marido quien era asi. Pero, de todos modos, se daba perfecta cuenta, tanto ahora como -tras pensarlo- a diario, de que las maldiciones del pasado habian creado en el unas tinieblas que solo desaparecian del todo cuando hacia el amor con ella.
Y no debia ser asi.
Bien pensado, en aquella infancia algo habia ido muy mal. Cada vez que aparecia algun nombre o lugar estaba tachado con boligrafo. Siempre con el mismo boligrafo.
Cuando fuera a la biblioteca iba a buscar en internet al abuelo paterno de Benjamin. Pero primero tenia que averiguar su nombre. Alguno de aquellos recortes tenia que ayudarla a saber como se llamaba. Y si encontraba algo en ellos, debia de existir todavia alguna huella de aquella persona tan singular e innoble. Incluso en estos tiempos de amnesia.
En tal caso, quiza pudiera hablar de eso con su marido. Quiza hablar lo hiciera sincerarse.
Luego abrio un monton de cajas de zapatos apiladas en una de las cajas de mudanza. En la parte de abajo habia diversos efectos de escaso interes, asi como un mechero Ronson que acciono, y que curiosamente funcionaba de forma intachable, unos gemelos, un cortaplumas y viejos articulos de oficina de otros tiempos.
El resto de las cajas desvelaban una epoca completamente diferente. Recortes, folletos y panfletos politicos. Cada caja descubria nuevos fragmentos de la vida de su marido, que en conjunto ofrecian la imagen de una persona deshonrada y herida que crecio para ser un fiel reflejo de su padre, pero tambien su polo opuesto. El muchacho que de forma inevitable iba en la direccion opuesta a la prescrita por los maestros de su infancia. El adolescente que sustituyo la reaccion por la accion. El hombre de las barricadas que apoyaba todo totalitarismo que no tuviera que ver con la religion. El que buscaba el bullicio de Vesterbrogade cuando los okupas se reunian. El que cambio el traje de marinero por el grueso jersey de punto, la casaca del ejercito y el panuelo palestino. Y el que se cubria el rostro con el panuelo cuando llegaba el momento.
Era un camaleon que sabia de que color camuflarse y cuando. Ahora se estaba dando cuenta.
Se quedo un rato pensando si debia colocar las cajas en su sitio y olvidar lo que habia visto. Porque en aquellas cajas habia cosas que sin duda su marido no queria recordar.
?No habia deseado acaso hacer tabla rasa con su vida anterior? Si que lo habia deseado. Si no le habria contado todo, sin hacer todas aquellas tachaduras.
Pero ella ?como iba a detenerse ahora?
Si no se sumergia en la vida de el, nunca llegaria a entenderlo de verdad. Nunca llegaria a saber quien era realmente el padre de su hijo.
Asi que se volvio hacia el resto de su vida, embalado con pulcritud en el pasillo. Cajas de zapatos convertidas en archivadores y metidas en cajas de mudanza. Todo ordenado por fechas.
Ella esperaba anos en los que terminara teniendo problemas en las barricadas, pero algo debio de hacer que cambiara el rumbo. Como si por una temporada hubiera sentado la cabeza.
Cada epoca tenia su carpeta de plastico con su ano y mes. Por lo visto, paso un ano ocupado estudiando derecho. Otro, filosofia. Un par de anos de mochilero en paises de Centroamerica, donde segun otros documentos vivia de pequenos trabajos en hoteles, vinedos y mataderos.
Parece ser que no fue hasta volver a Dinamarca cuando empezo a convertirse de veras en la persona que ella creia conocer. Otra vez carpetas ordenadas con esmero. Folletos del servicio militar. Apuntes garabateados sobre una escuela de suboficiales, la Policia Militar y las fuerzas especiales del Ejercito. Ahi terminaban los apuntes personales y la coleccion de pequenas reliquias.
Nunca nombres ni indicaciones concretas de lugares y relaciones personales. Solo aquellos grandes esbozos de anos que habian pasado.
Lo ultimo que decia algo sobre la direccion que seguiria era un taco de folletos en diversas lenguas. Sobre estudios de consignatario maritimo en Belgica. Propaganda de reclutamiento en la Legion Extranjera con bonitas fotos del sur de Francia. Diversos formularios de inscripcion en escuelas de comercio.
Nada indicaba que camino habia tomado. Solo que cosas ocupaban su mente por aquella epoca.
Desde luego, aquello parecia de lo mas caotico.
Y mientras colocaba en su sitio aquel grupo de cajas, empezo a sentir miedo. Ya sabia que su trabajo era algo secreto, al menos es lo que el le contaba. Y hasta entonces habia sido una verdad tacita que aquello era por el bien de todos. Actividades de inteligencia, trabajo con la Policia secreta o algo parecido. Pero ?por que era tan seguro que fuera por el bien de todos? ?Tenia acaso alguna prueba?
Lo unico que sabia era que su marido nunca habia llevado una vida normal. Se mantenia aparte. Siempre habia vivido en el borde.
Y ahora que habia trillado los primeros treinta anos de su vida seguia sin saber nada.
Por ultimo, llegaron las cajas que habian estado arriba del todo. En algunas ya habia mirado antes, pero no en todas. Y ahora que las abria sistematicamente una a una y las examinaba al detalle surgia la espantosa pregunta de por que esas cajas habian estado tan al alcance de la mano.
Era una pregunta espantosa, porque ya conocia la respuesta.
Las cajas habian podido estar alli porque era impensable que ella fuera a revolver en ellas, asi de sencillo. ?Que podia poner mejor de relieve el poder que habia ejercido sobre ella? ?Que ella habia aceptado sin mas que era su territorio? ?Que estaban cargadas de tabues?
Un poder asi sobre alguien lo tiene solo una persona que desea ejercerlo.
Abrio las cajas presa de una violenta agitacion y tension. Con los labios apretados, la respiracion agitada y sintiendo el aire calido en las fosas nasales.
Las cajas estaban llenas de carpetas. Cuadernos de anillas de todos los colores, pero el interior parecia negro como el carbon.
Las primeras carpetas desvelaban un periodo en el que, por lo visto, busco retractarse de su vida impia. Otra vez folletos. Folletos de todo tipo de movimientos religiosos, ordenados en archivadores. Pasquines que hablaban de la eternidad, de la luz eterna de Dios y de como se podia llegar hasta ella con absoluta seguridad. Opusculos de comunidades y sectas de nuevas religiones que aseguraban tener la respuesta definitiva a las adversidades del ser humano. Nombres como Sathya Sai Baba, Cienciologia, Iglesia Madre, Testigos de Jehova, Sociedad de los Eternos y los Ninos de Dios se mezclaban con el movimiento Tongil, la Cuarta Via, la Mision de la Luz Divina y un monton mas de los que tampoco sabia gran cosa. Y fuera cual fuese la orientacion que tuvieran las religiones, todas se reclamaban poseedoras del unico camino verdadero hacia la salvacion, la armonia y el amor al projimo. El unico camino verdadero, tan seguro como la muerte.
Sacudio la cabeza. ?Que era lo que habia buscado? El, que con tal ahinco se despojo de la sombria escuela de su infancia y de los dogmas cristianos. Por lo que ella sabia, ninguna de aquellas numerosas ofertas habia merecido la atencion de su marido.
No, las palabras Dios y religion no eran palabras de uso corriente en su villa de piedra caliza roja, a la poderosa sombra de la catedral de Roskilde.
Tras recoger a Benjamin de la guarderia y jugar un poco con el, lo sento ante el televisor. Con tal de que hubiera colores y la imagen no estuviese quieta, se daba por satisfecho.
Subio al primer piso, pero penso si no seria mejor no seguir adelante. Meter las ultimas cajas sin mirar en ellas y dejar en paz la atormentada vida de su marido.
Veinte minutos mas tarde se alegraba de no haber seguido el impulso. De hecho, se sentia tan mal que en aquel momento sopesaba seriamente si deberia recoger sus cosas, levantar la tapa de la lata con el dinero para la casa y coger el primer tren que partiera.
Seguramente esperaba encontrar en las cajas cosas relacionadas con la epoca y la vida de la que ella se habia convertido en parte, pero no que de pronto se revelara que tambien ella era uno de sus proyectos.
Le dijo que se habia enamorado perdidamente de ella la primera vez que charlaron, y asi lo sintio ella tambien. Ahora sabia que eran falsas apariencias.
Porque ?como podia haber sido casual su primer encuentro en el cafe cuando veia ahora recortes del concurso hipico de Bernstorffsparken en el que por primera vez subio al podio? Eso fue muchos meses antes de que se conocieran. ?De donde habia sacado aquellos recortes? Si los hubiera encontrado despues, se los habria ensenado, ?no? Ademas, tenia programas de torneos en los que participo mucho antes de eso. Tambien tenia fotos de ella sacadas en lugares en los que, desde luego, no habia estado con el. Asi que la habia vigilado de manera sistematica durante un tiempo antes de su supuesto primer encuentro.
Lo unico que hizo el fue esperar el momento adecuado para golpear. Ella habia sido la elegida, pero no se