resolver el caso, tal vez debieramos reflexionar sobre ello. Digamos, pues, que podemos prescindir de un hombre para ese caso. Y ese has de ser tu, Pasgard, puesto que muestras tanto interes.

Carl noto que se le caia la mandibula y el aire de los pulmones se le bloqueaba. No era posible, ?iban a tener que trabajar con aquel inutil?

A Marcus Jacobsen le basto una sola mirada para darse cuenta del dilema.

– Tengo entendido que se ha encontrado una escama de pez en el papel donde se escribio el mensaje. Entonces, Pasgard, ?puedes encargarte, por una parte, de averiguar de que pez se trata y, por otra, de saber si esa clase de pez vive en aguas que esten a una hora en coche de Ballerup?

El inspector jefe de Homicidios no hizo caso a los ojos abiertos como platos de Carl.

– Y para terminar, Pasgard: recuerda que podria haber molinos de viento cerca del lugar, o algo que suene como ellos, y que lo que provoca ese sonido debia estar alli ya en 1996. ?Lo has entendido?

Carl respiro aliviado. No tenia ningun inconveniente en que Pasgard se encargara de aquellas tareas.

– No tengo tiempo -dijo Pasgard-. Jorgen y yo estamos yendo casa por casa en Sundby.

Jacobsen miro al moceton que estaba en un rincon asintiendo con la cabeza. Si, era verdad.

– Pues durante un par de dias Jorgen debera trabajar solo -decidio Jacobsen-. ?De acuerdo, Jorgen?

El hombrachon se encogio de hombros. No estaba entusiasmado. Y seguro que la familia que deseaba aclarar el ataque a su hijo tampoco lo estaria.

Jacobsen se volvio hacia Pasgard.

– No es gran cosa, podras hacerlo en dos dias, ?verdad?

Con ello el inspector jefe de Homicidios daba un castigo ejemplar.

Si has de mear a alguien, no lo hagas contra viento.

Capitulo 25

Habia sucedido lo mas espantoso que podia ocurrir, y Rakel estaba destrozada.

Satanas se habia revelado entre ellos y los habia castigado por su frivolidad. ?Como podian haber dejado que un perfecto desconocido se llevara a sus dos preferidos, y ademas en un dia sagrado? El dia anterior debian haber leido juntos la Biblia y haberse preparado para el bendito sosiego, como solian hacer los sabados. Debian haber juntado las manos para que el espiritu de la Madre de Dios los envolviera y los apaciguara.

?Y ahora? Ahora el brazo divino los senalaba como un rayo. Habian caido en todas las tentaciones a las que se resistio la sublime Virgen Maria. La adulacion, el disfraz del Diablo, las palabras huecas.

Habia llegado el castigo. Magdalena y Samuel estaban en manos del criminal, habia pasado una noche y medio dia, y no podian hacer nada.

Y Rakel sentia la humillacion con suma nitidez. Igual que la vez que la violaron y nadie acudio en su auxilio. Pero entonces pudo actuar, ahora no podia.

– Tienes que conseguir el dinero, Joshua -regano a su marido-. ?Consiguelo!

Joshua tenia mal aspecto. El blanco de sus ojos se fundia con el color de su rostro.

– No lo tenemos, Rakel. Ya sabes que anteayer pague por adelantado a Hacienda. Un millon a un buen interes, como siempre.

Hundio la cabeza entre las manos.

– Como siempre, en nombre de Dios. ?Justo como solemos hacer!

– Joshua, ya has oido lo que ha dicho por telefono. Si no pagamos el rescate los matara.

– Tendremos que recurrir a otros miembros de la comunidad.

– ?NO! -grito con tal fuerza que su hija mas pequena empezo a llorar en la habitacion contigua-. El se ha llevado a nuestros hijos, tu vas a hacer que vuelvan, ?entendido? Si se lo cuentas a alguien no volveremos a verlos, estoy segura de eso.

Su marido giro la cabeza hacia ella.

– ?Como lo sabes, Rakel? Puede que sea un farol. Quiza debieramos acudir a la Policia.

– ?A la Policia? Que sabras tu… Puede que haya alli alguna mala persona a sueldo del Diablo. ?Sabes con seguridad que no va a llegar a sus oidos? ?Lo sabes?

– Pues entonces a nuestros amigos. La gente de la comunidad no va a decir nada. Si estamos juntos en esto conseguiremos el dinero.

– ?Y si el esta alli cuando acudas adonde ellos? ?Y si tiene entre nosotros complices sin que lo sepamos? Tuvo una relacion muy estrecha con nosotros sin que vieramos su verdadero rostro. Entonces, ?como puedes saber que no hay mas como el? ?Como, Joshua?

Miro a su hija pequena, que estaba aferrada al marco de la puerta, mirandolos con ojos enrojecidos.

Tenia que encontrar una solucion.

– Joshua, tienes que encontrar una solucion -dijo Rakel, levantandose de la mesa de la cocina. Despues se arrodillo ante su hija pequena y abrazo su cabeza.

– No debes desesperar, Sarah. La Madre de Jesus va a cuidar de Magdalena y Samuel. Solo tienes que rezar, asi los ayudaras. Y si esto ha sucedido porque hemos hecho algo pecaminoso, rezando lograremos el perdon. Solo tienes que hacer eso, carino.

Vio que su hija se sobresaltaba al oir la palabra perdon. Que sus ojos tenian hambre de perdon. Queria decir algo, pero su boca se negaba a abrirse.

– ?Que ocurre, Sarah? ?Quieres decir algo a mama?

Las comisuras de su boca se hundieron y sus labios se pusieron a temblar. Algo pasaba.

– ?Tiene que ver con el hombre?

La nina asintio en silencio y las lagrimas fluyeron mansas.

Rakel contuvo la respiracion sin querer.

– ?Que es? ?Dilo!

La nina se asusto por el tono aspero de su madre, pero su boca se desato.

– He hecho una cosa que me habiais dicho que no hiciera.

– ?Que has hecho? Dilo, Sarah.

– He mirado el album de fotos durante el descanso, mientras los demas estabais en la cocina con la Biblia. Perdona, mama. Ya se que he sido una tonta.

– Oh, Sarah… -dijo aliviada, dejando caer la cabeza-. ?Solo es eso?

Su hija sacudio la cabeza.

– Y alli he visto la fotografia del hombre que se llevo a Magdalena y a Samuel. ?Es por eso por lo que ha ocurrido? ?No deberia haberlo mirado, porque es el Diablo?

Rakel inspiro hasta el fondo de los pulmones. Eso no lo sabia.

– ?Hay una foto de el?

Sarah se sorbio las lagrimas.

– Si, estamos fuera de la casa comunitaria, los que fuimos a la fiesta de ingreso de Johanna y Dina.

?Aparecia el en esa fotografia?

– ?Donde esta la foto? Ensenamela, Sarah. ?Ahora mismo!

La nina saco el album, obediente, y senalo la foto.

?De que va a valer?, penso Rakel. Si no es nada.

Miro la foto con repugnancia. La saco de su funda de plastico. Acaricio el pelo de su hija y la tranquilizo diciendo que estaba perdonada. Despues llevo la fotografia a la cocina y la planto sobre la mesa ante su marido inmovil.

– Mira, Joshua, este es tu adversario.

Senalo una cabeza de la fila del fondo. Era muy pequena, y el hombre tenia habilidad para esconderse tras las filas delanteras y no miraba a la camara. Podria ser cualquiera si no supieran que era el.

– Manana ve a Hacienda lo primero de todo y di que el pago de los impuestos ha sido un error. Que necesitamos otra vez el dinero, porque de lo contrario iremos a la bancarrota. ?Lo entiendes, Joshua? Ve por la

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