fina capa de nieve reciente y casi no habia huellas en las aceras. Las nubes bajas colgaban todavia sobre la ciudad y hacia el sudoeste se veia el amarillo enfermizo de las luces del centro.

– Esta es fundamentalmente un area residencial -dijo Inger Johanne-. Y por otro lado, la vida de la ciudad se calma asi durante las Navidades. En diciembre los noruegos se dan sus gustos, por decirlo de algun modo. Enero es el mes de las buenas acciones.

Doblaron la esquina de la tienda de videos y subieron por Sandakerveien.

– ?Donde estabamos? -pregunto Karen.

– En las teorias -le recordo Inger Johanne-. Sobre los asesinatos de homosexuales.

– Exacto.

Karen se ajusto la bufanda en torno al cuello mientras caminaban. Inger Johanne habia olvidado que su amiga era muy alta y que tenia las piernas muy largas; debia aumentar el ritmo para seguirle los pasos.

– En lo referente al anti-gay movement, descubrimos algunas extranas constelaciones nuevas. Los judios, los cristianos, los musulmanes y, para el caso, las agrupaciones extremistas de derechas no lograron mantener la paz entre si durante muchos siglos, pero ahora tienen un enemigo comun: the gay community. Acabamos de detectar un grupo que se autodenomina: The 25'ers. Lo especial en ellos es que trabajan con un perfil muy bajo.

– ?Bajo? ?No es la intencion de esos grupos hacer el mayor ruido posible?

– Como regla. Pero estos son distintos. Creemos que provienen de ambientes fundamentalistas, mas tradicionales, tanto del lado islamico como del cristiano. Es como si pensasen que las cosas van demasiado lentas, que ya es tiempo de hacer algo dramatico. Las mismas personas de antes, pero en otro escenario, por decirlo asi. Con los mismos objetivos, pero dispuestos a utilizar medios muy diferentes para alcanzarlos.

Siguieron caminando en silencio durante un rato. La conversacion habia tomado un giro que Inger Johanne no estaba segura de querer seguir.

– ?Que medios? -pregunto igualmente, una vez que llegaron adonde Sandakerveien se nivela y doblaron hacia el noroeste.

Karen se detuvo tan de improviso que Inger Johanne siguio caminando un par de metros antes de darse cuenta.

– Oslo no es una ciudad muy bella -dijo Karen, y miro a su alrededor.

Inger Johanne esbozo una sonrisa.

– Creo -dijo- que esta, donde estamos ahora, es la parte mas fea y mas deslucida de Oslo. No es que yo piense que nuestra ciudad es especialmente bella, pero no la juzgues por lo que vemos aqui.

A la derecha habia varios edificios de almacenes en forma de latas para bebidas, que por pura verguenza trataban de ocultarse bajo la nieve. Frente a ellos, ahi donde Nycoveien utiliza un par de cientos de metros para llegar a una rotonda desierta, la mitad de la pared de las galerias Storo estaba derrumbada a raiz de una ampliacion. La enorme reparacion inconclusa de un centro de compras parecia mas una ruina que un area en construccion. Desde el techo, una gigantesca «O» roja parpadeaba en la oscuridad como un ojo ciclopeo e inflamado. Entre las dos calles, las franjas verticales en turquesa de un edificio de oficinas producian reflejos estridentes sobre la nieve. A la izquierda, un grupo de edificios de ladrillo amarillo se erguia en diagonal a la calle. Por una u otra razon, al arquitecto le habia parecido buena idea tender todas las canerias por encima del exterior de las edificaciones. Parecian el bastidor de un film barato de ciencia ficcion.

– Todo mejorara cuando lleguemos a Nydalen -dijo Inger Johanne-. Ven.

Siguieron marchando por el centro de la calle.

– Por ahora sabemos muy poco de The 25'ers -dijo Karen cuando alcanzaron velocidad-. Pero tenemos razones para creer que se ha formado una alianza desafortunada (por decirlo con suavidad) entre los fundamentalistas musulmanes y su contraparte cristiana. Tenemos una teoria segun la cual el nombre surge como la suma de los digitos 19, 24 y 27, donde el primer numero tiene que ver con el Coran y los otros dos se refieren a fragmentos de la Biblia, a la carta de san Pablo a los romanos. Algo bastante complicado. No se trata de ninguna congregacion, por supuesto. Tampoco de una agrupacion politica.

– ?De que se trata, entonces?

– De un grupo militante. Una fuerza paramilitar. Creemos conocer la identidad, en todo caso, de tres miembros: dos cristianos ultraconservadores y un musulman. Los tres tienen experiencia militar. Uno, de hecho, era un Navy Seal. Lo problematico es que ellos saben que sabemos quienes son, y se han obligado al silencio. Por ahora no hacen nada, aparte de comportarse de forma bastante normal. Pero lamentablemente hay razones para sospechar que el grupo es bastante grande. Grande y muy bien organizado. El FBI se da de cabeza contra la pared con el caso, y no hay mucho que nosotros, en APLC, podamos hacer. Pero lo intentamos. Lo intentamos tanto como podemos.

– Pero ?que es lo que hace esta gente? -pregunto Inger Johanne, impaciente.

– Matan homosexuales y lesbianas -dijo Karen-. The 25'ers es el club de los descontentos. De los que quieren accion, no palabras.

Hizo una pausa cuando tuvieron que subir a la nieve para evitar un coche que venia en direccion contraria.

– En Noruega, por suerte, nos contentamos con insultarnos los unos a los otros -dijo Inger Johanne.

Karen sonrio de medio lado y se detuvo frente a una nueva rotonda.

– Asi es como comienza -dijo-. Es precisamente asi como comienza.

No se veia un solo vehiculo, y cruzaron la calle.

– El movimiento antihomosexual en Noruega es mas que nada religioso, ?no? -pregunto Karen.

– Mas o menos. Te diria que lo que puede definirse como un movimiento esta lleno de conservadores cristianos. Algunos tratan de construir una plataforma mas moral o filosofica para sus argumentos homofobicos, pero cuando uno analiza el argumento ve que todo empieza con una profunda fe religiosa. -Aspiro profundamente-. Y luego tenemos el clamor continuo de las caravanas.

– ?Las caravanas?

– Es solo una expresion. Quiero decir «la gente vulgar». Ni especialmente cristianos ni especialmente filosoficos. Simplemente no les gustan los homosexuales.

Habian llegado al edificio de BI, y Karen se detuvo frente a un escaparate de G-Sports. Estaba claro que no estaba interesada en las ofertas de equipo de esqui alpino de enero, porque observaba fijamente el reflejo de la cara de Inger Johanne sobre el vidrio.

– Siempre pense que vosotros estabais tan adelantados… -dijo-. En cuestiones de igualdad entre sexos. Antirracismo. Derechos de los homosexuales.

Se inclino de pronto hacia la ventana mientras murmuraba algo que podia interpretarse como una cuenta aritmetica.

– ?Mil cien dolares? ?Por esos esquies? Tengo exactamente los mismos, y me costaron cuatrocientos cincuenta. ?Empiezo a entender por que el salario medio es tan elevado en este pais!

– Algo paso cuando los homosexuales empezaron a tener hijos -dijo Inger Johanne, pensativa-, como si de pronto hubiesen entendido que sucedia algo nuevo. Antes todo iba sobre ruedas. Esto de los hijos les supuso un tremendo reves.

La capa de nubes se habia rasgado. Una mancha oscura dejo ver tres estrellas sobre Grefsenkollen. El viento habia comenzado a soplar cuando empezaron a caminar, y la temperatura debia de haber descendido. Inger Johanne junto las manos y soplo aire caliente dentro de sus guantes de lana. El gesto dejo una humedad fria tras de si; metio las manos en los bolsillos sin quitarse los guantes.

– Cada vez son mas las lesbianas que tienen hijos -continuo-. A fin de ano se sanciono una ley de matrimonios que es neutra en lo concerniente al sexo y que les confiere los mismos derechos para la inseminacion que tienen los heterosexuales. En los ultimos anos, los homosexuales tambien entraron en el juego, van a los Estados Unidos y buscan alli donantes de ovulos y madres de alquiler. Todo esto ha llevado a que… -Comenzaron a caminar otra vez-. ?Sabes como llaman a esos ninos? -pregunto subitamente y con vehemencia-. ?Semihechos! ?Ninos construidos!

Karen se encogio de hombros.

– La historia se repite -dijo debilmente-. Nada nuevo bajo el sol. Cuando se celebro el primer matrimonio entre blancos y negros tambien se arguia que eso estaba en contra del mensaje divino. En contra del deseo de Dios y de la naturaleza, de las maneras y los usos, y en contra de todo a lo que estabamos acostumbrados. A sus

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