modos diferente. Ya no habia por que angustiarse. Marianne estaba muerta y la busqueda habia terminado. En algun momento aquella pena se convertiria en algo con lo que vivir. Ahora lo entendia, al cabo de catorce dias en un infierno. Lo que fue una inmovilidad dolorosa se habia vuelto movimiento. Hacia algo. Y una vez que llegara alli todo estaria mejor.
Por la manana se percato, en realidad, de cuanta tension habia acumulado en aquellas dos semanas. La espalda le dolia y le costaba mover la cabeza de uno a otro lado. Cuando trato de comer un poco de cereales a modo de desayuno tardio, sintio la mandibula casi paralizada. Al final se rindio y tomo un bano con agua muy caliente. Reposo en la tina hasta que el agua se entibio y la piel de la punta de los dedos estaba por caersele.
Synnove Hessel habia estado dando vueltas por la casa silenciosa. Habia dejado entrar a
Ahora estaba sentada en la misma salita de la ultima vez. Un agente de Oslo estaba alli cuando ella llego, pero no queria hablar con otro que no fuera Kjetil. No todavia.
– Entiendo que esto se ha vuelto demasiado para ti, Synnove, y yo…
– Kjetil -lo interrumpio ella-. Esto lo digo con toda seriedad. Si te pudieras imaginar como lo he pasado desde que Marianne desaparecio, comprenderias que es mucho mas facil…
Se callo y cerro los ojos.
– Dejemos esto bien claro, ?vale?
– ?Te has tratado las heridas de la cara? -pregunto el.
– Son superficiales.
Parecio como que Kjetil Berggren fuera a protestar. En cambio, indico con la cabeza el pequeno mantel sobre la mesa que los separaba.
– ?Puedo tomarlos? -pregunto ella.
– No. Lo siento.
La alianza de oro blanco era un poco mas grande que la suya propia. El diamante engarzado era completamente opaco, y quiza no hubiese sido visible si ella no hubiese sabido que estaba alli. Fue Marianne la que quiso diamantes. Por su parte, Synnove habia querido una simple alianza de oro comun, sin adornos. Ella queria un anillo de boda tradicional; Synnove queria estar casada con Marianne igual que los demas, por lo que el anillo debia ser de oro y simple.
– Nunca llegamos a casarnos -dijo.
– Yo crei que ustedes eran…
– Eramos convivientes registradas. Como si manejasemos un negocio juntas, algo asi. Con la nueva ley, habiamos planeado casarnos en verano.
Las lagrimas le quemaban en las heridas de la cara.
– En todo caso, ese anillo parece ser el suyo.
Estiro con indolencia su mano para mostrar el anillo gemelo. Despues tomo aliento y continuo con ritmo vehemente y rapido:
– El collar tambien. El llavero es definitivamente el suyo. Nunca vi antes ese lapiz de memoria, pero seguramente tenemos unos treinta similares dando vueltas por ahi. ?Puedes llevarte eso ahora? ??Puedes llevartelo?! -Se llevo las manos a la cara-. Me imagino -dijo casi ahogada- que tengo que identificar estas cosas porque no quieren que vea a Marianne.
Kjetil Berggren no contesto. Rapido, y sin tocar los cuatro objetos, guardo cada uno en una bolsa de plastico individual y doblo el mantel con cuidado sobre ellos.
– Por supuesto, tambien haremos analisis de ADN. Pero lamento decirte que es bastante seguro que la persona muerta es Marianne.
– Dijeron que habia pagado -dijo Synnove llevando finalmente las manos a la falda-. ?El hotel dijo que Marianne habia pagado la habitacion!
– Si, fue pagada. Pero no por ella.
– ?Por quien, entonces? Si alguien lo hizo, debe ser probablemente el asesino, y entonces debe ser bastante facil… ?No tienen camaras de seguridad? ?Un listado de clientes? Debe de ser lo mas facil del mundo…
Se callo al ver la expresion en el rostro de Kjetil.
– El hotel Continental tiene vigilancia por video en lugares especificos del edificio -dijo el lentamente-. En la recepcion, entre otros. Pero las grabaciones se borran al cabo de una semana, desgraciadamente. La proxima semana van a cambiar a video digital, y entonces todo se guardara durante mucho mas tiempo. Pero hasta ahora han utilizado un equipo antiguo. VHS, simplemente. No pueden guardar las cintas eternamente, ya lo sabes.
– VHS -dijo ella, incredula-. ?En un hotel de lujo?
El asintio y continuo:
– La cuenta la pagaron la noche del 19. Eso se deduce de la caja. El conserje dijo que el que pago la habitacion era un hombre. Al contado. Le cuesta dar una descripcion mas precisa. Habia mucha gente esa noche en el lugar, estaban en medio de la temporada de los banquetes navidenos. El Theatercafeen estaba que reventaba de gente, y uno puede pasar directamente de alli al salon de estar, donde tambien hay servicio. Ahi es donde uno pasa por la recepcion.
– ?Eso quiere decir que…?
La misma Synnove no sabia lo que eso queria decir.
– Ademas, esa misma noche se celebraba una boda -siguio el policia-. Mucho ruido y movimiento. Parece que tambien se produjo un episodio bastante dramatico con una ninita que habia salido del hotel y que casi fue atropellada por un bus o un tranvia. En todo caso hubo una conmocion, y el conserje no puede recordar mucho mas que el pago en si.
– Pero ?quien…, quien en el mundo puede tener interes en hacer todo esto? Simplemente no puedo entender que… matarla, esconderla, pagar la cuenta…, es tan absurdo, tan… ??Quien puede hacer algo asi?!
– Eso es lo que tratamos de averiguar -dijo Kjetil con calma-. La clave esta en saber por que mataron a Marianne. Si tienes alguna informacion que pueda ayudarnos para…
– Por supuesto que no la tengo -interrumpio ella-. ?Por supuesto que no tengo la menor idea de por que alguien querria matar a Marianne! ?En todo caso deben de ser sus jodidos padres!
El dejo pasar la exagerada acusacion sin contradecirla.
Synnove estiro su jersey. Levanto el vaso con agua y lo volvio a dejar sin beber. Jugo con su anillo. Se peino con los dedos.
Trato de hacer que el tiempo pasara.
Era en eso en lo que debia concentrarse en los dias venideros. En hacer pasar el tiempo. El tiempo cura todas las heridas, pero cada vez que miraba el reloj habia pasado solamente medio minuto desde la ultima vez que lo viera.
Y ninguna herida estaba curada.
– ?Puedo irme? -murmuro.
– Por supuesto. Te llevare a casa en el coche. Tendremos que molestarte con algunas preguntas de ahora en adelante, pero…
– ?Quien?
– ?Quien que?
– ?Quien me molestara?
– Bueno, como el cuerpo se encontro en Oslo y como todo parece indicar que el delito tuvo lugar alli, es un caso para la Policia de Oslo. Desde luego que colaboraremos en lo que precisen, pero…
– Quiero irme.
Se puso de pie. Kjetil Berggren noto que el jersey era demasiado grande y que colgaba de sus hombros. Debia de haber perdido cinco o seis kilos en solo un par de semanas. Habia seis kilos que de hecho ella no tenia.
– Tienes que comer -dijo-. ?Comes algo?
Sin responder, ella retiro la cazadora del respaldo de la silla.
