ladraba, agitado. A traves del suelo sono una voz adulta y enfadada.
– Quiza deberia bajar a buscarla -dijo Yngvar-. Da la impresion de que…
– Calla -repitio ella, tenia la mirada ausente y se habia quedado petrificada en aquella postura teatral y comica, con una pierna coquetamente delante de la otra. La pelota seguia en su mano derecha-. Viva, me siento viva -repitio, era como si estuviera saboreando la palabra.
De pronto agarro la pelota con las dos manos y la lanzo al piso. Reboto contra la chimenea y volco una planta que habia en el suelo sin que Inger Johanne diera muestras de que le importara.
– Viva -repitio por tercera vez-. Estos asesinatos son una especie de… deporte de riesgo.
– ?Como?
Yngvar miraba fijamente a Inger Johanne. Intentaba mirar dentro de ella, abrirse paso a traves de una extrana mirada que le daba miedo, de su extrano comportamiento; estaba como en trance.
– El deporte de riesgo -repitio ella sin hacerle ni caso- es una manera de sentirse vivo. Asi lo describen quienes lo practican. El subidon de adrenalina. El colocon. La sensacion de desafiar a la muerte y superarla. Una y otra vez. Estar a punto de morir se convierte en una forma de sentir la presencia de la vida. Con mas intensidad, dicen. Mejor. Los demas nos preguntamos: ?por que? ?Por que se fuerza uno en subir a la cima del Everest cuando el camino esta sembrado de cadaveres en ambos sentidos? ?Por que razon se lanza la gente desde los penascos de Mexico cuando el mas minimo error de calculo con las olas te estrellaria contra la roca?
– Inger Johanne -comenzo Yngvar, y alzo la mano.
– Dicen que les hace sentir que estan vivos -se respondio ella misma.
Seguia sin mirarlo. Recogio la muneca de trapo de Kristiane del marco de la ventana. Le tiro de las piernas antes de apretarla con fuerza contra si, durante mucho tiempo.
– Inger Johanne -volvio a decir el.
– Es que simplemente no lo entiendo -susurro ella-. Pero esa es la explicacion que dan. Eso es lo que dicen cuando ha pasado todo y sonrien a las camaras, a los companeros. Le sacan la lengua a la vida. Y se rien. Y luego lo vuelven a hacer todo otra vez. Y otra vez. Y aun otra…
Entonces el se levanto. Fue hasta ella. Le quito la muneca de las manos y la abrazo. No sabia si estaba llorando e Yngvar se quedo completamente callado.
– Como si la vida no valiera lo suficiente en si misma -murmuro Inger Johanne contra su pecho-. Como si lo trivialmente humano no fuera bastante. Como si lo de amar, tener hijos y hacerse mayor no fuera lo suficientemente arriesgado.
– Inger Johanne…
Lo aparto de si. El no la queria soltar, pero se puso terca y lo aparto por la fuerza. Al menos lo miro directamente a los ojos cuando continuo:
– Lo vemos por todas partes, Yngvar. Cada vez con mas frecuencia y en formas siempre nuevas. Jackas- stunts para los jovenes. Se prenden fuego a si mismos, se precipitan desde los tejados montados en una bicicleta. La gente se aburre. ?La gente se aburre a morir!
– Si, la gente…
Inger Johanne casi estaba gritando y golpeo el pecho de Yngvar con la palma de la mano. Le temblaba la voz cuando continuo:
– ?Sabes que hay quien juega a la ruleta rusa con el sida? Otros se provocan el orgasmo con estrangulacion. A veces se mueren antes de correrse. ?Se mueren! -Ahora se reia, perturbada. Volvio a la barra americana y se subio a la banqueta. Se echo las manos a la cara-. La muerte es la unica verdadera novedad para la gente de hoy en dia -dijo-. No recuerdo quien lo dijo, pero es verdad. La muerte es lo unico emocionante, puesto que es lo unico que nunca vamos a comprender. Lo unico de lo que no sabemos nada.
– Asi que quieres decir -dijo Yngvar intentando reconducirla hacia lo concreto- que estamos tratando con un asesino que… se aburre.
– Si. El movil no esta en quien es asesinado, sino en el hecho de asesinar.
– Inger Johanne…
– Tiene que ser asi -insistio-. Matar es el mas extremo de todos los actos extremos. Este asesino es… Encaja, Yngvar. Encaja con la teoria de que el asesinato de Fiona Helle no era un asesinato suyo. El simplemente estaba alli. Sentado en algun sitio. Aburriendose. Entonces, Mats Bohus asesino a su madre, de un modo grotesco, y Noruega entera se salio de sus casillas. El asesinato lo tenia todo: una victima famosa, rasgos rituales, una fuerte carga simbolica. Se monto un jaleo ensordecedor. Casi no puedo imaginarme algo mas emocionante, mas excitante, que un asesinato asi. Sobre todo porque tenia grandes similitudes con el primer asesinato de otra serie, de otro relato sobre…
– Pero escucha lo que estas diciendo -dijo Yngvar con insistencia, habia alzado la voz-. Si resumimos el perfil que has hecho, nos sale que -se tocaba el pulgar izquierdo con el indice derecho- A: el asesino sabe todo lo que merece la pena saber en materia de delitos. B: en algun momento ha escuchado la conferencia de Warren sobre proportional retribution.
– O ha oido hablar de ella -lo corrigio Inger Johanne.
– Cosa que pone en entredicho que sea noruego -anadio Yngvar con una mueca-. En tercer lugar: este asesino lleva a cabo sus asesinatos como una especie de pasatiempo, para encontrarle una salida al aburrimiento, a una vida sin contenido. Elige…
– Elige a sus victimas de un modo que intenta que sea casual -completo ella, tenia las mejillas sonrosadas y los ojos brillantes-. Al menos a la primera. Solo tenia un criterio: que fuera alguien famoso. Quiere montar el mayor jaleo posible. Lo que esta buscando es la emocion. Esta jugando, Yngvar.
– Y con eso estamos de vuelta en el punto de partida -dijo el acariciandose la barbilla desanimado-. Vegard Krogh no era famoso.
– Era lo suficientemente famoso -lo corrigio ella con ardor-. ?Menudo jaleo se monto tambien con el, madre mia! Sobre todo porque era el tercero de una lista de asesinatos de famosos. Y el asesino lo sabia. Sabia que Vegard Krogh era lo suficientemente famoso, ?y por eso solto… el azar!
– ?Como?
– Solo un ordenador puede hacer una eleccion completamente casual, Yngvar. Nosotros las personas nos dejamos dominar, consciente o inconscientemente. Vegard Krogh fue elegido porque…
De nuevo la mirada era apagada y distante. Cogio un mechon de pelo y se puso a mordisquearlo. El jaleo en el piso de abajo hacia mucho que se habia calmado. Habian mandado a los ninos a jugar afuera, bajo la lluvia; Yngvar oia todavia el jolgorio en el jardin.
– El asesino deseaba su muerte -dijo ella despacio-. El movil era ante todo… la diversion. El juego. El desafio de matar y salir impune. Pero esta vez el asesino se dejo tentar y eligio a alguien a quien le deseaba mal.
– Todo el mundo le deseaba el mal a Vegard Krogh -suspiro Yngvar-. Y tu perfil no encaja con una sola de las personas con las que hemos topado, hemos hablado o de las que hemos sospechado minimamente en este caso. ?Sabes cuantas suman? ?Cuantos interrogatorios hemos realizado?
– Muchos, diria yo.
– ?Varios cientos! ?Casi mil interrogatorios! Y ni uno de ellos encaja con tu descripcion de… ?Y que podemos hacer entonces? ?Donde esta? ?Que podemos hacer para…?
– No se va a rendir. Todavia no. Probablemente solo tengamos que esperar.
– ?Esperar a que? -Yngvar mostraba impaciencia.
– A que…
– La mejor mama del mundo -grito Kristiane.
Llevaba puesta la ropa de la calle. Tenia las botas empapadas. Gorgotearon cuando cruzo corriendo la habitacion y se echo en los brazos de su madre.
– El mejor perro del mundo -dijo Kristiane-. La mejor Kristiane del mundo. Y papa. Yngvar. Y la casa. Y…
– ?Hola a todo el mundo! He entrado directamente. ?Tiene la mochila lista? -dijo Isak.
Yngvar se echo a reir y acaricio al perro, que grunia y meneaba el rabo.
– He estado navegando -agrego el padre de la nina-. Y estoy tan mojado como Kristiane. Menudo tiempo hace para navegar. Hace un frio del carajo. Un viento estupendo. Pero luego se ha puesto a llover. Una mierda. ?Ven, mi nina! ?Hoy vamos a montar en los coches de choque! ?Cojonudo!