hacia, nunca se daban cuenta cuando trataba de satisfacerlos en las reuniones para orar. Para ellos no era mas que un reflejo de Satanas llamado Chaplin. Lo que hiciera y lo que se le ocurriera carecia de importancia.

Y la comunidad lo llamaba diferente y poseido, y oraban juntos para que los ninos no salieran como el.

Solo le quedaba Eva. Su hermana pequena, que de vez en cuando lo traicionaba y declaraba, presionada por su padre, que calumniaba a sus padres y que no deseaba obedecer, ni a ellos ni la palabra de Dios.

En consecuencia, su padre hizo de doblegarlo su segunda mision en la vida. Ordenes interminables sin objeto. Una dieta diaria de desprecio e insultos, y de postre golpes y terror psiquico.

Al principio habia en la comunidad un par de personas en quienes buscar consuelo, pero aquello tambien termino. En aquellos ambientes, la ira y las maldiciones de Dios superaban por mucho la compasion humana, y en tales tinieblas la persona temerosa de Dios solo se tiene a si misma y a Dios.

Le daban la espalda y tomaban partido. Al final no podia hacer otra cosa que poner la otra mejilla.

Justo como prescribia la Biblia.

Y en medio de aquel hogar de tinieblas en que nada podia respirar, la relacion entre Eva y el fue languideciendo poco a poco. ?Cuantas veces ella le habia pedido perdon y cuantas veces el se habia hecho el sordo?

Al final ya no la tenia de su parte, y aquel dia de invierno todo se torcio.

– Con esa voz pareces un cerdo chillando -dijo su padre justo antes de sentarse a la mesa en la cocina-. Y por lo demas tambien. Pareces un cerdo. Mira en el espejo que repugnante y torpe eres. Husmea con tu feo morro y veras como apestas. Ve a lavarte, ser abominable.

Era justo asi como solian llegar las infamias y las ordenes. Con esa astucia. De una en una. Una tras otra. Pequeneces como la orden de lavarse, que con el tiempo se multiplicaban, y al final quedo muy claro. Cuando su padre terminara de sermonearlo seguramente exigiria que lavara todas las paredes de su cuarto para poder dominar el hedor.

Asi que ?por que no poner manos a la obra?

– Para cuando termines con tus desquiciadas ordenes tendre que lavar las paredes del cuarto con lejia, ?verdad? ?Pues lavalas tu, viejo chiflado! -grito.

Fue entonces cuando su padre empezo a sudar, y fue entonces cuando su madre empezo a protestar. ?Quien creia que era para hablar asi a su padre?

Su madre queria ponerlo entre la espada y la pared, la conocia bien. Le pediria que desapareciera de sus vidas, hasta que el, harto de despropositos, terminara dando un portazo para pasar la mitad de la noche fuera de casa. Su madre habia empleado aquella tactica a menudo con fortuna cuando la situacion se agravaba, pero aquella vez no.

Sintio que su nuevo cuerpo se tensaba. Sintio que las venas del cuello latian con mas fuerza y los musculos se tonificaban. Si su padre se le acercaba demasiado con el puno cerrado, iba a enterarse de lo que es bueno.

– Dejame en paz, monstruo infernal -advirtio a su padre-. Te odio como a la peste, ojala escupas sangre, hijo de la gran puta. Mantente alejado de mi.

Ver al hipocrita de su padre descomponerse ante aquella nube de barbaridades diabolicas fue demasiado para Eva. La timida violeta que se escondia tras el delantal y los quehaceres diarios avanzo hacia el y lo zarandeo.

Le pidio que no arruinara sus vidas mas de lo que habia hecho ya, grito a su hermano mientras su madre trataba de separarlos, y su padre cogio un par de botellas de debajo del fregadero.

– Ahora vas a lavar las paredes de tu cuarto con lejia, tal como has propuesto, pequeno Chaplin-Satanas -dijo entre dientes con el rostro livido-. Y si no lo haces, ya me ocupare yo de que no te levantes de la cama durante varios dias, ?entendido?

Despues su padre le escupio a la cara y le dio una de las botellas. Miro con desden a la saliva que le goteaba de la mejilla.

Entonces el desenrosco la tapa de la botella y empezo a vaciar su contenido corrosivo en el suelo de la cocina.

– Pero ?que demonios haces, chaval? -grito su padre, agarrandolo con fuerza y tratando de quitarle la botella, de forma que un chorro de material corrosivo salpico toda la estancia.

El rugido de su padre fue profundo y estremecedor, pero no fue nada comparado con el chillido de Eva.

Todo el cuerpo de su hermana se agito, sus manos temblaban ante su rostro como si no se atreviera a tocarlo. Fue durante aquellos segundos cuando la lejia se le metio en los ojos y velo su mirada hacia el mundo.

Y mientras la estancia se llenaba con los lloros de la madre, los gritos de Eva y su propio espanto por lo que habia causado, su padre se miraba las manos burbujeantes de liquido corrosivo y el color de su rostro pasaba del rojo al azul.

De pronto abrio desmesuradamente los ojos y se llevo la mano al pecho, se doblo hacia delante, boqueo en busca de aire con un gesto sorprendido e incredulo en los labios. Y cuando por fin cayo al suelo, su vida se habia agotado.

– Jesucristo nuestro Senor, Dios Padre Todopoderoso, descanso en tus manos -dijo entre estertores con su ultimo aliento, y se murio. Con las manos cruzadas en el pecho y una sonrisa en los labios.

El se quedo un rato mirando la sonrisa de la helada mascara mortuoria de su padre, mientras su madre imploraba la gracia divina y Eva chillaba.

La sed de venganza, que lo habia sostenido los ultimos anos, se habia quedado de pronto sin sustento. Su padre habia muerto de un ataque al corazon con una sonrisa y el nombre de Dios en los labios.

No era lo que el habia sonado.

Cinco horas mas tarde, la familia se habia dividido. Eva y su madre estaban en el hospital de Odense, y el en un reformatorio. De ello se encargaron los miembros de la comunidad, y aquel fue el pago por vivir a la sombra de Dios.

Ahora solo le faltaba devolver el golpe.

Capitulo 23

Hacia una noche impresionante. Oscura y silenciosa.

Sobre el fiordo brillaban aun un par de luces de veleros, y en el prado, al sur de la casa, la hierba susurraba, preparada para la primavera. Pronto estarian pastando las vacas, y el verano estaba cerca.

Asi era Vibegarden en sus mejores momentos.

Le encantaba aquel lugar. Cuando llegara el momento oportuno, iba a pulir el ladrillo rojo, derribar la caseta de botes y despejar la vista hacia el fiordo.

Era una buena granja la que tenia. Le gustaria envejecer alli.

Abrio la puerta del anexo, encendio la lampara que colgaba de un poste, y despues vacio la mayor parte del bidon de diez litros en el deposito del generador.

Normalmente solia tener una buena impresion de haber hecho bien su trabajo cuando llegaba a esa fase del proceso en que tiraba de la cuerda para poner en marcha el generador.

Encendio la luz del techo y apago la lampara. Tenia ante si el enorme y viejo deposito de gasoil que le hablaba de los viejos tiempos, y ahora iba a emplearlo otra vez.

Se estiro sobre el deposito y levanto la tapa metalica que habia recortado en la parte superior. Si, el interior estaba seco y en condiciones, asi que la ultima vez lo vacio bien. Todo estaba en orden.

Despues bajo la bolsa que estaba en la estanteria, encima de la puerta. Su contenido le habia costado mas de quince mil coronas, pero valia su peso en oro. Con un Gen HPT 54 Night Vision asi la noche se convertia en dia. Gafas de combate para uso nocturno, identicas a las que usaban los soldados en la guerra.

Ajusto las correas en la cabeza, se puso las gafas de vision nocturna ante los ojos y encendio el aparato.

Despues salio al exterior, atraveso el sendero de baldosas pisando la papilla de cuerpos de babosas vivas y muertas y tiro de la manguera que asomaba al extremo del anexo hasta la orilla. Con aquellas gafas podia

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