habia algo raro en ella, estaba quieta, callada, como furtiva, casi asustada. Entonces se me ocurrio que yo tampoco queria dar cuenta de mis movimientos, asi que di media vuelta y sali. -Levanto la vista para mirarla por primera vez-. Debi de hablar primero yo, inventar alguna excusa, pero las excusas siempre suenan a lo que son. Penny tampoco hablaba, y cada vez me sentia mas incomodo. Habria sido divertido, si el resultado no hubiera sido tan tragico.
El rugido del cortacespedes interrumpio la paz del lugar. Hannah se sobresalto, como si no hubiera oido nunca un ruido tan incongruente. Patrick suspiro y se froto la cara con las manos.
– No tengo pruebas de nada, Hannah. No tengo pruebas de que lo unico que hice fue irme a acostar. Pero nadie tiene pruebas de lo que hice.
Aguardo su respuesta, mirandola.
– ?Que habria hecho si las cosas hubieran ido como dijo Duncan? Si Sebastian se lo hubiera contado a Marta, y ella lo hubiera dejado y se hubiese llevado el dinero de sus padres…
Hablaba sin calor, con curiosidad.
– Si no gano estas elecciones, ganare las proximas, o las de despues; no necesito su ayuda. Podria ser primer ministro algun dia, Hannah, si juego bien mis cartas, y Marta se esta volviendo mas un incordio que una ventaja.
– ?Por que, despues de casarse con una mujer que queria utilizarlo, escoge a otra que tiene el mismo objetivo en la cabeza? -pregunto Hannah con la misma voz neutra.
El se encogio de hombros.
– Supongo que por un juicio equivocado. He empezado a darme cuenta, claro, pero es tan… atractiva. Puedo conocer mi fuerza como politico, pero eso no me hace infalible. Ademas, nunca he tenido intencion de casarme con Cassie. -Su boca se torcio en una sonrisita ironica mientras se erguia, dando un paso hacia ella-. ?Puedo preguntar ahora yo, Hannah? ?Que le da derecho a acusarme? O mejor -volvio a sonreir-, deberia preguntarme por que me siento obligado a justificarme ante usted. Algo… me obliga a serle sincero. No se bien que.
Hannah le volvio la espalda. Estaba al borde del precipicio, con la decision ante ella. Hablar ahora requeria mas valor que cualquier cosa que hubiera hecho en su vida. El se lo habia puesto en bandeja, pero ella se quedo muda, con la mente en blanco. Hizo un esfuerzo por respirar. Al cabo de un rato le salieron unas palabras titubeantes, que no se parecian en nada con las que habia preparado.
– Tenia que haberme visto a los dieciseis anos, Patrick. Larguirucha, flaca, toda brazos y piernas y angulos puntiagudos. Ningun chico mostro interes por mi hasta que fui de vacaciones a casa de una amiga del colegio y su hermano mayor se apiado de mi. No debia de tener mas de diecinueve anos, y a mis ojos era muy sofisticado. Yo tenia curiosidad y me sentia halagada, y el era muy torpe… pero entonces no lo sabia, solo se que fue todo bastante decepcionante. -Se volvio y miro la cara desconcertada de el antes de proseguir-. Por supuesto, las consecuencias de semejante… estupidez e ingenuidad no se hicieron esperar. No sabe lo que fue tener que decir a mis padres que estaba embarazada. Mis padres… no toleraban los errores. A mi me habian aceptado en la universidad para el curso siguiente. Para ellos era impensable que me quedara el nino. Y yo… no tuve el valor de contradecirlos. Habria podido arreglarme. Dejar los estudios, encontrar un trabajo… Algo habria podido hacer. -La voz de Hannah se elevo. Volvia a temblar y se abrazo el pecho con fuerza. Luego siguio, mas tranquila-. Todo se llevo a cabo con mucha discrecion. Me fui a vivir a casa de una tia. Cuando tuve el nino, mis padres se lo llevaron, diciendo que le habian encontrado una buena casa.
Ahora se volvio y le hizo frente, soltando los brazos, como desnudandose.
– Pero hasta este marzo, cuando mi padre murio y tuve acceso a sus archivos personales, no descubri lo que habian hecho realmente. Mi padre, que era abogado, ?se lo he dicho?, tenia entre sus clientes al comandante Rennie y su esposa, que deseaban desesperadamente un hijo. Por supuesto mi padre nunca dijo que les ofrecia a su propio nieto. Todo muy limpio, perfecto. -Hannah ahogo un repentino acceso de risa histerica-. ?Y sabe lo peor de todo? Que mi padre mantuvo el contacto con ustedes a lo largo de los anos y yo nunca lo supe. Sus padres le mandaban las notas escolares, fotos del primer partido de criquet de Patrick, el primer pony de Patrick… y yo nunca las vi. Para el usted era una persona real, pero yo… nunca tuve ese privilegio. -Las palabras se agotaron finalmente. No le quedaban justificaciones que ofrecer. Por primera vez desde que Hannah empezo, lo miro directamente. Hasta que ahora vio la palida inmovilidad de su rostro no cayo en la cuenta de lo poco que lo habia alterado su acusacion de asesinato.
El silencio zumbaba en sus oidos. Se pregunto cuando habria cesado el rugido del cortacespedes. Patrick trago saliva.
– Que… no me lo creo. ?Usted? ?Mi madre? -Levanto la voz, incredulo, por primera vez descontrolada-. No puede ser. Es demasiado joven…
– No, Patrick. Yo era casi una nina.
– No puede… -Sacudia la cabeza.
– ?Por que deberia de mentirle? ?Que motivos puedo tener para decirselo, si no es verdad?
El se mantuvo callado un rato.
– Yo conoci a su padre. Nos llevaba a papa y a mi a almorzar a su club cuando mi padre iba por trabajo a Londres. No relacione el nombre con el de usted. Nunca imagine…
– ?Que fuera su abuelo? No, se aseguro de que no lo imaginara. -Aquella traicion final de su padre le repelia. Cerro los ojos. Se imaginaba la escena como si la viera: su padre, magnifico, con sus puros y su conac, diciendo a un comandante Rennie de rostro desconocido para ella: «No le diga al chico que me encargue yo de su adopcion. Tal vez se sienta incomodo». Cuando volvio a abrir los ojos, Patrick la miraba consternado.
– ?Pero por que ahora, Hannah? Pudo hacer frente a su padre hace mucho. Era adulta y tenia derechos de adulta. ?Por que? -Estaba desconcertado-. ?Como me ha encontrado? Es decir, como vino a Followdale House…
– Contrate a un detective privado. -Se estremecio ante el gesto de desagrado de el.
– Dios mio, no me lo puedo creer. ?Ha hecho que me sigan? Me ha espiado…
– Solo tenia la direccion de sus padres. No podia ir a visitarlos y decirles que queria verlo a usted. Y queria conocerlo en un lugar neutral, sin prejuicios, sin juicios. Ni siquiera estaba segura de si se lo diria.
– Y usted, bien al resguardo. De nuevo, la decision era suya. ?Que habria hecho si me hubiera encontrado antipatico o estupido? ?Largarse y hacer como si nada hubiera ocurrido, igual que hace casi treinta anos? -La expresion de Patrick era sombria, desprovista de todo encanto, y por primera vez Hannah reconocio algunos de sus propios rasgos-. ?Por que ha decidido decirmelo, Hannah?
– Porque descubri que debia hacerlo, al final. Que no podia vivir sin decirselo
– ?Por su tranquilidad, o por la mia?
Hannah no tenia respuesta. Se quedo tristemente delante de el, esperando lo que viniera.
– ?Que esperaba de mi? ?Ha pensado que podria entrar en mi vida despues de tantos anos y que la recibiria con los brazos abiertos?
– Patrick, por favor…
– No funcionara, Hannah. No hay donde edificar. Piense que mis padres han sido realmente unos padres para mi. ?Que me ha dado usted, aparte de una indeseada venida al mundo? ?Deberia de alegrarme de que no abortara? Supongo que pudo hacerlo, incluso entonces…
Rio sin ganas.
Las explicaciones que ella le habia dado la habian dejado profundamente vacia, sin fuerzas para proseguir. ?Como podia contarle a aquel hombre, repentinamente tan agresivo, cuanto lo habia querido durante los meses que lo llevo dentro de si? Cuanto lo habia llorado cuando se lo quitaron. Como podia explicar lo que le habia ocurrido despues. Parecia ridiculo, absurdo hasta pensarlo. Hizo un esfuerzo por recobrar el aliento.
– Patrick… -Las lagrimas que habia contenido hasta ahora le hicieron un nudo en la garganta-. No lo entiende. No puede entenderlo.
– No.
El silencio se alargo hasta que Hannah penso que tenia que hablar, tenia que encontrar la manera de tender un puente sobre el abismo que se habia abierto entre ellos.
– Yo queria…
– Usted queria lo imposible -dijo Patrick, ahora con mas suavidad, y anadio, ironico-. Que decepcion habra sido encontrar a su hijo despues de tanto tiempo y creerlo capaz de matar.
– No, Patrick, eso no es verdad, nunca lo he pensado -dijo Hannah, levantando la voz con agitacion-. Estaba