cronico es tan probable en las fuerzas policiales como en cualquier otro sitio, que yo sepa. Hasta puede que mas, si tenemos en cuenta el grado de estres. Pero yo no bebo, si esa es la pregunta. No me gusta sentirme patoso.

– Conozco su apellido, pero no su nombre. No puedo seguir llamandole senor o comisario. No me parece apropiado en la cocina.

– Duncan. -Sonrio ante la expresion de sorpresa de ella-: Es que tengo antepasados escoceses. Y a mis padres les chiflaba Macbeth. Podria haber sido peor. Me podian haber llamado Prospero u Oberon.

– Que suerte. Mi familia me sigue llamando Annie Rose. Me hace sentir como si tuviera tres anos, no como una mujer adulta con hijas y una profesion respetable. Pero los pacientes me llaman doctora Anne, se sienten mas comodos.

– Yo voy a optar por Anne a secas.

Se sento y bebio mientras ella se movia del armario a la cocina, en la calidez de la estancia y el whisky subiendo como una marea desde su interior. Se sentia como si llevara anos en aquel taburete y en aquella cocina, y pudiera seguir anos alli sentado. Anne Percy era la concentracion personificada, penso al ver que se ponia el cabello tras la oreja mientras removia. Tenia la misma cara en forma de corazon que sus hijas, pero su cabello era mas fino y mas claro, del color del azucar de cana. Echo un vistazo a una cazuela del horno, se seco las manos y se volvio hacia el, apoyandose en la encimera.

– Ya esta. Durante unos minutos, todo se hara solo.

Kincaid se sintio perdido, distraido por una mancha de harina que veia en su ceja. Lo que venia a pedirle era tan poco formal, tan nebuloso, que no sabia como empezar.

– Me encuentro en una posicion muy incomoda. No tengo permiso oficial para investigar las muertes de Sebastian o Penny, al menos, todavia no. Y sin embargo estoy metido en ello, incluso mas de lo que estaria en circunstancias normales, pues los conocia a los dos.

Anne Percy lo observo con la misma mirada seria que habia dedicado a la cazuela, y de pronto Kincaid se sintio incomodo, como si su rostro pudiera revelar algun secreto.

– Yo tambien pierdo la distancia profesional en algunas ocasiones. -Su aparente incongruencia iba directa al corazon del problema, penso Kincaid-. He ido a ver a Emma esta manana, para ver si queria un sedante…

– Y no lo queria -interrumpio Kincaid, sonriendo ante la idea.

– Pues no, y me ha mandado al infierno. Pero ha hablado conmigo. A veces, la gente lo hace cuando esta bajo shock. Te cuentan cosas que normalmente no revelarian por nada del mundo. Emma llevaba preocupada varios meses por el comportamiento de Penny, y parecia que empeoraba. Episodios de perdida de memoria, confusion. Parecia un principio de Alzheimer o alguna forma de senilidad precoz. No se si puede ser un consuelo, pero probablemente su calidad de vida se habria deteriorado rapidamente.

– Pues no -repuso Kincaid con rabia-, no puede. Cualquiera que fuera su calidad de vida, nadie tenia derecho a quitarsela. Y yo he sido un tonto de remate. Debia haberlo previsto. Intento hablar conmigo y yo no me tome el tiempo de escucharla porque el caso no era mio, porque no queria responsabilizarme, porque la juzgue loca e irrelevante. Tenia que haberseme ocurrido, es mi trabajo, caramba. Ahora nunca sabremos que fue lo que vio. La noche que murio Sebastian, Penny espero a que Emma se durmiera y bajo. Se habia olvidado el bolso y no queria que Emma lo supiera. Una tonteria, pero sabia que Emma estaba preocupada por su memoria…

– ?Cree que han matado a Penny porque vio algo que podria llevar al asesino de Sebastian? ?Que la misma persona es culpable de las dos muertes?

– Creo, por algo que Emma le oyo decir a Penny, que vio a dos personas esa noche, dos personas que no estaban donde se supone que estaban. ?Se acordo de donde habia dejado el bolso y entro a oscuras en el salon? ?Vio salir a alguien del despacho de Cassie?

– ?La vieron a ella? -pregunto Anne, atrapada en la reconstruccion de Kincaid.

– Bueno, eso no lo sabemos -dijo el con suavidad-, pero yo creo que no. Si no, el plan habria cambiado o Penny habria muerto en ese momento. Esa… persona… es una considerable oportunista. A mi me parece que ninguna de las muertes estaba premeditada, al menos en sentido estricto, sino que fueron llevadas a cabo con mucha determinacion, a pesar del enorme riesgo que corria el asesino y un ansia de correr riesgos casi insana. Ha tenido una suerte increible de que nadie haya visto ninguno de los asesinatos…

– Aparte de Penny, quizas -interrumpio Anne.

– Si. Pero el perfil sale de lo corriente. La gente que mata impulsivamente suele hacerlo por rabia y luego se arrepiente. Los que lo planean con cuidado prefieren ejecutarlo friamente, con el menor riesgo posible de que los descubran.

– Tal vez esta persona tenga una idea desaforada de su impunidad.

– Es posible, pero no creo que estos crimenes sean obra de un psicopata, la violencia por la violencia. Hay un objetivo, una resolucion astuta. -Kincaid se echo a reir, luego se encogio de hombros-. Suena extravagante, ?no?

– Es posible. Pero espere un momento, Duncan. -Una pequena arruga se formo en el entrecejo de Anne-. Si el asesino no vio a Penny, ?como supo que ella lo habia visto?

– Me parece -Kincaid sopeso sus palabras con cuidado- que se lo dijo ella. Al ver la expresion de incredulidad de Anne, sacudio la cabeza antes de que lo interrumpiera-. Se que suena estupido, pero Penny… -Buscaba las palabras que permitieran a Anne ver a Penny tal como la habia visto el, esperando que el whisky no lo hubiera puesto sentimental-. Penny vivia con una sinceridad escrupulosa; excepto, quizas, para proteger a Emma. No acusaria a nadie en falso.

– Cree que simplemente se acerco al asesino y le dijo: «Lo he visto. ?Que piensa hacer?» Pero es… -Anne levanto la voz con indignacion, y Kincaid penso que no le gustaria ser un paciente y desobedecer las ordenes sensatas del medico.

– Absurdo. Y si Penny vio a dos personas, fallo al escoger con cual hablar primero. -Kincaid consulto su reloj y bebio un poco mas de whisky-. Deberia volver, por si se descubre algo. Peter Raskin se ha apiadado de mi… Si sabe los resultados de la autopsia esta noche, me lo dira. Gracias por ayudarme a pensar.

A pesar de sus palabras, se quedo sentado en el taburete, haciendo girar el resto del whisky en el vaso.

– Quedese a cenar. Hay de sobras. Tim esta de guardia, no lo esperaremos. Nunca se sabe cuanto va a tardar.

– ?Que hace su marido?

– Es ginecologo. -Se echo a reir al ver la cara de el- ?Ni un comentario! Es la reaccion de casi todo el mundo. Pero ?quien puede entender mejor los horarios de un medico que otro medico, o un veterinario? O un policia - anadio pensativa.

– Ahora se en que me equivoque. Tenia que haberme casado con una medico. Mi ex mujer no entendia en absoluto mis horarios. -Apuro la bebida y se levanto sin ganas-. Me encantaria quedarme, pero mejor que no. Quizas en otra ocasion.

Se hizo un breve silencio embarazoso, entonces Kincaid acerco la mano a su cara y le quito la mancha de harina de la ceja con el dedo. Anne le cogio la muneca y la retuvo un instante, luego se aparto.

– Lo acompano.

Las ninas discutian animadamente sobre a quien le tocaba vendar a la muneca, acaloradas por el fuego del hogar.

– Adios, Molly y Caroline.

– ?Vendras otro dia? -pregunto Molly, curiosa.

– Eso espero.

– Ven cuando quieras.

Anne le rozo ligeramente el brazo con los dedos.

Cuando la puerta se cerro tras Kincaid, se dio cuenta de que la luz habia desaparecido del cielo por detras de las colinas.

13

– Yo soy la reina -dijo imperiosamente Bethany, poniendose el trozo de tela blanca sobre la cabeza-, y esta es

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