trato preferencial de las tropas de apoyo del SD en la dificil y aguda situacion de abastecimiento.

Durante esa reunion deberian procurar quedarse a solas durante la tarde, cuando la artilleria sovietica acostumbraba inundar la retaguardia con granadas. En cuanto se fueran aproximando los bombardeos, deberian ponerse a cubierto y hacer saltar el cuartel de Dieter Schmidt. Asi se crearia la idea de que una «granada errante» sovietica habia dado en el blanco. Durante el desescombro de las ruinas encontrarian tanto a Kroner como a Schmidt bajo los escombros, victimas de un shock provocado por la granada. Aquel estado deberia prolongarse hasta que terminara la guerra.

El Cartero se ocuparia de prepararse por su cuenta. «Ya llegara el momento de dejarme ver», les habia comunicado a traves de Dieter Schmidt. Finalmente, este habia conseguido convencer a Kroner y a Lankau de que el Cartero no era un hombre que enganara a sus amigos.

CAPITULO 14

La ultima noche habia sido la tercera en una semana en la que James solo habia dormido superficialmente. Todo su cuerpo estaba empapado en sudor.

– ?Ya veras como salimos de aqui, Bryan! ?Lo prometo!

James sacudio la cabeza como si quisiera librarse de las visiones y, sin querer, golpeo la cabeza contra la cabecera de la cama. La sorpresa por el dolor le hizo abrir los ojos de par en par. El hombre del rostro picado de viruelas ya estaba despierto y descansaba de costado, apoyado sobre la almohada doblada. Tenia la mirada clavada en James, que reacciono inmediatamente entonando su canturreo atonal. James percibio su mirada insensible cuando se dio la vuelta y pestaneo contra los rayos de luz matinal que se filtraban a traves de las fisuras de las contraventanas a prueba de bombas. Tambien anos atras, en el acantilado de Dover, habia vivido mananas como aquella.

La familia de Bryan tenia una casa en Dover que a James le encantaba visitar. Un impulso repentino podia provocar, incluso a mediados de semana, que toda la familia Young subiera al coche y recorriera las quince millas a traves del bello paisaje que los separaba de la costa. Desde los dias de soltero del senor Young, la casa habia estado siempre lista para recibir invitados. De ello se encargaba la pareja de conserjes.

El senor Young amaba el mar, el viento y la fabulosa vista.

Hubo pocos fines de semana en que James no los acompanara.

Segun la madre de James, Dover no era un pueblo en el que hubiera que quedarse. Era un pueblo que solo se atravesaba de camino a otro lugar. Pero aparte de que le era indiferente, tambien representaba para ella algo desconocido y arriesgado. Era una persona inquieta y preocupada, por esa misma razon, James jamas habia hablado a sus padres de los experimentos que habian realizado con bombas fetidas y de humo, ni tampoco de los magnificos inventos que el y Bryan habian hecho y que incluian una balsa hecha de barriles de arenques y un enorme tirachinas fabricado con camaras de aire para bicicletas.

Si la senora Teasdale hubiera sabido que su hijo era capaz de lanzar un ladrillo con tal violencia y precision como para atravesar un saco de trigo a una distancia de cincuenta metros, sin duda no se habria alegrado demasiado.

Para ellos, Dover representaba un verdadero refugio. «?Ahi van los dos hijos del senor Young!», comentaba la gente al verlos llegar por el paseo maritimo.

Siempre les habia encantado que los tomaran por hermanos y solian agradecer el equivoco agarrandose por el hombro y cantando su himno de guerra a viva voz; una cancion banal que uno de los pretendientes de Elizabeth habia escuchado en una pelicula que ni el ni Bryan habian visto jamas.

I don't know what they have to say

it malees no difference anyway

whatever it is, l'm against it

no matter what it is or who commenced it

l'm against it!

Your proposition may be good but let's have one thing understood Whatever it is, l 'm against it

(«No se que quieren decirme, de todos modos me da igual, sea lo que sea, estoy en contra, no importa lo que sea ni quien lo empezo, estoy en contra! ?›Es posible que tu proposicion sea buena, pero dejemoslo claro, sea lo que sea, estoy en contra.»)

solian gritar a viva voz. Repetian aquellas estrofas una y otra vez, haciendo enloquecer a los que los rodeaban. La cancion tenia uno o dos versos mas, pero nunca los aprendieron.

Gracias a las magnificas exposiciones historicas de su amado profesor, el senor Denham, los chicos fueron introducidos en las gestas de hombres y mujeres intrepidos. Cromwell, Thomas Beckett, la reina Victoria y Maria Estuardo empezaron a pulular por sus mentes. Los jinetes tronaron por el borde de la catedra.

Las clases preferidas de los chicos. Alli se les habia revelado Julio Verne, y los chicos se adentraron en las profundidades de la tierra, se sumergieron en los oceanos y volaron en maquinas prodigiosas.

En cuanto uno de ellos garabateaba un par de trazos, el otro sabia inmediatamente de que se trataba. Pasaban horas y horas anadiendo trazos a la idea del otro, sin que hubiera necesidad de mediar ni una sola palabra.

En aquellos maravillosos ratos llegaron a crear un taladro gigantesco, capaz de taladrar un pozo de mina o un tunel hasta Francia, y un automovil que podia transportar ciudades enteras hasta un lugar donde hiciera mejor tiempo.

Puesto que a los ojos de los ninos era posible llevar a cabo todos estos inventos, siempre quedaba la pregunta de por que nadie, hasta entonces, los habia realizado. Y entonces lo intentaban ellos.

Durante una de las tormentas otonales, el senor Denham habia medido que el viento soplaba con una velocidad de veintisiete yardas por segundo. Bryan y James habian contemplado estupefactos aquel pequeno anemometro; cincuenta y cinco millas por hora, era un valor formidable.

De camino a casa se habian sentado en el bordillo de la acera, delante de la oficina del Com Exchange, dejando que los transeuntes fueran transeuntes.

En condiciones favorables y con una velocidad de cincuenta y cinco millas, era posible volar a Francia en media hora. Si tomaban un velero que se deslizara sobre el hielo, seguramente tardarian el doble de tiempo.

Antes de que hubiera terminado el dia ya habian establecido el interes que en el futuro conformaria el marco de sus destinos. Coserian un globo para que la fuerza fascinante del viento pudiera ser puesta a prueba.

Querian volar.

Retal a retal, fueron robando la lona de las obras que se estaban realizando en el puerto de Dover. Del transporte a Canterbury se encargo el senor Young sin siquiera saberlo. La cavidad que habia debajo del asiento trasero era muy espaciosa.

Casi un ano entero tardaron los muchachos en coser el globo en la glorieta de la familia Young. Nadie debia saber nada. Tenian que ser rapidos. Despues de las vacaciones, el destino les daria alcance. Abandonarian el Kings's College de Canterbury para seguir los estudios en Eton.

Entonces los fines de semana en Dover se espaciarian mucho mas.

Tres dias despues de que empezaron las vacaciones le dieron la ultima mano a la obra.

Fue Jill quien, sin saberlo, resolvio el problema de trasladar el globo a Dover, donde los aguardaban el acantilado y el viento.

El 10 de julio de 1934, Jill cumpliria dieciocho anos. En aquella zona se habia convertido en una cuestion de moda que las chicas de las mejores familias, al igual que habian hecho las hijas de la servidumbre durante siglos, empezaran a prepararse para el matrimonio. Antes de la boda era costumbre que hubieran empezado a reunir su dote, que consistia en vajilla y cuberteria.

Segun Jill y sus amigas, habia que tener una vitrina para guardar tales alhajas. Y Jill no disponia de una. «Vitrina en venta -rezaba un anuncio en el diario-. Posibilidad de trocarla por una bicicleta de senora de una buena marca. Razon: Riggs & Cgo.» Cuando Jill leyo la direccion en voz alta, los chicos saltaron de

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