– No soporta que le tomen el pelo -dijo, y la cogio entre sus brazos-. Pero en el fondo es buena.
La beso y se negaba a soltarla.
– La discusion en la cocina -empezo Sigmund arrugando con embarazo la servilleta, antes de dejarla a un lado, sin saber bien que hacer con los restos destrozados-. Puede haber sido una tonteria.
– Si -dijo Yngvar, dejando que Inger Johanne se fuera-. Pero de todos modos creo que deberiamos recordarlo, por si hubiera algo en ese asunto. No es solo que Kari Mundal y Rudolf Fjord se pelearan, sino que la discusion era tan importante como para que se perdieran el discurso perfectamente preparado de Kjell Mundal. No es propio de Kari Mundal dejar que se le escape una ocasion asi de cultivar y apoyar a su marido. Y Rudolf Fjord parecia bastante alterado.
– La politica -dijo Inger Johanne-, como es bien sabido, no es la catequesis. Si las discusiones violentas entre los bastidores politicos fueran fundamento suficiente para ser sospechoso de homicidio, no dariais abasto.
– Pero de todos modos…
Yngvar acerco la otra banqueta a la barra americana y se aposento. Las piernas abiertas, los antebrazos sobre el banco.
– Habia algo en toda la situacion -dijo a media voz-. Algo… -Despues meneo la cabeza-. Esta apuntado -dijo con ligereza-. Pero por ahora lo dejamos asi. Tenemos otras cosa de las que ocuparnos. Por ahora, quiero decir.
– Por ahora no tenemos practicamente nada -dijo Sigmund hoscamente-. En ninguno de los casos. Nada de nada.
– Te estas poniendo muy duro -dijo Yngvar-. Algo tenemos.
– Algo -repitio Sigmund.
– Pero nada encaja -dijo Yngvar-. Nada nos lleva a ningun sitio. En eso estoy de acuerdo. No encontramos mas lineas de conexion entre las dos mujeres que las mas obvias, lo que determinamos desde el principio. Y que hemos repasado mil veces. La brutalidad de los asesinatos. El sexo de las victimas. Su vida como personajes publicos. El municipio en el que vivian. -Bostezo largamente y prosiguio-: Pero es muy dudoso que estemos buscando a un asesino con especial predileccion por Lorenskog. Vibeke y Fiona no se conocian, no tenian amigos comunes, ni siquiera conocidos, mas alla de los que siempre se tienen en un pais tan pequeno como este. No han estado implicadas en ningun trabajo comun. Llevaban vidas muy diferentes. Una era soltera y fiestera, la otra mujer de familia y madre. Me da la impresion de que…
– …a pesar de todo se trata de dos casos independientes -intervino Inger Johanne mientras sostenia un cazo bajo el grifo-. Pero los dos asesinos tienen que ser fornidos. A Vibeke la mataron delante de su casa y la llevaron en brazos hasta el dormitorio. Fiona fue reducida.
– ?Soleis hablar asi? -pregunto Sigmund.
– ?Como?
– ?Completando las frases el uno del otro? Como los gemelos de mi hermana.
– Hombre, es que nosotros somos almas gemelas -dijo Inger Johanne, sonriendo al ver que Sigmund no cogia la ironia-. Pensamos igual, sentimos igual. Todo el rato. ?Cafe?
– Si, por favor. Pero si… -se llevo la mano a la boca intentando mitigar un profundo eructo-, si se trata de dos casos independientes, ?podria pensarse que el segundo asesino, me refiero al que se encargo de Vibeke Heinerback, hubiera intentado que pareciera una serie?
– Tampoco es que se pueda decir que dos asesinatos son una gran serie -apunto Yngvar-. Casi un poco misero. Pero antes que nada tenemos que ponernos de acuerdo en que no se trata del mismo asesino.
– Por supuesto que no podemos acordar eso -dijo Inger Johanne-. Todavia no. Pero estoy de acuerdo. Aunque las similitudes son muchas, no son de tal caracter que… Los asesinatos no gritan exactamente «crimen en serie».
– Me preguntaba… -comenzo Sigmund, y se sonrojo como un adolescente repleto de preguntas sin respuesta sobre la vida sexual.
Se rasco el muslo y ladeo la cabeza con torpeza. Por un momento estuvo guapo, penso Inger Johanne. Echo agua en la cafetera, lleno una jarrita de leche y saco un cuenco con azucar moreno.
– Te preguntabas… -intervino Yngvar.
– Solo queria saber. -Sigmund lo intento de nuevo-. Como el perfilado este, el
No conseguia decidirse ni por el noruego ni por el ingles y se pellizco las aletas nasales con el pulgar y el indice.
– Puedes decir perfilado perfectamente -dijo Inger Johanne-.
Se sirvio demasiado cafe, asi que tuvo que acercar la boca a la taza y pegarle un sorbo al liquido ardiente antes de atreverse a levantarlo.
– ?Ay! ?Ay! -Sigmund se restrego el labio superior con fuerza y siguio farfullando-: Nosotros tambien sabemos bastante. Bastante. Pero ya que lo has aprendido en el FBI y eso, del jefazo aquel, pense que…
– Leche -le interrumpio Yngvar, sirviendole sin que nadie se lo pidiera hasta que se desbordo el cafe-. ?Azucar? ?Aqui!
– Perfilado pueden ser muchas cosas -dijo Inger Johanne pasandole un trapo a Sigmund-. Cualquier asesinato contiene por lo general elementos que indican los rasgos de caracter del culpable. Los perfilados se usan en todas las investigaciones, en realidad. Solo que no se usa el concepto.
– ?Quieres decir -dijo Sigmund, secando sin ton ni son el banco y desparramando la leche del cafe- que cuando encontramos a un hombre en su propia casa, llena de basura, y con un cuchillo en la ingle, y el tipo que llamo a la policia esta llorando en un rincon borracho como una cuba no formamos un perfil? ?Un tipo de perfil de los de «el autor de los hechos se ha peleado con un pariente estando borracho y resulta que habia alli un cuchillo tirado y que el no tenia intencion de matarlo y que se arrepiente una barbaridad y que seguramente hubiera llamado luego a pedir ayuda»?
Inger Johanne se rio de corazon y seco con un papel los restos del liquido marron claro.
– Como si lo hubiera dicho yo misma -dijo-. Y el perfil que acabas de describir es tan comun y tan facil de construir que os lleva unos treinta segundos llegar a la conclusion de que el borrachin del rincon es el culpable. Pero supongo que no teneis muchos casos de esos, Yngvar y tu. La Kripos se ocupa de peores misterios.
– Pero Inger Johanne -dijo Sigmund, ya emocionado-, supongo que analizas cada caso descomponiendo…
– Se analiza el modo -lo ayudo Inger Johanne-. Se descompone, como dices tu, el acto criminal en sus componentes simples. Despues llevamos a cabo una deduccion a partir de los factores simples, ademas de la impresion de conjunto. En el analisis se le da peso al pasado y entorno de la victima, a su conducta previa, tanto subjetiva como objetivamente, y al propio acto criminal. Una ardua labor. Y…, casi no hay otra ciencia tan insegura, tan dificil y tan poco de fiar como la de establecer un perfil.
La taza echaba vapor, a Inger Johanne se le empanaban las gafas.
– Lo que estas describiendo es en el fondo lo mismo que la investigacion tactica -dijo Sigmund frunciendo el ceno.
Inger Johanne asintio y anadio:
– Puede parecersele. La diferencia consiste principalmente en que la investigacion tactica, en mayor grado que el perfilado, se atiene a…, como decir…, hechos incontrovertibles. Los perfiladores muchas veces son psicologos. Pero mientras que el objetivo de un investigador tactico es encontrar al autor de los hechos, la tarea de un perfilador consiste en encontrar un modelo psicologico del criminal. En este sentido, el perfil no es mas que un medio de apoyo para la investigacion tactica.
– Asi que si tuvieras que decir algo solo sobre el asesinato de Fiona Helle… -dijo Sigmund, se le habian formado rosetones en las mejillas por la agitacion-, olvidando por un momento completamente a Vibeke Heinerback, ?que dirias?
Inger Johanne le echo un ojo a Sigmund por encima de la taza.
– No estoy segura -dijo lentamente-. Todo resulta muy… poco noruego. No me gusta la expresion, porque ya han pasado los tiempos en que podiamos decir que estabamos a salvo de crimenes grotescos de este tipo. Pero de todos modos… -inspiro profundamente, bebio y prosiguio pasados unos segundos-, pues supongo que diria que se puede ver el contorno de dos perfiles bastante diferentes. Empezando por los rasgos comunes: el asesinato de