enamorados de ella y ella esta encantada.
– ?El nombre se refiere a su aspecto o a su manera de ser? -Kincaid miro el plato de ensalada de Frye y empezo a clavar el tenedor en su pescado y patatas humeantes.
– Tampoco puedo comer fritos. -Frye miro la comida de Kincaid con anoranza-. El temperamento de Marian es alegre, pero no es muy generosa con sus favores. Incluso Connor se llevo un chasco.
– ?Intento ligar con ella?
– ?Acaso no amanece todos los dias? -respondio Frye con sarcasmo y empujo un ramito de berros que tenia en la comisura de su boca con el dedo menique-. Pues claro que Con intento ligar con ella. Para el ligar era tan natural como respirar… -Callo, afligido-. Vaya, que falta de tacto. Lo siento. Es que todavia no lo he asimilado.
Kincaid exprimio un poco mas de limon en su excelente pescado y pregunto:
– ?Le caia bien? Personalmente, quiero decir.
Frye parecio pensativo.
– Bien, si, supongo que si. Pero no es tan sencillo. Al principio estabamos muy contentos de tenerlo, como ya he dicho. Por supuesto, nos preguntabamos por que habria dejado una de las mejores empresas de Londres por nosotros, pero dijo que habia estado teniendo problemas domesticos y que queria estar mas cerca de casa, escapar de la feroz competitividad de Londres, ese tipo de cosas. -Tomo otro poco de ensalada y mastico pausadamente.
Kincaid se pregunto si la triste expresion de Frye reflejaba su opinion sobre su almuerzo o sus sentimientos por Connor.
– ?Y? -lo forzo a continuar con suavidad.
– Supongo que fuimos algo ingenuos por habernos creido sus explicaciones. Pero Con podia ser muy encantador. No solo con las mujeres; tambien gustaba a los hombres. Eso era parte de lo que le convertia en un buen vendedor.
– ?Era bueno en su trabajo?
– Si, muy bueno. Cuando se lo proponia. Pero ese era el problema. Estaba tan entusiasmado al principio -planes e ideas para todo- que yo creo que Gordon y yo fuimos arrastrados por su entusiasmo. -Frye hizo una pausa-. Si miro atras puedo ver un cierto frenesi en su comportamiento, pero en aquel momento no me di cuenta.
– Vuelva un poco atras -dijo Kincaid con el tenedor lleno de patatas en suspenso-. Ha dicho que fueron algo ingenuos por creerse las razones de Connor para venir a trabajar con ustedes. ?Acaso descubrio que no eran ciertas?
– Digamos que no menciono bastantes cosas -contesto Frye con arrepentimiento-. Unos meses mas tarde empezamos a oir rumores sobre que habia pasado en realidad. -Fruncio el ceno-. ?No se lo dijo su mujer? ?Ha hablado con la esposa?
– ?Decirme que? -Kincaid evito responder a la pregunta y trato de encajar mentalmente la vivida imagen de Julia en ese posesivo neutro.
Frye hizo un pulcro montoncito en el centro del plato con la ensalada de jamon y la zanahoria rallada.
– La empresa de Con en Londres llevaba la cuenta de la ENO. Asi es como la conocio, en alguna que otra recepcion. Supongo que debio de asistir con su familia. Asi que cuando ella lo dejo, el tuvo… -Frye parecia mas bien apurado. Estudio su plato y jugueteo con la comida-. Supongo que se podria decir que tuvo una crisis nerviosa. Por lo visto, perdio la cabeza. Rompia a llorar delante de los clientes, ese tipo de cosas. La empresa lo mantuvo todo muy en secreto. Supongo que creian que no podian arriesgarse a ofender a los Asherton echandolo a la calle ignominiosamente.
Todos habian sido muy discretos, penso Kincaid. ?Tuvo la compasion algo que ver?
– ?La empresa le habia dado una carta de recomendacion cuando vino a verlo?
– No lo hubieramos contratado de otro modo -contesto Frye con sinceridad.
– ?Cuando empezaron a ir mal las cosas?
Una expresion de culpa sustituyo a la de apuro.
– No es que Con fuera un desastre total. No queria darle esa impresion.
– Estoy seguro de ello -Kincaid lo tranquilizo y espero que Frye no le viniera con el pudor tipico de no hablar mal de los muertos.
– Fue algo gradual. Faltaba a citas con los clientes… Siempre con una buena excusa, cierto, pero si se repiten varias veces hasta las buenas excusas se convierten en viejas excusas. Prometia cosas que no podiamos cumplir -meneo la cabeza consternado al recordar-. La pesadilla de un director creativo. Y todas esas nuevas cuentas que iba a traer, todos esos contactos que tenia…
– ?No se hicieron realidad?
Frye nego con pesar.
– Me temo que no.
Kincaid aparto su plato vacio.
– ?Por que no lo despidio, senor Frye? Parece que paso de ser un activo a ser una obligacion.
– Llameme John, por favor. -Frye se inclino hacia delante con aire de confidencialidad y continuo-: Lo divertido es que hace unos meses, Gordon y yo nos armamos de valor para despedirlo, pero entonces las cosas empezaron a mejorar. Nada extraordinario, pero parecia que se podia contar con el, parecia mas interesado.
– ?Alguna idea sobre que fue lo que pudo provocar este cambio? -Kincaid penso en Sharon y la pequena Hayley.
Frye se encogio de hombros.
– Ni idea.
– ?Sabia que tenia una novia?
– Novias, dira. En plural -enfatizo Frye. Y anadio, con el aire resignado del que lleva casado mucho tiempo-: Despues de que mi mujer coincidiera con el un par de veces… En fin, me dio a entender que pondria algo mas que mi vida en juego si llegaba a tomar una cerveza con el despues del trabajo. Ella estaba segura de que me haria caer en la tentacion. -Sonrio-. Afortunadamente -o desafortunadamente, segun el punto de vista- nunca tuve la habilidad de Connor con las mujeres.
La clientela del mediodia habia disminuido. Liberada de la aglomeracion de la barra, Marian fue a recoger los platos.
– ?Algo mas, chicos? ?Un postre? Queda un pastel fantastico…
– Por favor, no me tortures. -Frye gimio, tapandose la cara con las manos.
Marian recogio el plato de Kincaid y le hizo un guino todo lo contrario a gelido. Silencio una risita y penso que la mujer de Frye no tenia razones para preocuparse de la influencia de Connor. Las debilidades de su esposo caian en otra direccion. Esa linea de pensamiento le hizo acordarse de otra debilidad concreta que no habian tratado.
– ?Tenia conocimiento de las deudas de juego de Connor?
– ?Deudas? -Frye apuro la ultima gota de limonada de su vaso-. Sabia que le gustaban las carreras, pero no tenia ni idea de que fuera tan serio.
– ?Ha oido hablar de un tipo llamado Kenneth Hicks?
Frye fruncio el ceno un momento, luego nego con la cabeza.
– Pues no.
Kincaid empujo su silla hacia atras, pero paro al ocurrirsele otra pregunta.
– John, ?llego a conocer a su esposa, Julia?
La reaccion de Frye le sorprendio. Tras carraspear timidamente, miro a Kincaid a los ojos.