Dag Bra, Tasensenteret, telefono 2229****, para una comparacion del patron dental del fallecido con sus fotografias y el material de archivo.

Silje Sorensen siguio hasta la ultima hoja de la carpeta. Era una copia de una pagina manuscrita dirigida a Harald Bull:

?Hola, Harald!

A raiz de la Navidad, hoy 24 hice una rapida y muy poco cientifica verificacion de la recomendacion de PU. El dentista Bra accedio a verme en su oficina durante la manana. Le mostre unas fotos de la dentadura de la victima que yo mismo tome (hice unas en Aker Brygge el domingo por la manana, de mala calidad, pero el intento valia la pena). Las comparo con sus notas y sus radiografias, y por el momento concluyo que el muerto es muy probablemente el ya nombrado refugiado kurdo, menor de edad. Se mando copia de toda la documentacion del caso al Instituto de Medicina Forense. Imagino que una confirmacion/negativa formal tendra lugar enseguida, despues de fin de ano. Quizas hasta en el lapso que hay entre Navidad y Ano Nuevo, si todos los buenos poderes estan con nosotros. Escribire un informe acerca de esto en cuanto regrese a la oficina. Ahora tendre ?vacaciones!

?Feliz Navidad!

Bengt

P.S. Ayer hable con Medicina Forense. Las cosas apuntan a que fue asesinado con un objeto parecido a un garrote. «Una maravilla que la cabeza este todavia entera», dijo la medica con quien hable. Quiza deberiamos considerar mandar el caso al Departamento de Delitos Violentos.

D. S

Silje Sorensen cerro la carpeta y se recosto en la silla. Estaba sudando. El buen humor que tenia camino de la oficina habia desaparecido del todo y se arrepintio de no haber dejado la carpeta ahi, sin mirarla.

Ahora sintio un intenso deseo de abrirla nuevamente, solo para ver a ese joven; a ese huerfano sin raices, a ese muchacho kurdo sin techo, con un diente plateado y los carrillos brillantes. No importaba cuantas veces asistiese a esos ninos, y los dioses sabian que era muy a menudo, que nunca lograba tomar distancia con ellos. De vez en cuando, por la noche, cuando aparecia ante sus propios dos hijos, que ya opinaban que eran demasiado mayores como para que les diera un beso de buenas noches, pero que de todas maneras no se dormian hasta que ella los habia arropado, podia sentir un punto de culpabilidad.

Quizas hasta de verguenza.

Un bocinazo atraveso el silencio e hizo que su corazon se sobresaltase. Abrio la ventana y miro hacia abajo, a la rotonda frente a la entrada y a la Guardia de Homicidios.

– ?Mama! ?Mama, vienes proooonto?

Su hijo menor colgaba fuera de la ventanilla y gritaba. Sil-je Sorensen se enojo subitamente. Con manos rapidas, coloco la carpeta de Hawre Ghani arriba de la bandeja de entrada, antes de arrancar la nota amarilla con el numero de Harald Bull y ponersela en el bolsillo.

Cuando echo el cerrojo a la puerta y se apresuro hacia el vestibulo para ir hasta el coche a tiempo para evitar que su hijo gritase otra vez, olvido por que habia pasado por la oficina temprano, aquella tarde de Navidad, camino de una cena en casa de sus suegros.

Los esquies.

Todavia estaban detras de la puerta de la oficina. Cuando finalmente recordo que los habia olvidado, ya era demasiado tarde.

No era tan tarde, concluyo el jefe de guardia. La noticia saldria al aire al cabo de solo dos minutos, pero como este no era de ninguna manera un asunto muy importante, seria suficiente con un breve mensaje del estudio y un retrato de la obispo al final de la transmision. Con la rapidez de un rayo, tecleo un mensaje al productor.

– Enviale de inmediato un mensaje de texto a Christian -ordeno dirigiendose a la joven suplente-. Bien escueto. Y verifica con la agencia NTB que este correcto. No necesitamos anuncios funebres falsos, especialmente en un dia pobre en noticias.

– ?Que esta pasando? -pregunto Mark Holden, uno de los pesos pesados de la cadena NRK en politica internacional-. ?Quien se ha muerto?

Cogio el papel que la suplente tenia en la mano y lo leyo en un segundo y medio antes de devolverselo a la chica, que no alcanzo a darse cuenta del todo de que el se lo habia cogido.

– Lamentable -dijo Holden, sin ningun atisbo de empatia en la voz-. No puede haber sido muy mayor. ?Sesenta? ?Sesenta y dos? Algo asi. ?De que ha muerto?

No dice nada -dijo distraido el jefe de guardia-. No escuche nada acerca de que estuviera enferma. Ahora tengo que concentrarme en la transmision. Si pudieras…

Alejo con un gesto al reportero, que era mucho mayor que el. Tenia la mirada fija en uno de los muchos monitores del cuarto oscuro. Llego la vineta. Todos los titulos aparecieron como debian. La presentadora estaba mas elegante de lo normal, en honor a las fiestas.

El jefe de guardia se recosto en la silla y acomodo las piernas sobre la mesa.

– ?Estas todavia ahi? -pregunto a la joven-. ?La idea es que el anuncio de esta muerte salga hoy! No la semana que viene.

Entonces se percato de que los ojos de la joven estaban llenos de lagrimas. Le temblaban las manos. Tomo aliento con brusquedad y forzo una sonrisa.

– Por supuesto -dijo ella-. Lo hago enseguida.

– ?Acaso la conocias?

Todavia no habia ninguna calidez en la voz de Mark Holden. Solo una profunda curiosidad, una necesidad casi automatica de formular preguntas a todos y acerca de todo.

– Si. Ella y su marido eran amigos de mis padres. Pero tambien es cierto que…

Le fallo la voz.

– Era realmente…, realmente muy popular -la corto el jefe de guardia, que siguio con lo suyo.

Mordio un lapiz y puso los pies otra vez en el suelo.

– Dejame -dijo alargando la mano para tomar la notita-. Deja que yo escriba el mensaje, asi tu empiezas a trabajar para la foto de archivo de las noticias de las nueve. Un minuto. Mas o menos, ?vale?

La joven asintio con la cabeza.

– La obispo de Bjorgvin, Eva Karin Lysgaard, nos dejo de repente ayer, el dia antes de Navidad, a los sesenta y dos anos.

El jefe de guardia redactaba en voz alta mientras los dedos corrian sobre el teclado.

– La obispo Lysgaard era de Bergen, y fue seminarista en la ciudad antes de ser capellan de la carcel. Durante un largo periodo fue parroco en la parroquia de Tjensvoll en Stavanger. En 2001 Fue nombrada obispo. Se distinguia como… -dudo, chasqueo los labios y de pronto siguio escribiendo-: una personalidad conciliadora en la Iglesia, especialmente entre las lineas opuestas en la activa discusion sobre la homosexualidad. Eva Karin Lysgaard era una figura popular en su ciudad natal, algo que sin ir mas lejos se hizo muy evidente cuando celebro un servicio religioso en el estadio del Brann, despues de que este equipo ganase su primer campeonato desde hacia 44 anos, en 2007. La sobreviven su marido, un hijo y tres nietos.

– ?Es necesario mencionar eso del campeonato de futbol? -pregunto Mark Holden-. Es algo poco serio dadas las circunstancias, ?no?

– De ninguna manera -se rio el jefe de guardia, restandole importancia y enviando el mensaje al productor con un golpe de tecla-. Va bien. Pero Mark…

Mark Holden deambulaba con una fuente enorme repleta de golosinas Twist.

– Mmm.

– ?De que se muere uno a esa edad?

– No jodas. De cualquier cosa, por supuesto. No tengo ni idea. Es raro que no diga nada al respecto. Ningun

Вы читаете Noche cerrada en Bergen
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату