– Caro, esta es la sargento James -anuncio Plummy cuando llevo a Gemma al salon. Luego se retiro y al cerrar la puerta, Gemma noto una corriente de aire frio.

Caroline Stowe estaba de espaldas al fuego, igual que su marido cuando Gemma y Kincaid lo interrogaron dos dias antes. Salio al encuentro de Gemma con la mano extendida.

– Encantada de conocerla, sargento. ?En que puedo ayudarla?

Gemma noto su mano pequena y fria dentro de la suya, y tan suave como la de un nino. Sin quererlo, Gemma echo una ojeada a la fotografia de encima del piano. Si bien le habia dado una pista acerca de la delicadeza femenina de la mujer, no habia ni empezado a expresar su vitalidad.

– Se trata simplemente del seguimiento de rutina de la declaracion que ofrecio al CID de Thames Valley, Dame Caroline. -Su propia voz le sono aspera.

– Sientese, por favor. -Dame Caroline se traslado al sofa y dio unas palmaditas al cojin a modo de invitacion. Llevaba un jersey largo de color granate por encima de unos pantalones de lana blancos. El cuello vuelto enmarcaba su cara; el color granate resaltaba el cutis palido y el cabello oscuro.

Gemma, que habia pasado por su piso y se habia cambiado de ropa poniendo especial atencion, le parecio de repente que su falda y blusa de seda verde oliva eran de un tono muy soso. Al sentarse se sintio torpe y poco elegante. La verguenza provoco que el rubor le calentara las mejillas y rapidamente pregunto:

– Dame Caroline, veo por su declaracion inicial que estuvo en casa el pasado jueves por la noche. ?Puede decirme que hizo?

– Por supuesto, si lo cree necesario, sargento -dijo Caroline con aire de cortes resignacion-. Cene con Plummy -Vivian Plumley- luego miramos algo en la television. Me temo que no recuerdo que. ?Importa?

– ?Que hizo luego?

– Plummy preparo cacao. Eso debio ser alrededor de las diez. Charlamos un rato y luego me fui a la cama. -Y anadio, excusandose-: Fue una noche muy corriente, sargento.

– ?Recuerda a que hora llego su marido?

– Me temo que no. Duermo muy bien y tenemos camas separadas. De modo que rara vez me despierta cuando llega tarde de una actuacion.

– ?Y su hija no la desperto cuando llego a primera hora de la manana? -Gemma trato de agitar un poco la refinada complacencia de Dame Caroline.

– No. Mi hija es una mujer adulta y hace lo que le viene en gana. No tengo la costumbre de llevar el control de sus idas y venidas.

Justo en la diana, penso Gemma. Habia puesto el dedo en la llaga.

– Segun la senora Plumley, su hija ha regresado al piso que compartia con Connor. ?Aprueba que este sola tan pronto, teniendo en cuenta las circunstancias?

Caroline fue a responder algo, pero se contuvo y luego suspiro.

– Lo encuentro desacertado, pero mi aprobacion nunca ha influido demasiado en el comportamiento de Julia. Y desde el primer momento ha actuado muy mal ante la muerte de Connor. -De repente le salio el cansancio. Caroline se froto los pomulos con los dedos, pero Gemma pudo notar que evitaba estirar su cutis.

– ?De que modo? -pregunto Gemma, a pesar de que tenia suficientes pruebas de que Julia no estaba haciendo el papel de perfecta viuda acongojada.

Caroline encogio los hombros y dijo:

– Hay cosas que se han de hacer; y la gente espera ciertas cosas… Sencillamente, Julia no ha cumplido con sus obligaciones.

Gemma se pregunto si Julia habria hecho lo necesario de no estar segura de que sus padres tomarian cartas en el asunto y se encargarian de todo. El hecho de que Julia parecia resentir que lo hicieran solo servia para ilustrar la perversidad de la naturaleza humana, y Gemma habia empezado a pensar que la relacion entre ellos era mas perversa que la de la mayoria. Paso la pagina de su cuaderno de notas, repasando mentalmente las preguntas.

– Connor vino a almorzar aqui el jueves, ?no es cierto? -Continuo despues de que Caroline asintiera-: ?Noto algo fuera de lo corriente en su comportamiento?

Caroline dijo, sonriendo:

– Con era muy ameno, pero no habia nada poco corriente en ello.

– ?Recuerda de que hablaron? -Gemma observo a Caroline mientras esta pensaba la respuesta y se dio cuenta de que nunca antes habia visto a una mujer que frunciera el ceno con gracia.

– Nada memorable o importante, sargento. Cotilleos locales, la actuacion de Gerald de aquella noche…

– ?De modo que Connor sabia que su marido iba a estar en Londres?

Perpleja, Caroline respondio:

– Por supuesto que Con sabia que Gerald estaria en Londres.

– ?Tiene idea de por que Connor habria ido al Coliseum esa misma tarde?

– No tengo idea. No nos dijo nada sobre ir a Londres. ?Dice que fue al teatro?

– Segun la hoja de registro del portero. Pero nadie mas admite haberlo visto.

– Que extrano -dijo Caroline despacio. Gemma noto que por primera vez se alejaba de un guion ensayado-. Claro que se fue en un estado de agitacion…

– ?Que paso? -Gemma noto como un hormigueo de entusiasmo-. Ha dicho que no hizo nada fuera de lo corriente.

– Yo no lo describiria como fuera de lo corriente. Con no sabia estarse quieto. Se excuso por un momento mientras Gerald y yo tomabamos el cafe. Iba a echar una mano a Plummy en la cocina, y fue la ultima vez que lo vimos. Unos minutos mas tarde le oimos arrancar su coche.

– ?Y penso si algo le podria haber disgustado?

– Bueno, supongo que pensamos que habia sido extrano que no se despidiera.

Gemma paso las paginas de su cuaderno con cuidado, luego miro a Caroline.

– La senora Plumley dijo que lavo los platos sola. No vio a Connor despues de dejar el comedor. ?Cree que pudo subir a ver a Julia? ?Quizas tuvieron una pelea?

Caroline junto las manos en su regazo. Las sombras de su sueter granate cambiaron de forma al inspirar.

– No lo se, sargento. Si ese fuera el caso estoy segura de que Julia hubiera dicho algo.

Gemma no compartio su opinion.

– ?Sabia que Connor tenia una novia, Dame Caroline? Tecnicamente habria sido su amante, puesto que el y Julia seguian casados.

– ?Una novia? ?Con? -dijo Caroline en voz baja. Luego, mirando el fuego, anadio todavia mas bajo-: Nunca lo dijo.

Gemma recordo lo que le habia explicado Kincaid.

– Su nombre es Sharon Doyle y tiene una hija de cuatro anos. Aparentemente era una relacion seria y el… la recibio a menudo en su casa.

– ?Una hija? -Caroline devolvio la mirada a Gemma. Sus ojos negros se habian dilatado y Gemma vio el fuego reflejado en su superficie liquida y luminosa.

Habia anochecido mientras hablaban y ahora el fuego y la luz de las lamparas proyectaban un resplandor evidente en el silencioso salon. Gemma pudo imaginar horas serenas pasadas aqui con musica y conversacion, o matando el tiempo en el comodo sofa de chintz en compania de un libro; pero nunca

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