hijos tambien les ponian nombres: Half-castes. En realidad suena como «a medio cocinar». -Suspiro profundamente-. Ya pasara, Inger Johanne. ?Dentro de pocos dias tendremos un presidente half-caste! Hace seis anos, nadie, absolutamente nadie, creia que primero tendriamos una presidenta y despues un afroamericano. Una pena lo de Helen Bentley, a proposito, que no quiera seguir durante mas tiempo. Todo lo que tengo que decir de Obama es bueno, pero en el fondo…

Se habian hecho las doce. Un bus se aproximo coleando. El conductor bostezo cuando paso por su lado, pero las salpico cuando un gato salto de improviso al camino y lo obligo a frenar bruscamente.

– En el fondo pienso que era una victoria todavia mas grande tener una presidenta, una mujer -dijo Karen en voz baja, como confiando a Inger Johanne un secreto peligroso-. Y cuando la persona mas poderosa entre los lideres mundiales dice que va a arrojar la toalla para cuidar de su familia despues de estar tan solo cuatro anos en la Casa Blanca, me reservo el derecho a no creerla.

Inger Johanne trato de mantener la sonrisa. No sentia muy a menudo la necesidad de compartir con alguien la historia de los dramaticos acontecimientos de mayo de 2005. Los dias que habia pasado con Helen Bentley en un apartamento de Frogner, mientras todo el mundo suponia que la presidenta estadounidense habia muerto, se habian vuelto con los anos un recuerdo encapsulado que abria muy de vez en cuando para observarlo de cerca. Estaba obligada a callar, en atencion a la seguridad tanto de Noruega como de los Estados Unidos, y habia cumplido todas las promesas que habia realizado. Ahora, por primera vez, estaba tentada de romperlas.

– No habia oido nada de The 25'ers -dijo, en cambio-. Cuentame mas.

Habian llegado a Gullhaug Torg.

Karen cambio de hombro el bolso. Abrio la boca un par de veces sin decir nada, como si no supiese del todo que palabra elegir.

– Ira -dijo finalmente-. Mientras que el resto de los movimientos de odio crecen en la rabia, los prejuicios y la religiosidad tergiversada, las organizaciones como The 25'ers se basan en «la santa ira». Es otra cosa. Algo mucho mas peligroso.

Se detuvieron en el puente sobre el rio Aker y se apoyaron en las barandas. El caudal era escaso, y en las margenes se habian formado hermosas esculturas de hielo.

– ?Como…, como financian sus actividades estas organizaciones?

– Varia -respondio Karen-. En lo que respecta a las sociedades religiosas extremistas, lo hacen como todas las otras sociedades de credos. Regalos limitados y partidarios esplendidos. No son tan caras de manejar. Cuando se trata de grupos mas militantes, ellos tambien recolectan dinero de sus seguidores. Hay, sin embargo, buenas razones para creer que algunos de los medios con los que cuentan provienen en parte de crimenes importantes.

Hizo una pausa y examino un hermoso arco de hielo azul oscuro que se habia formado entre dos rocas.

– El Ku Klux Klan y Aryan Nations, por ejemplo. Mientras que como tradicion el KKK dirigio su odio fundamentalmente contra los afroamericanos (y todos sabemos cuantas vidas han segado a lo largo de la historia), Aryan Nations se basa en una nocion pseudoteologica segun la cual los anglosajones, no los judios, son el pueblo elegido por Dios. Tambien odian a los negros, por supuesto, pero los judios son para ellos como un virus en el cuerpo sano de la humanidad. Cuentan con una enorme adhesion en las carceles, lo que es una politica deliberada por parte de los lideres. El dinero lo obtienen de… -Se inclino hacia Inger Johanne y le mostro la mano izquierda, contando con los dedos-. Estafa, atracos, drogas, robos de bancos. -Los cuatro dedos se extendieron frente a ella antes de que finalmente extendiese tambien el pulgar-. Y asesinato. Encargos, por ejemplo. Hay intermediarios en estas cosas, ?sabes?

Inger Johanne sabia muy poco sobre asesinatos por encargo, y no contesto.

– Un intermediario obtiene una orden para un asesinato -explico Karen-. Si la victima es por casualidad homosexual, uno puede alquilar a uno de los que cree que ese tipo de persona deberia morir de todas maneras. Si la victima es negra, uno busca una organizacion que… -Encogio los hombros significativamente-. Entiendes el cuadro -dijo, y aspiro aire por la nariz.

Un pato solitario se habia echado sobre la orilla izquierda para pasar la noche. Saco el pico del ala y las miro con la esperanza de que algunos trozos de pan duro le llegasen de las damas del puente. Al ver que no sucedia nada de eso, escondio la cabeza de nuevo y se hizo otra vez una oscura bola de plumas.

– Por lo que respecta a The 25'ers, podemos decir muy poco de ellos -aseguro Karen-. Hasta ahora sabemos, por lo menos, que nos recuerda a The Order, que en los ochenta aparecio como una faccion del KKK y AN. Querian montar una revolucion y manejar el Gobierno de los Estados Unidos. Nada menos. La diferencia mas sobresaliente entre ellos y estos grupos nuevos es la colaboracion entre las diferentes religiones. Y desgraciadamente no estan solos. Tenemos, por ejemplo, otra faccion de…

Inger Johanne apoyo el brazo sobre el hombro de Karen.

– Detente -sonrio-. No quiero escuchar mas. Ha sido una dosis mas que suficiente sobre el odio para una noche. Quisiera hablar mas de tus chicos, de tu marido, de…, ?de tu hermano! ?Todavia es tan Don Juan?

– You bet! Ya va por su tercer matrimonio.

Inger Johanne coloco su mano bajo el brazo de Karen mientras seguian caminando.

– Ahora ya falta poco -dijo guiandola hacia la derecha-. Yngvar se va a alegrar tanto de que hayas venido.

Era cierto. El se iba a alegrar, independientemente de lo tarde que ya era.

Una vez que las ninas, el trabajo, la casa y el resto de la familia estaban servidos, Inger Johanne se quedaba generalmente exhausta. Junto con Yngvar asistian a alguna que otra cena, en su mayor parte en casas de antiguos amigos de ella, pero Inger Johanne siempre temia esas ocasiones. No solian invitar a nadie. Era siempre agradable, pero a ella le quitaba fuerzas durante varios dias, antes y despues. Yngvar, por el contrario, era habil para dedicarse a sus cosas, apenas le sobraba una hora. A pesar de que tambien ocupaba mucho de su tiempo con Amund -su nieto, que todavia era un bebe cuando la hija mayor de Yngvar y su primera mujer fallecieron en un accidente tragico-, tenia muchos amigos, con los que se encontraba con frecuencia. Ultimamente y ademas de eso, habia empezado a insistir en que queria comprar de nuevo un caballo. Como si tuviese diez o doce horas a la semana que no supiese bien en que gastar.

Y el siempre insistia a su mujer: «Sal. Invita a alguien. Busca un amigo y ve al cine». Y mas a menudo de lo que ella queria pensar le decia: «Kristiane se las puede arreglar perfectamente sin ti durante un par de horas».

Era considerado.

Se acercaban a Maridalsveien. Las nubes navegaban por el cielo y el murmullo de las copas de los arboles casi ahogaba el ruido de los coches en el Ringveien, un poco hacia el norte.

Dentro de tres minutos llegarian a casa.

Casi estaba tentada de despertar a Kristiane.

Solo para presentarsela.

Y cuando llegas alli

– Antes que nada he de mostrarte esto -dijo Kjetil Berggren, y coloco cuatro objetos frente a ella, sobre un trozo de tela blanca-. Tomate el tiempo que necesites.

La voz era baja y casi rebosaba de empatia, como si ya estuviesen en el velatorio de Marianne. Si hubiese sido el caso, ninguno de ellos hubiera estado vestido apropiadamente. Ya era sabado 10 de enero, y el gastado anorak de Kjetil Berggren colgaba de un gancho en la puerta. Cuando rodeo la mesa para sentarse otra vez, hubo de subirse uno de los calcetines altos.

– Me esperaban un maillot y botas de patinar -dijo Synnove.

El policia no respondio.

– Ahora me siento mejor -dijo ella sin inflexion-. Tranquilizate.

Habia dormido por primera vez despues dos semanas. Dormido en serio. En cuanto Berggren y la pastora accedieron a dejarla en paz la noche anterior, les dio de comer a los perros y se zambullo en la cama. Se desperto catorce horas despues. Estuvo recostada unos segundos sin saber bien como estaba o lo que sentia. Una vez que la evidencia de la muerte de Marianne la golpeo nuevamente, empezo a llorar otra vez. Esto era de todos

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