estaban alli y que habian contribuido a que la familia echara raices mucho mas rapido de lo que se habian atrevido a sonar.
Arrimo la silla a la cama y se sento.
– Esto -dijo con calma; sostuvo la jeringuilla ante los ojos de su hermano, que lo miraba con incredulidad-. Esto es bastante mas peligroso que lo que te he dado esta noche. Veras, esto… -Empujo el embolo lentamente, hasta que salieron unas finas gotas por la afilada aguja-. Esto es quetovenidona. Un potente preparado de morfina. Muy efectivo. Tengo… -entorno los ojos y sostuvo la jeringuilla contra la luz- 150 miligramos. Una dosis mortal para una persona…
Fayed movia los ojos e intentaba en vano liberar las manos.
– Y en esta de aqui… -dijo Al sin inmutarse, y saco otra jeringuilla del bolso que tenia junto a el en el suelo-. Aqui tengo naxolona. El antidoto, vamos. -Dejo tambien la segunda jeringa sobre la mesilla y las aparto un poco de la cama, por si acaso, antes de mirar a su hermano y anadir-: Pronto te voy a quitar la mordaza. Pero primero te voy a dar un poco de esta morfina. Vas a notar los efectos bastante rapido. Te bajaran la presion arterial y el pulso. Y te vas a sentir bastante mal. Puede que tengas problemas para respirar. Asi que tu eliges. O me respondes a lo que te pregunte, o te pongo mas. Y asi sucesivamente. Bastante sencillo, ?no? Cuando me hayas dado la informacion que necesito, te pongo el antidoto. Pero hasta entonces no, ?entendido?
El hermano se retorcia desesperadamente en la cama. Le caian lagrimas de los ojos y Al se percato de que el pantalon estaba mojado en torno a los organos sexuales.
– Una cosa mas -dijo Al clavandole la aguja en el muslo, atravesando el pantalon del pijama-. Puedes gritar y chillar todo lo que quieras. Tiempo perdido, has de saberlo. Hay mas de kilometro y medio hasta el vecino mas cercano, y ademas esta de viaje. Como es entre semana, tampoco habra nadie dando un paseo. Asi que olvidalo. Ya esta…
Volvio a sacar la jeringuilla y comprobo cuanto habia metido. Asintio satisfecho, dejo la jeringuilla junto a la otra sobre la mesilla y de un tiron le arranco la mordaza a su hermano. Fayed intento sacarse el trapo con la lengua, pero le dieron nauseas y giro la cabeza hacia un lado. Al metio dos dedos y saco el trozo de tela.
A Fayed le costaba respirar. Jadeaba y era evidente que intentaba decir algo, pero no le salieron mas que carraspeos y nauseas.
– Se nos esta yendo el tiempo -dijo Al-. Asi que sera mejor que intentes responder rapido. -Se humedecio los labios mientras pensaba y luego pregunto-: ?Es verdad que madre creyo que tu eras yo antes de morir?
Fayed solo pudo asentir con la cabeza.
– ?Te conto algo que tu entendiste que tenia que ser para mi?
El hermano empezo a dominarse. Estaba mas tranquilo. Fue como si por fin hubiera entendido que no habia manera de liberarse. Por un momento permanecio completamente quieto. Solo se le movia la boca. Daba la impresion de estar intentando producir humedad, tras varias horas con un trapo en la boca.
– Toma -dijo Al, y le llevo un vaso de agua a los labios.
Fayed bebio, varios tragos. Luego carraspeo y arrojo a la cara de su hermano un escupitajo de agua, mocos, saliva y restos del trapo.
–
– No estas siendo muy sensato -dijo Al secandose la cara con la manga.
Fayed no dijo nada. Podia dar la impresion de estar pensando, como si valorara que podia hacer para negociar una solucion.
– Vamos a probar otra vez -dijo Al-. ?Te conto madre algo sobre mi vida creyendo que eras yo?
Fayed seguia sin contestar, pero al menos estaba quieto. La morfina habia empezado a actuar. Las pupilas se encogieron ostensiblemente. Al se acerco a la comoda junto a la puerta del cuarto de bano, abrio las cerraduras de combinacion y saco la agenda de Fayed del fondo de la maleta. Paso las hojas hasta llegar al calendario del ano 2002 y lo arranco. Luego volvio junto a la cama:
– Aqui tenemos la fecha en que murio madre. ?Y que has escrito aqui, Fayed, el dia que murio mama, cuando estabas sentado en su cabecera? -Mostro la hoja a su hermano que giro la cara hacia otro lado-. Junio de 1972, Nueva York, eso es lo que has apuntado. ?Que significa esta fecha para ti? ?Fue madre la que te la dio? ?Fue madre la que te hablo de este dia cuando estabas sentado junto a ella?
Seguia sin haber respuesta.
– ?Sabes? -dijo Al con calma, mientras agitaba el calendario-, eso de morir de una sobredosis de morfina es mucho menos agradable de lo que piensa la gente. ?Notas que los pulmones te estan empezando a fallar? ?Notas que te cuesta mas respirar?
El hermano resoplo. Intento arquear el cuerpo, pero no tenia fuerzas.
– Madre era la unica que lo sabia -dijo Al-. Pero no me lo reprocho, Fayed, nunca. Mi secreto le afecto muchisimo, pero no lo uso contra mi. Madre era la companera de mi alma, del mismo modo que podria haberlo sido de la tuya, si te hubieras comportado de un modo mas o menos decente. Al menos podrias haber intentado ser un miembro de la familia. Pero hiciste cuanto estaba en tu mano para no ser uno de nosotros.
– Yo nunca fui uno de vosotros -gruno Fayed-. De eso te encargaste tu.
Estaba palido. Yacia tranquilo y habia cerrado los ojos.
– ?Yo? ?Yo? Yo que… -Con decision cogio la jeringuilla de morfina e inyecto otros diez miligramos del contenido en el muslo de Fayed-. No tenemos tiempo para esto. ?Que va a pasar, Fayed? ?Por que estas aqui? ?Por que has venido a verme despues de todos estos anos? ?Y para que cono has usado la informacion sobre el aborto de Helen?
Al fin daba la impresion de que Fayed empezaba a asustarse de veras. Se esforzaba por respirar, pero los musculos no le obedecian del todo. En sus labios se estaba formando espuma blanca, como si no tuviera fuerzas para tragar su propia saliva.
– Ayudame -dijo-. Tienes que ayudarme. No puedo…
– Responde a mis preguntas.
– Ayudame. No puedo… Todo se va a ir a… El plan…
– ?El plan? ?Que plan? Fayed, ?de que plan estas hablando?
Se estaba muriendo. Era evidente; Al sintio que se acaloraba. Noto que le temblaban las manos cuando agarro la jeringuilla con naxolona y la preparo.
– Fayed -dijo agarrando firmemente la barbilla de su hermano para conseguir que lo mirara-, te estas metiendo en un lio. Aqui tengo el antidoto. Respondeme a una cosa. Solo a una cosa: ?por que has venido aqui? ?Por que has venido justamente aqui?
– Por las cartas -murmuro Fayed, sus ojos parecian muertos-. Las cartas van a llegar aqui. Si algo saliera mal… -No respiraba, Al le dio un golpetazo en el pecho y los pulmones de Fayed hicieron un nuevo intento de evitar la muerte-. Tu caeras conmigo. Era a ti a quien amaban.
Al cogio un cuchillo del bolso y corto la cinta americana que amarraba el brazo derecho de Fayed al poste de la cama. La morfina la habia inyectado directamente en el musculo, pero ahora necesitaba una vena. Con lentitud vacio el antidoto en una vena azul palido del antebrazo de su hermano. Y, para no perder del todo el valor, volvio a amarrarle el brazo. Se levanto, se puso a dar vueltas y ya no podia contener las lagrimas.
– ?Me cago en la hostia! ?Me cago en la hostia! ?Todo lo que queria en esta vida era paz y tranquilidad! ?Nada de peleas! ?Nada de jaleo! Habia encontrado este rincon del mundo donde todo nos iba bien a las ninas y a mi, y ahora vienes tu a…
Al estaba sollozando. No estaba acostumbrado a llorar. No sabia que hacer con los brazos. Colgaban sueltos a ambos lados de su cuerpo. Le temblaban los hombros.
– ?De que tipo de carta estas hablando, Fayed? ?Que es lo que has hecho? Fayed, ?que has hecho?
De pronto corrio hacia su hermano y se inclino sobre el. Puso la palma de la mano contra su mejilla. El bigote, el enorme y ridiculo mostacho que se habia dejado crecer desde la ultima vez, le hizo cosquillas en la piel. Al acariciaba la cara de su hermano una y otra vez.
– ?Que has hecho esta vez? -susurraba.
Pero su hermano no contestaba, estaba muerto.
Capitulo 10