Su presencia era la realizacion de una pesadilla que nunca fue sonada.

A pesar de que el hombre estaba mas grueso que nunca, los anos habian pasado piadosamente por el. Las personas de piel tersa y sonrojada pueden llegar a parecer ninos hasta alcanzar edades avanzadas. Este habria sido el caso del hombre del rostro ancho, de no ser por la orbita ocular casi vacia y los nudillos blancos que se tensaban alrededor del arma mortal.

Las probabilidades de que aquel coloso fuera a pasar de largo, sin percatarse de la presencia de Bryan, eran insignificantes. Bryan recogio el pie cuidadosamente, escondiendolo debajo del matorral, pego el rostro al suelo humedo y coloco la mano debajo del pecho, listo para saltar como un muelle.

En el momento en que el zapato de Lankau se poso en el suelo delante del brazo de Bryan, lo golpeo. A pesar de que el golpe habia sido certero, el hombreton no se tambaleo, tal como habia esperado Bryan que hiciera. Lankau se giro impulsiva y violentamente hacia Bryan. El movimiento tenia como objetivo buscar el enfrentamiento directo, pero tambien lo hizo dar un paso atras, por el terraplen, y resbalo torpemente ladera abajo.

Y, sin embargo, el arma se disparo.

El golpe del proyectil sorprendio a Bryan, de la misma manera que lo hizo el ruido que este produjo. No sintio ningun dolor, ni tampoco supo donde le habia alcanzado. El eco del disparo amortiguado apenas se habia propagado, cuando Bryan se abalanzo sobre el hombre que se tambaleaba, con las piernas abiertas a ambos lados de la pendiente, una apoyada en el sendero, la otra deslizandose ladera abajo. Entonces se oyo el segundo disparo y el arbol que Bryan tenia a sus espaldas lo recibio sordamente, abriendo unas fauces amarillentas en su corteza. Bryan extendio inmediatamente la mano para agarrar el rostro de Lankau, a la vez que le propinaba una fuerte patada en el pecho.

El hombreton lo miro, estupefacto, la boca se le habia quedado abierta. De ella no se escapo ni el mas minimo sonido, a pesar del dolor que debio de provocarle la patada. Entonces se desplomo y cayo hacia atras, ladera abajo, sin soltar a Bryan. Solo el suelo blando evito que Bryan perdiera la conciencia. Cuando el cuerpo pesado lo hubo arrollado un par de veces, los dos cuerpos enmaranados se detuvieron, por fin, gracias a la maleza que marcaba el paso al sendero que corria al final de la columnata. Sin poder moverse, se quedaron tendidos el uno al lado del otro en medio del arbusto, mirandose jadeantes a los ojos. De algunos rasgunos en la cara de Lankau brotaron unos hilillos de sangre que fueron deslizandose hasta alcanzar las pestanas del ojo sano. En la caida, Lankau habia estrujado la pistola con tanta sana contra su rostro que la mira le habia desgarrado la piel. No dejaba de parpadear. Aunque agitaba la cabeza, la sangre estuvo constantemente a punto de cegarlo. A menos de veinte centimetros sobre su cabeza estaba la pistola, medio hundida en el fango.

Bryan echo la cabeza hacia atras y, sin ningun tipo de contemplaciones, le propino una serie de testarazos a su adversario que hicieron que el cerebro de Bryan explotara en multiples descargas y destellos.

Fue entonces cuando su perseguidor emitio un sonido. Bryan se precipito sobre su enorme cuerpo e intento alcanzar la pistola. En ese mismo movimiento y de forma absolutamente inesperada, su cabeza se fue hacia atras cuando el hombreton lo agarro por los tolanos.

La salvacion de Lankau llego desde atras. Unos jovenes se habian apinado alrededor de los dos hombres y no paraban de proferir una sarta interminable de improperios incomprensibles. Las chicas se amontonaban a sus espaldas con una expresion de regocijo en sus caras. Habian acudido en busca de emocion; los escondrijos de la columnata tampoco los defraudaron esta vez.

Dos de los jovenes agarraron a Lankau y lo pusieron en pie mientras le limpiaban la americana con unos suaves golpes en la espalda. Lankau se llevo la mano a la cara ensangrentada y, con una mirada aturdida, echo un vistazo a su alrededor buscando su arma, sin por ello dejar de hablar atropelladamente a los jovenes. Poco a poco, fue aflojando la mano con la que tenia agarrado a Bryan por el pelo y los musculos de su nuca se relajaron. Bryan permanecio en silencio mientras daba unos pasos pendiente arriba, en una postura algo desmanada. Nadie se dio cuenta de que el arma se habia perdido debajo de su cuerpo.

Bryan no entendio nada de lo que Lankau les dijo a los jovenes, pero de pronto desaparecio del lugar.

El semicirculo que se habia creado alrededor de Bryan no parecia querer disolverse inmediatamente.

Con mucha cautela, Bryan echo el brazo hacia atras y rozo la pistola con la mano. Era mas pesada de lo que habia pensado. Justo por encima de la culata encontro el seguro. Nadie oyo que lo ponia. Luego, con mucha cautela, introdujo el canon por el cincho del pantalon y se cerro la americana para cubrirla. Le llego el dolor al sacar la mano del cincho. Todos lo miraron al oir sus gemidos. Una de las muchachas se llevo la mano a la boca y jadeo cuando Bryan alzo la mano ensangrentada y se la miro.

– ?Me ha disparado! -se limito a decir Bryan, sin esperar que el grupo de jovenes entendiera sus palabras.

Una de las chicas empezo a gritar. Detras de los demas aparecio un joven de cabellos casi blancos y, con mucho cuidado, ayudo a Bryan a ponerse en pie. La mancha roja en el bolsillo trasero crecia imparable, pero con menor rapidez de la que Bryan habia temido en un primer momento. El disparo habia atravesado limpiamente el gluteo mayor medio, la parte mas carnosa del gran musculo del trasero, al que popularmente se suele llamar asentaderas. Tanto la herida de bala, por donde habia entrado el proyectil, como la herida por donde la bala habia abandonado el cuerpo, se habian cerrado casi por completo. La perdida de sangre no era significativa. La pierna izquierda de Bryan cedio bajo su peso.

Y entonces el semicirculo retrocedio.

El joven del pelo rubio profirio unas cuantas palabras y el grupo se disolvio en pocos segundos. Todos, salvo el que habia gritado, salieron corriendo pendiente abajo, siguiendo los pasos de Lankau. El chico del pelo blanco se volvio hacia Bryan.

– ?Podra andar? -le pregunto, vacilante.

Fue un alivio oirlo hablar en ingles.

– Si, si puedo, gracias.

– Los demas estan intentando atraparlo.

El joven echo la vista hacia abajo, desde donde los gritos nitidos de los demas dejaban bien a las claras su proposito. Bryan dudaba mucho de que fueran a encontrar al hombre que buscaban.

– Tiene que perdonarnos. ?Me parece que nos equivocamos! ?Lo ataco ese hombre?

– ?Si!

– ?Sabe por que?

– ?Si!

– ?Por que?

– ?Porque queria quitarme mi dinero!

– ?Llamemos a la policia!

– ?No! ?No lo hagan! No creo que vuelva a hacer algo asi.

– ?Por que no lo cree? ?Acaso lo conoce?

– En cierto modo, si.

Aunque el gluteo se compone de un grupo de musculos que, gracias a su gran tamano, se distinguen por poder funcionar satisfactoriamente a pesar de sufrir lesiones, Bryan tuvo que agarrarse a todo lo que alcanzo para poder dar los primeros pasos.

El chico del pelo plateado lo abandono sin despedirse, precipitandose ladera abajo, en busca de sus companeros.

Cinco minutos mas tarde, su vocerio animado se hubo extinguido.

Esta vez, el sendero que llevaba hasta la estacion terminal del funicular se le hizo mas largo. Por cada diez pasos que daba, Bryan se veia obligado a detenerse y echar un vistazo a su trasero. Las oscuras manchas en los pantalones hablan dejado de crecer.

Cuando aparecieron los finos cables del funicular detras de las copas de los arboles, Bryan supo que la hemorragia se habia detenido. Ni en calidad de medico ni de victima tenia por que preocuparse mas por vendajes o por un ingreso indeseado en un hospital; tenia otras preocupaciones.

La primera era mantenerse con vida. Era imposible adivinar de donde y cuando podia llegar la proxima agresion. Lo unico que sabia era que seria inevitable. Estaban decididos a atentar contra su vida y habia sido Petra Wagner quien le habia tendido aquella trampa.

La segunda preocupacion era ?por que?

?Por que le habia mentido Petra Wagner, y por que era tan importante deshacerse de el? Al fin y al cabo, se habian arriesgado incluso a agredirlo en pleno dia.

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