– No -dijo en voz alta, y se sento de nuevo en el sillon.
Tenia que ser una fantasia.
Debia ser una fantasia.
De vez en cuando era asustadizo, demasiado asustadizo, y las observaciones de Rolf podian muy bien referirse a una pareja joven de enamorados que se hubiera detenido para hacerse mimos. Una pausa para besarse y fumar; o quiza simplemente se trataba de un conductor responsable que se detuvo para contestar el telefono.
Sono el timbre.
«La ninera», penso, y cerro los ojos.
Eran las diez, se sentia cansado como para salir.
Dentro de tres meses y cinco dias se cumplirian diez anos desde la muerte de su padre.
Marcus Koll abrio los ojos, se puso de pie y tiro con fuerza de sus orejas para despertarse. El timbre sono otra vez. Mientras cruzaba la sala, decidio que el 15 de abril seria el dia en que todas sus preocupaciones terminarian. Pese a que el dia ya habia perdido su significado original, el lo utilizaria, de todos modos, como un hito en la vida. El 15 de abril seria el punto de inflexion, y todo volveria a ser como antes. Solo tenia que llegar hasta alli. La casa en la colina seria otra vez un fuerte; su cerco de seguridad en torno a la familia, bien lejos del dominio de su padre.
Era una promesa que se hacia a si mismo, y por una u otra razon hizo que se sintiera un poco mejor.
Antes de que amanezca
Inger
– Tengo que irme -murmuro el-. El vuelo a Bergen saldra dentro de dos horas.
– Ragnhild duerme -susurro ella-. Kristiane y
Eso le costo el desayuno, y cuando casi una hora mas tarde estaba sentado en el coche camino de Gardermoen, con retraso y con el estomago enojado y ardiendo, casi se arrepintio.
Inger Johanne, por el contrario, se sintio mejor que lo que se habia sentido desde hacia mucho tiempo. La velada con Karen Winslow no habia terminado antes de las tres de la manana del sabado. Hubiese durado mas si Karen no hubiese tenido que conducir los casi doscientos kilometros hasta Lillesand al dia siguiente. Yngvar llevo a Ragnhild a visitar a su yerno y a su nieto Amund el sabado por la manana, y estuvo fuera todo el dia. Inger Johanne durmio mas de lo que recordaba haberlo hecho alguna vez. Despues de un largo desayuno y de tres horas con los periodicos del sabado, fue a Toyenbadet y alli nado kilometro y medio. Por la noche, Sigmund Berli llego de visita. Sin haber sido invitado. Traia consigo pizza de Dolly Dimple y cerveza tibia. La inesperada visita le dio a Inger Johanne un pretexto para acostarse antes de las diez.
Habia hecho buen uso de el.
La alegria del encuentro con su antigua companera de estudios estaba todavia con ella. Ragnhild se habia ido a la cama muy tarde el domingo, y ya estaba en esa edad en que recuperaba algo del sueno perdido al dia siguiente. Inger Johanne deambulo en el enorme pijama de Yngvar, preparo una gran jarra de cafe y se sento en el sofa con el ordenador sobre las rodillas. Todavia no habian comenzado las clases tras la pausa navidena, y ella decidio pasar el dia en casa. Ragnhild podia dormir hasta que se despertara, aunque el jefe de pedagogia no estaria contento si la nina no llegaba al parvulario antes de las diez.
Inger Johanne verifico su correo electronico. Tenia nueve mensajes nuevos. La mayoria no tenian interes. Uno era de la Policia. Lo leyo rapidamente y entendio de inmediato que era el mismo que Yngvar habia recibido el sabado por la manana. Hacia referencia al asesinato de Marianne Kleive. La Policia habia recibido una lista completa de los invitados a la boda en el hotel Continental y, como era rutina, queria saber si alguno de ellos habia observado algo que fuese de relevancia para el caso. Inger Johanne lo borro enseguida. Yngvar ya habia respondido por los dos. Por su parte, ella queria pensar lo menos posible en esa noche fatal en la que Kristiane casi habia sido arrollada por un tranvia.
Karen Winslow ya habia tenido tiempo para contestar a la pregunta que ella le habia mandado el dia anterior. Inger Johanne se abrigo mejor con la manta y abrio el mensaje mientras daba pequenos sorbos al cafe bien caliente.
?Querida Inger!
?Fue tan maravilloso verte! ?Una velada deliciosa y un interesante (!) paseo por la ciudad! Fue fantastico conocer a tu marido, y debo decir: el mio tiene un par de cosas que aprender de el. Su calidez y generosidad una vez que aparecimos en medio de la noche excedieron todas mis expectativas.
Te escribo esto desde el aeropuerto de Oslo. La boda fue increible, pero el viaje de ida y vuelta conduciendo hasta Lillesand fue una pesadilla…
Como acordamos, en cuanto pueda te hare llegar informacion acerca de los aspectos mas importantes de tu investigacion. Solo para responder a las preguntas de tu mensaje de esta manana: el nombre de The 25'ers se basa en la suma de los digitos 19, 24 y 27 (?eso se me olvido, no?). Nuestra teoria es que los numeros 24 y 27 apuntan a la epistola de san Pablo a los romanos, primer capitulo, versiculos 24 y 27. Los puedes buscar tu misma. El numero 19 parece tener cierto significado «magico» en el Coran. Es demasiado complicado de explicar en este mensaje, pero si buscas en Google «Rashad Khalifa», comprenderas de lo que te hablo. Si nuestros especialistas en numeros tienen razon, el nombre The 25'ers es bastante aterrador…
Estan llamando a mi vuelo, o sea, que tengo que correr.
???Y no te olvides de que tu y tu familia prometisteis venir este ano a visitarnos!!!
Os mando un gran abrazo,
Karen
Inger Johanne leyo de nuevo el mensaje. Necesitaba una copia impresa para recordar la extrana referencia. La impresora estaba en el dormitorio. En cuanto abrio la puerta, la golpeo el olor encerrado de mantas, sueno y sexo. Yngvar se negaba a dormir con la ventana abierta cuando la temperatura bajaba de cinco grados bajo cero. Rapidamente, conecto el ordenador a la impresora. Cuando el ruido le indico que el documento ya estaba impreso, arrastro los pies hasta la ventana y la abrio.
Cerro los ojos contra el frio.
«La Biblia», penso.
Ni siquiera estaba segura de que tuviesen un ejemplar. Sabia que en la biblioteca de Yngvar habia una edicion del Coran. El habia insistido en tener su propia estanteria en el dormitorio, con cinco metros de anaqueles llenos de una absurda mezcla de libros. Ahi estaba la preciosa serie de libros sagrados del Club del Libro junto a libros de referencia sobre armas, tratados de heraldica, casi veinte libros sobre caballos y la cria de caballos y una edicion vetusta de la Enciclopedia Britanica, junto a todo lo que alguna vez fue dibujado y publicado por Frode Overli.
Sin cerrar la ventana, se sento en cuclillas frente a los estantes en el lado de la cama que correspondia a Yngvar. Era facil encontrar el Coran; la edicion estaba cubierta de dorados a la hoja y adornos orientales. Al lado habia un libro tan gastado que ni siquiera tenia lomo. Cuando lo cogio con cuidado, sintio las tapas afinadas por el paso del tiempo.
La Biblia.
Abrio el libro despacio. En el lado interno de la tapa se leia: «Para Yngvar, de sus abuelos paternos, 16 de septiembre de 1956», escrito con letra elegante. Calculo velozmente que debia tratarse de la fecha del bautismo; Yngvar habia nacido la noche de San Juan de ese mismo ano.
