia hecho el registro en casa de Kaj el dia anterior y le resulto un tanto extrano. Como habia tenido la cabeza ocupada en mil asuntos, no habia reaccionado antes, pero ahora se preguntaba por que no lo habian llamado para informarlo. Al ver el movil, lanzo una maldicion: en efecto, lo habia apagado para interrogar a Kaj y despues se olvido de volver a encenderlo. El icono de los mensajes parpadeaba insistente, indicandole que tenia uno en el contestador. Llamo al buzon de voz y escucho expectante lo que le decia el colega. Con un destello de triunfo en la mirada, cerro la tapa del telefono y se lo guardo en el bolsillo.

Patrik habia vuelto a elegir la cocina como lugar de reunion. Era la estancia mas amplia de la comisaria y, ademas, tenia la sensacion de que la proximidad al cafe recien hecho surtiria un efecto beneficioso en aquella situacion. Annika habia ido a la pasteleria que habia en la misma calle, mas abajo, y volvio con una gran bolsa llena de dulces de avellana, bizcocho de moca y bolas de coco. No hubo que insistirle a nadie para que los probara y, cuando Patrik se coloco ante la pizarra, todos ingerian algun bocado de gran aporte calorico.

Se aclaro la garganta antes de comenzar.

– Ya sabeis que el dia de ayer fue bastante movido.

Gosta asintio y echo mano de otro dulce de avellana. Sin embargo, iba segundo tras Mellberg, que ya llevaba tres y no parecia reacio a abordar el cuarto. Ernst estaba algo apartado y todos evitaban mirarlo a la cara. Desde su descomunal metedura de pata, parecia pesar sobre el la sombra del juicio final y nadie sabia cuando caeria la guillotina. En cualquier caso, ese tipo de cosas tendria que esperar mientras se encontrasen en la fase mas intensa de la investigacion. Sin embargo, todos, Ernst incluido, sabian que, una vez superado ese estadio, solo era cuestion de tiempo.

Todas las miradas estaban centradas en Patrik, que prosiguio con su exposicion.

– Habia pensado sintetizar lo que tenemos hasta el momento. Seguramente ya conoceis la mayor parte de los datos, pero puede ser util tener una idea general y completa de donde nos encontramos.

Volvio a aclararse la garganta, tomo un rotulador y empezo a escribir y a trazar lineas mientras hablaba.

– En primer lugar, tuvimos aqui a Niclas, el padre de la victima, para hacerle algunas preguntas sobre su coartada. Seguimos sin saber donde se encontraba el lunes por la manana y la cuestion es por que se invento la coartada. Asimismo tenemos la sospecha de maltrato infantil, que se basa en la informacion sobre las lesiones sufridas por su hijo Albin. Y cabe preguntarse si Sara tambien sufrio malos tratos que culminaron en asesinato.

Dibujo un punto en la pizarra, escribio «Niclas» y trazo una linea entre «coartada» y «sospecha de malos tratos». Hecho esto, se dirigio de nuevo a sus colegas.

– Por otro lado, la amiga de Sara, Frida, vino ayer con su madre y nos conto que alguien a quien ella llamaba «un senor malo» asusto muchisimo a la victima justo el dia anterior a su muerte. El tipo la amenazo y, entre otras cosas, la llamo «fruta de Gavie». ?A alguien se le ocurre que puede significar?

Patrik miro inquisitivo a los reunidos, pero nadie respondio. Todos parecian esforzarse por entender que podia significar tan extrana expresion.

Annika los miro, meneo la cabeza como lamentando su torpeza y explico:

– El individuo seguramente dijo «fruto del Diablo».

Todos la miraron como diciendo: «Claro, ?como no hemos caido antes?».

– ?Por supuesto! -exclamo Patrik irritado por su propia necedad. Ahora que lo habia dicho Annika, resultaba evidente-. Desde luego, suena a fanatismo religioso. Y Frida dijo que el hombre era muy mayor, con el cabello gris. Martin, ?podrias preguntarle a la madre de Sara si encaja con la descripcion de alguien que conozcan?

Martin asintio.

– Ayer tambien recibimos una denuncia muy interesante. Una chica deja el carricoche con el nino dormido detras de la tienda Jarnboden y entra a comprar. Cuando sale, el nino esta llorando a lagrima viva y el interior del carro esta lleno de una sustancia negra que tambien habia en la boca del pequeno. Al parecer, alguien habia intentado obligarlo a que se la tragara. Esta manana fui a hablar con la madre y me traje el jersey que tenia puesto. Toda la parte delantera esta llena de lo que muy bien podrian ser cenizas.

Un denso silencio se hizo en torno a la mesa. Nadie masticaba, nadie sorbia cafe. Patrik continuo:

– Ya lo he enviado para que lo analicen y algo me dice que se trata de la misma ceniza que encontraron en el estomago de Sara. Tenemos la hora, bastante exacta, de este ataque, asi que podria ser util comprobar algunas coartadas. Gosta, tu y yo nos encargaremos de ello.

Gosta asintio antes de coger con el indice las ultimas migajas de las bolas de coco que quedaban en el plato.

La pizarra estaba llena de notas y puntos, y Patrik se detuvo un instante con el rotulador en la mano. Luego dibujo un punto mas junto al cual escribio «Kaj». Era evidente que habia llegado a lo que el consideraba lo mas importante.

– Tras una llamada de los colegas de Gotemburgo, nos enteramos de que el nombre de Kaj Wiberg ha aparecido en una investigacion sobre una red de pederastas.

Todos se esforzaban con ahinco en no mirar a Ernst, que, por su parte, se retorcia en la silla.

– Lo llamamos a interrogatorio ayer y, ademas, efectuamos un registro en su domicilio con el apoyo logistico de los colegas de Uddevalla. El interrogatorio no dio ningun fruto concreto, pero lo contamos como la primera de la serie de conversaciones que mantendremos con Kaj. Ademas, a partir del material que nos llegue de Gotemburgo, tendremos ocasion de comprobar si podemos identificar a alguna victima local. Kaj ha sido, durante muchos anos, un personaje muy implicado en las actividades juveniles de Fjallbacka, de modo que no es demasiado rebuscado pensar que se hayan producido abusos en ese ambito.

– ?Hay algo que lo vincule con el asesinato de Sara? -pregunto Gosta.

– Ahora mismo llegamos a ese punto -respondio Patrik en un tono evasivo.

Eso le valio una mirada desconcertada de Martin. En efecto, durante el interrogatorio no consiguieron ninguna informacion que apoyase esa tesis

– El registro domiciliario puede habernos proporcionado el primer gran avance en la investigacion.

La tension crecio sensiblemente y Patrik no pudo sustraerse a la tentacion de prolongar el golpe de efecto. Al cabo de unos segundos, explico:

– Ayer, en el registro efectuado en casa de Kaj, encontraron la cazadora de Sara.

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