asimilacion, pues segun ciertos estudios, eso podria ejercer una influencia positiva. Pero nada funcionaba. Y ya no sabiamos que hacer. Tarde o temprano, le haria un dano irreparable. Tampoco queriamos enviarla a ningun centro y, ademas, ?adonde? Cuando salio la plaza en Fjallbacka, pensamos que tal vez fuese la solucion. Un cambio radical de ambiente y, ademas, contariamos con la ayuda de la madre de Charlotte y de Stig, su marido. Parecia perfecto.
Ahora fue la voz de Niclas la que se quebro. Charlotte le apreto la mano levemente. Habian estado juntos en el infierno y, en cierto modo, aun se encontraban en el.
– No saben cuanto lo siento -aseguro Patrik-. Pero tengo que preguntales: ?tienen alguna prueba de lo que dicen?
Niclas asintio.
– Entiendo que es su deber preguntar. Les hemos traido una lista de las personas con las que estuvimos en contacto a proposito de la agresividad de Sara. Ya les avisamos de que quiza los llamase la policia para hacerles preguntas y que no tenian por que alegar confidencialidad ni secreto profesional, sino procurarles toda la informacion de que dispongan.
Niclas le dio la lista a Patrik, que la cogio en silencio. No dudaba en absoluto de la veracidad de lo que acababa de oir, pero aun asi tendria que confirmarlo
– ?Han sacado algo en claro con lo de Kaj? -le pregunto Charlotte a Patrik.
– Estamos interrogandolo en relacion con cierto asunto, pero no puedo decir mas.
Charlotte asintio comprensiva.
Patrik vio que Niclas queria anadir algo, aunque parecia costarle, y aguardo paciente a que estuviera listo para hablar.
– En cuanto a la coartada… -Miro a Charlotte, que volvio a asentir con un movimiento alentador, apenas perceptible-. Les recomiendo que vuelvan a hablar con Jeanette. Mintio, dijo que no estuve con ella para vengarse de mi por haber roto nuestra relacion. Estoy seguro de que si le insisten, terminara por admitirlo.
A Patrik no le sorprendio lo mas minimo. Noto cierto eco de falsedad en la version de Jeanette. En fin, de ser preciso, ya encontrarian el momento de hablar con ella. En realidad, esperaba que, tras el interrogatorio, la cuestion de la coartada de Niclas resultase superflua.
Se pusieron de pie y se estrecharon la mano. De repente sono el movil de Niclas, que salio a responder al pasillo. La noticia lo sobresalto.
– ?Al hospital? Tranquila, vamos para alla ahora mismo.
Se volvio hacia Charlotte, que seguia junto a Patrik en el umbral.
– Stig ha empeorado repentinamente. Van camino del hospital.
Patrik se quedo mirandolos mientras recorrian el pasillo en direccion a la salida. ?No habian sufrido ya bastante?
Busco refugio en el templo. Las palabras de Asta se arremolinaban resonando en su mente como un enjambre de avispas iracundas. Todo su mundo se venia abajo y aun no se le habian ofrecido las respuestas que esperaba encontrar en la iglesia. Mas bien parecia que las paredes de piedra lo aprisionaban poco a poco mientras reflexionaba sentado en el primer banco. Incluso Jesus, clavado en su cruz, parecia exhibir una sonrisa burlona que no habia advertido antes.
Un ruido lo hizo volverse a mirar. Varios turistas tardios, de origen aleman, entraron hablando en voz alta y se pusieron a fotografiar con frenesi. A el siempre lo indignaron los turistas y aquello fue la gota que colmo el vaso.
Arne se levanto y empezo a gritar salpicando saliva.
– ?Fuera de aqui! ?Enseguida! ?Todos fuera ahora mismo!
Pese a que no comprendieron una palabra, su tono no dejo lugar a dudas, de modo que el grupo se marcho atemorizado.
Satisfecho de su reaccion, volvio a sentarse en el banco, pero la sonrisa burlona de Jesus no tardo en conducirlo de nuevo a su pesadumbre.
Una ojeada al pulpito le infundio renovado valor. Ya era hora de hacer algo que deberia haber hecho mucho, mucho tiempo atras.
La vida era tan injusta… ?Acaso no habia luchado contra viento y marea desde que nacio? Nunca le dieron nada gratis. Nadie reconocia sus virtudes. Ernst no comprendia como funcionaba la gente, asi de sencillo. ?Cual era el problema? ?Por que siempre lo miraban maliciosamente, murmuraban a sus espaldas y le arrebataban las posibilidades que por derecho le correspondian? Siempre igual. Ya en primaria, en la escuela, todos se ponian en su contra. Las chicas se reian y los chicos le pegaban cuando volvia a casa. Ni siquiera respondieron con algo de compasion cuando su padre se cayo y se quedo clavado a un rastrillo. Antes bien, le constaba que las malas lenguas fueron diciendo que su pobre madre habia tenido algo que ver con el accidente. Desde luego, no conocian la verguenza.
Siempre penso que las cosas cambiarian cuando terminase el instituto, cuando se enfrentase al mundo de verdad. Eligio la profesion de policia para tener la oportunidad de mostrarse como el hombre fuerte que en verdad era. Pero tras veinticinco anos en el Cuerpo, se veia obligado a admitir que las cosas no habian ido como el tenia pensado. Sin embargo, jamas se habia sentido tan hundido en la mierda como ahora. Sencillamente, no se le paso por la cabeza sospechar que Kaj tuviese nada que ver con aquello. Solian jugar a las cartas, era un buen amigo y, ademas, uno de los pocos que apreciaban su compania. Y ya sabia el que ese tipo de acusaciones infundadas podian destrozar la vida de un hombre inocente. Para una vez que tenia ocasion de hacerle un favor a un amigo, no se lo penso dos veces. ?Que habia de censurable en ello? Ignoro la llamada de los colegas de Gotemburgo movido por la mejor de las intenciones, pero nadie parecia comprenderlo. Ahora, todos se lo echaban en cara. ?Por que siempre tenia tan mala suerte? Desde luego, era lo bastante despierto para comprender que el suicidio del chico echaria mas lena al fuego.
Sm embargo, mientras estaba en su despacho, relegado a la soledad que le imponian como si fuese un preso en la fria Siberia, se le ocurrio una brillante idea. De repente, supo exactamente como desviar la situacion en su propio beneficio. Iba a convertirse en el heroe del dia y, de una vez por todas, podria demostrarle al mocoso de Hedstrom quien de los dos tenia mas experiencia. En efecto, durante la reunion de la manana, se dio perfecta cuenta de la expresion de incredulidad de Hedstrom cuando Mellberg senalo que habria que apretarle las tuercas al loco del pueblo. Pero lo que a uno beneficiaba, era la ruina del otro. Si Hedstrom no queria tomar la autopista que lo llevaria a la solucion del asesinato, el si estaba dispuesto a sacrificarse y triunfar. Cualquiera podia ver que el tal Morgan era el culpable, y el que hubiesen hallado en su casa la cazadora de la nina despejaba cualquier duda.
Lo que mas lo satisfacia del plan era su sencillez genial. Citaria a Morgan para interrogarlo, lo obligaria a confesar en un santiamen y asi tendria al asesino. Al mismo tiempo, le demostraria a Mellberg que el, Ernst, si prestaba atencion a las palabras de sus superiores, en tanto que Hedstrom no solo era un incompetente, sino que ademas se permitia cuestionar el criterio de su jefe. Despues de aquello, volverian a considerarlo como merecia.
Se levanto y, con resolucion inusitada, se dirigio a la puerta. Ya era hora de llevar a cabo un trabajo policial de alta calidad. Una vez en el pasillo, miro a su alrededor para asegurarse de que nadie lo veia salir. El terreno estaba despejado.
28.
Gotemburgo, 1957.
Mary no sentia nada bajo la lluvia torrencial. Ni odio ni alegria. Tan solo un gelido vacio que colmaba todo su cuerpo, desde la capa mas superficial de su piel hasta los huesos de su esqueleto.
Su madre sollozaba a su lado. Estaba mas elegante que de costumbre. El negro del luto le sentaba bien. Todos repararon en la belleza que le anadia el dramatismo. Con mano tremula, dejo caer una rosa roja sobre el ataud de su difunto esposo y, acto seguido, se arrojo en brazos de Per-Erik. Detras de ellos estaba su esposa, con