manchas. ?Podia seguirlas como las migas de pan de Hansel y Gretel? Los olores a humedad y desinfectante le dieron ganas de estornudar.
Alison se giro para hablar con ella y paro de repente, sonriendo. Gemma estaba segura de que su desconcierto era totalmente visible y penso que por una vez deberia estar agradecida por tener una cara que registrara todas sus emociones.
– Esta es la parte trasera del teatro -dijo Alison suavizando su tono brusco por primera vez-. Es la parte sin glamour del espectaculo. Causa impacto si uno nunca ha estado entre bastidores, ?no? Pero esto es el corazon del teatro. Sin todo esto -con un gesto senalo a su alrededor- nada ocurriria en el escenario.
– ?El espectaculo no continua?
– Exactamente.
Gemma sospecho que la clave para aflojar la lengua de Alison Douglas era hablar de su trabajo.
– Senorita Douglas, no estoy segura de entender cual es su trabajo.
Alison siguio adelante mientras respondia.
– Mi jefe, Michael Blake, y yo somos responsables de todos los detalles administrativos de la orquesta. Nosotros… -Dirigio la mirada hacia Gemma y titubeo. Parecia estar buscando una explicacion menos complicada-. Nos aseguramos de que todo y todos esten donde tengan que estar. Puede ser un trabajo muy exigente. Y Michael justo esta fuera por unos dias.
– ?Trata con los directores en persona? -pregunto Gemma, aprovechando esta oportunidad a pesar de lo breve que pudiera ser. Pero el pasillo cambio de direccion de nuevo. Alison aparto una desvaida cortina de felpa que les cerraba el paso. Se aparto para dejar pasar a Gemma primero.
Gemma se paro y miro fijamente, con la boca abierta por la sorpresa.
A su lado, Alison le dijo en voz baja:
– Es increible, ?no? No se valorarlo lo suficiente hasta que lo veo a traves de los ojos de otra persona. Este es el teatro mas grande del West End y tiene el area de bastidores mas grande de todos los teatros de Londres. Esto es lo que nos permite poner simultaneamente diversas producciones en escena.
El tenebroso espacio bullia de actividad. Habia piezas de decorados de mas de una produccion una al lado de la otra, formando una yuxtaposicion surrealista.
– Vaya -exclamo Gemma al ver una enorme seccion de una pared de piedra moverse facilmente por el suelo, guiada por dos hombres en mono de trabajo-. Eso es a lo que Danny se referia. Los jueves y los sabados Sir Gerald dirige
–
Gemma camino hasta el borde del escenario y miro hacia el patio de butacas. Ante ella, las hileras de asientos del auditorio, tapizados en terciopelo azul con un toque dorado, se elevaban con barroco esplendor. Encima, las aranas de luces colgaban de la cupula como lunas escarchadas. Se imagino que los asientos ahora vacios estaban ocupados y que los ojos de los espectadores se ponian sobre ella, a la espera de que abriera la boca y empezara a cantar. Tuvo un escalofrio y se estremecio. Caroline Stowe podia parecer delicada, pero para estar en un escenario como este y enfrentarse al publico se ha de tener una clase de fortaleza que Gemma no poseia.
Miro abajo, al foso, y sonrio. Al menos Sir Gerald tenia algo de proteccion y podia dar la espalda al auditorio.
Un hilo de musica vino de repente de algun lugar. Unas voces de mujer llevaban una melodia evocadora y cadenciosa. Gemma se dio la vuelta y camino hacia la parte trasera del escenario. Se esforzaba por oir la musica, pero el estrepito y los golpes que la rodeaban ocultaban la direccion de donde provenia el sonido. Ni siquiera se dio cuenta del regreso de Alison Douglas hasta que la mujer hablo:
– ?Ha visto el foso? En ese espacio metemos a ciento diecinueve musicos. ?Se lo imagina? Codo con…
Gemma le toco el brazo.
– Esa musica… ?que es?
– ?Que…? -Alison escucho un momento, perpleja, luego sonrio-. Ah, eso. Es de
La musica desaparecio. Mientras seguia a Alison de vuelta al laberinto de pasillos, Gemma sintio una rara tristeza, como si algo bello y fugaz la hubiera afectado.
– Esa opera -le dijo a Alison-, ?tiene un final feliz?
Alison la miro por encima del hombro con una expresion divertida.
– Claro que no. Al final Lakme se sacrifica para proteger a su amante.
La cantina olia a patatas fritas. Gemma se sento a la mesa frente a Alison Douglas y tomo un sorbo del te, que estaba tan fuerte que le dejo la lengua pastosa. Busco una posicion comoda para su espalda en la silla de plastico moldeado. A su alrededor, hombres y mujeres vestidos con ropas totalmente corrientes tomaban te y comian bocadillos. Pero cuando Gemma capto fragmentos de sus conversaciones, pudo oir que contenian oscuros terminos tanto musicales como tecnicos. Podian haber estado hablando cualquier idioma extranjero. Saco su cuaderno de notas del bolso y tomo otro sorbo del te. El fuerte tanino le hizo hacer una mueca.
– Senorita Douglas -dijo, viendo como Alison tocaba la esfera de su reloj con la punta de los dedos-, aprecio que me conceda parte de su tiempo. No tardaremos mas de lo necesario.
– No estoy segura de comprender en que la puedo ayudar. Es decir, se lo del yerno de Sir Gerald. Es algo espantoso, ?no? -Se le arrugo la frente al fruncir el ceno. De repente su aspecto era de alguien muy joven e inseguro, como una nina enfrentandose por primera vez a una tragedia-. Pero no entiendo que puede tener esto que ver conmigo.
Gemma abrio su cuaderno de notas, destapo la pluma y los dejo con toda tranquilidad al lado de su taza de te.
– ?Trabaja en colaboracion con Sir Gerald?
– No mas que con otros directores -Alison hizo una pausa y sonrio-, pero lo disfruto mas. Nunca se pone nervioso, al contrario que algunos de los otros.
Dudando si admitir que no comprendia como funcionaba el sistema, Gemma gano tiempo preguntando:
– ?Dirige a menudo?
– Mas que nadie, excepto nuestro director musical. -Alison se inclino sobre la mesa hacia Gemma y bajo la voz-. ?Sabia que le ofrecieron el puesto, pero que declino? Fue hace muchos anos, mucho antes de estar yo, por supuesto. Dijo que queria mas libertad para trabajar con otras orquestas, pero pienso que tenia algo que ver con su familia. El y Dame Caroline habian empezado con la compania en el teatro Sadler’s Wells. Era la persona mas cualificada para el puesto.
– ?Todavia canta con la compania, Dame Caroline? Hubiera dicho… quiero decir,