Lankau devolvio el saludo propinandole un puntapie y Bryan cayo al suelo, justo delante de las piernas de Laureen.

Tal como lo habia planeado.

Imperceptiblemente, mientras todavia yacia en el suelo intentando recuperar el aliento contra las piernas de su esposa, Bryan logro sacar la pistola con el brazo derecho, que llevaba atado a la espalda. Tan solo podia utilizar el dedo corazon y el anular. Se incorporo un poco y con la ayuda de Laureen, que empujo la pistola con la punta del pie hacia su lado izquierdo, consiguio colocarla cerca de la mano derecha. El sudor frio empezo a brotar en su frente extendiendose por todo su cuerpo. Lankau volvia a respirar pesadamente.

– ?Crees que soy idiota, Von der Leyen? -dijo llevandose la mano a la nariz, donde la herida ya se habia cerrado-. No me creo nada de lo que me estas contando. Es posible que la cana de bambu esa sea tu mujer y que ahora te hagas llamar Underwood Scott. Al fin y al cabo, somos muchos los que adquirimos una nueva identidad despues de la guerra. Pero fuiste Arno von der Leyen entonces, y sigues siendo Von der Leyen ahora. La cuestion es, ?que hacer contigo?, porque no puedo hacerte desaparecer y ya esta. ?O si puedo? Ya no soy un nino, ya no me mamo el dedo, ?verdad? Yo no me expongo asi como asi, como haria un jovenzuelo. ?Tenemos que hacerlo bien!

– ?Hacerlo? ?No esperaras que te ayudemos?

Bryan se echo a un lado y volvio a jadear. Su rostro se contrajo de dolor cuando se echo al suelo sobre el costado izquierdo, sin fuerzas y resignado, de tal manera que la pistola quedo atrapada debajo del codo.

La expresion del rostro de Lankau era insondable, hosco y tranquilo.

– Imaginate que realmente hay alguien que sabe donde estas esta noche… Seguramente me has mentido como en todo lo demas, pero ?y si resulta ser verdad? ?Que pasara? ?Te desnuco o te ahogo en la piscina que hay detras de la casa? ?Y que debo hacer con esa canija? ?Me la llevo a la prensa con Petra? ?Sabra tu conserjito que esta aqui con nosotros? ?Lo dudo!

Bryan intento reavivar su mano izquierda. De momento habia perdido la sensibilidad. En cuanto tuviera la pistola en la mano, solo contaria con una oportunidad; no podia dejarla pasar.

– ?Donde esta Petra? -pregunto Laureen, sorprendida. Parecia serena y miro por primera vez a Lankau a los ojos.

– ?Mire por donde, senora mia! ?Pense que nunca me lo preguntaria! Muy extrano, ?no le parece, teniendo en cuenta que eran tan buenas amigas? Si, desde la infancia, ?no era asi?

– No la habia visto en mi vida, hasta esta manana. ?Donde esta?

– ?Sabe que? Realmente creo que hay que recompensar tanta preocupacion. Os voy a juntar, por asi decirlo. En un sentido algo figurado, claro, ?pero siempre sera mejor que nada!

– ?De que estas hablando?

Bryan tosio hasta temblarle el cuerpo. Movio los dedos cuanto pudo.

– En el lavadero hay un interruptor. Lo he desconectado. ?A lo mejor te fijaste en que la luz del patio no estaba encendida, contrariamente a como la dejaste al marcharte?

Bryan lo miro fijamente a los ojos.

– ?Y…?

– Y ese interruptor es el interruptor principal del anexo, el garaje y la prensa de vino.

– ?La prensa? ?A que te refieres?

– Si, seguramente la conoceis, pero a lo mejor no lo sabiais. Una prensa de esas en las que se meten los racimos de uva… Las uvas van dando vueltas, suavemente, hasta que quedan aplastadas. ?Un invento muy practico, si se me permite decirlo!

– ?Animal! -grito Laureen. Se echo hacia adelante en la silla, como si intentara agredir a Lankau. Sus ojos estaban humedos de colera-. ?No pretenderas decirme que Petra…?

De pronto, los hombros de Laureen se relajaron y empezo a sollozar.

– No, no lo pretendo. Pero si se me ocurre accionar el interruptor, ya seria otra cosa. -Su rostro se ensombrecio-. Sin embargo, vamos a esperar un poco mas; no he acabado con ella todavia. Aunque probablemente no vaya a cambiar nada.

– ?Laureen, tranquila! -Bryan se echo hacia atras e intento acariciarla moviendo la cabeza de un lado a otro-. ?No llegara tan lejos, Laureen! ?Viniste hasta aqui con ella?

– Si.

– ?No esta compinchada con los demas?

– ?No!

Bryan alzo la mirada hacia Lankau. Parecia que poco a poco iba recuperando la sensibilidad en la mano. Pronto tendria que decidirse a hacer un primer intento; tendria que ganarse el tiempo que necesitaba.

– ?Que os ha hecho Petra? -pregunto.

– Eso es algo a lo que no puedo contestar hasta que no hayas desaparecido tu, Herr Von der Leyen. ?Nunca lo sabras! Bad timing! -Lankau solto una carcajada-. ?No es asi como lo llamais vosotros? Pero, en el fondo, no importa lo que haya hecho o dejado de hacer, el resultado sera el mismo. Ya te lo he dicho -Lankau se volvio-. ?Sabes? Uno de mis amigos tiene una magnifica perrera cerca de Schwarzach. Alli tengo tres dobermans; pesimos perros de caza, es cierto, pero muy buenos vigilantes. En realidad es una pena que no me los haya quedado este fin de semana, asi podriamos solucionarlo todo de golpe.

Laureen bajo la mirada. Bryan se habia quedado inmovil. Se esforzo en respirar sosegadamente. Todavia no habia llegado el momento de ponerse a gritar.

– ?Tienen muy buen apetito, esos tres chuchos! -prosiguio Lankau volviendo a mostrar sus dientes manchados-. No tardarian mas de dos dias en acabarse a una mujer de la envergadura de nuestra pequena Petra, por no hablar de ti, fideo. Y si resultara que tienen problemas en el primer intento, me sobra espacio en el congelador.

CAPITULO 60

Acababa de sonar el timbre cuando Gerhart se disponia a abandonar la casa de Kroner. El chasquido habia llegado a sus oidos con una fuerza diabolica. De pronto, le fue dificil reprimir las ganas de llorar. Fuera reinaba el silencio. Alguien esperaba que abriera la puerta.

Y entonces se le abrio el cielo.

Solo existia en los pocos momentos en que podia descansar escuchando el tono de voz protector de Petra. El cadaver en la banera, a escasos pasos de el, recupero el alma y la vida. La pesadilla habia sido exorcizada. Las feroces intenciones que abrigaba en cada fibra de su cuerpo, la venganza y la lucha contra la desconfianza y los abusos; aquella voz lo pulverizaba todo.

Sin embargo, la gloria duro poco. De repente se dio cuenta de que la traicion siempre esta al acecho, siempre esta presente. La siguiente frase fue como una punzada infringida a traicion. Petra hablaba la lengua que evocaba el dolor y la angustia. Cada palabra, cada timbre de voz que formo en su boca lo desollo dejandolo desprotegido y vulnerable. Era el aliento del mal, que recobraba la vida. Gerhart inclino la cabeza y se tapo los oidos con las manos. La voz de la otra mujer era aun mas aguda y, por tanto, mas inquietante. Hablaba aquella lengua sin nitros, de forma punzante y directa. Gerhart se habia quedado inmovil, con las manos apretadas contra los oidos, contando los segundos hasta que sus voces se extinguieron.

La imagen de la mujer menuda y rubia que ocupaba un lugar tan importante en su corazon empezo a centellear y a deformarse. De pronto, le resultaba dificil evocar su sonrisa eterna. Un vertigo creciente lo llevo a escurrirse pared abajo hasta que, al final, se encontro a si mismo sentado en el suelo del pasillo, con la cabeza apoyada contra la puerta de roble.

Lo que mas le apetecia era irse a casa; alli le darian de comer y podria dormir. Su casa era el sanatorio. Alli estaria protegido.

Gerhart sacudio la cabeza y empezo a gimotear. Lo que acababa de oir no queria desaparecer. ?De quien podria fiarse a partir de ahora? ?Quien queria hacerle dano?

Todavia quedaba el monstruo de la cara ancha, que lo habia maltratado durante tantos anos. Kroner ya no estaba para parar los golpes del hombre corpulento. Lankau disfrutaria. Gerhart lo habia visto tantas veces.

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