que merecia tras las presiones del trabajo. Pero solo hacia el final empezo a ser alarmante.
– ?Le echaba un cable? ?Pagaba sus deudas?
Julia aparto la mirada de el y apoyo la barbilla en su mano.
– Durante mucho tiempo, si. Despues de todo tambien mi reputacion estaba en juego.
– De modo que la discusion del pasado jueves trataba en cierto modo de viejos asuntos.
Se las arreglo para sonreir un poco.
– Dicho de esta manera, si, supongo que si. Resulta tan frustrante cuando una se oye a si misma decir cosas que ha repetido cien veces antes. Sabes que es inutil, pero no puedes parar.
– Cuando el la dejo, ?dijo algo diferente? ?Hubo algo distinto de las pautas normales de estas discusiones?
– No, no que yo recuerde.
Y sin embargo habia ido directamente a ver a Kenneth. ?Habria ido a pedir dinero para pagar la hipoteca?
– ?Le dijo algo sobre si iria a Londres por la tarde, al Coliseum?
Julia levanto la cabeza de su mano. Los ojos oscuros se abrieron con sorpresa.
– ?Londres? No. No. Estoy segura de que no lo dijo. ?Por que habria de ir al Coli? Acababa de ver a papi y mami.
Los diminutivos infantiles sonaron extranos en sus labios y de repente parecio joven y muy vulnerable.
– Esperaba que usted me lo dijera -dijo, bajito-. ?Alguna vez oyo a Con mencionar a un tal Hicks? ?Kenneth Hicks? -La miro detenidamente, pero ella solo nego con la cabeza, con aspecto de estar genuinamente desconcertada.
– No. ?Por que? ?Es un amigo?
– Trabaja para un corredor de apuestas local. Recauda dinero para el, entre otras cosas. Tambien es una persona muy desagradable y Connor le pagaba regularmente grandes cantidades de dinero. Por eso he vuelto, para echar otra ojeada al talonario de cheques de Connor.
– Nunca he sentido deseos de mirar entre las cosas de Connor, -dijo Julia despacio-. Ni siquiera he estado en su estudio. -Dejo caer la cabeza en ambas manos y hablo por entre los dedos abiertos-: Supongo que estaba aplazando lo inevitable. -Al cabo de un momento levanto la cabeza y lo miro. Sus labios estaban crispados por una mezcla de bochorno y bravuconada-: Encontre algunos objetos de mujer en el dormitorio y el bano. Los he metido en una caja. No sabia que otra cosa hacer con ellos.
De modo que Sharon no habia vuelto.
– Demelos. Creo que puedo devolverselos a su legitima propietaria. -Aunque pudo ver la pregunta en su cara, ella no hablo y se miraron en silencio. El estaba lo suficientemente cerca como para tocarla. Tuvo el deseo de levantar la mano y tocarle la mejilla con el dorso de sus dedos.
En vez de ello, le hablo con delicadeza:
– Estaba saliendo con una mujer. Segun parece, era algo bastante serio. Ella tiene una hija de cuatro anos y Con le dijo que se casaria con ella y las cuidaria a las dos tan pronto como usted le concediera el divorcio.
Por un momento la cara de Julia quedo en blanco, carente de expresion, como si de una maniqui se tratara. Luego ahogo una risa.
– Pobre Con -dijo-. Pobre desgraciado.
Por primera vez desde que Kincaid la conocia vio como sus ojos se llenaban de lagrimas.
Gemma termino el segundo paquete de cacahuetes y se chupo la sal de las puntas de los dedos. Levanto los ojos y vio a Tony mirandola. Sonrio avergonzada.
– Me muero de hambre -dijo, a modo de disculpa.
– Deje que alguien de la cocina le prepare algo. -Tony parecia haberla adoptado como su propia responsabilidad personal y estaba mas pendiente de ella de lo normal-. Esta noche tenemos unas chuletas de cerdo estupendas y lasana vegetariana.
Gemma miro furtivamente la hora por debajo de la barra.
– Esperare un poco mas. Gracias, Tony. -Tras dejar a Dame Caroline habia conducido hasta el pub y habia subido la maleta a su habitacion. De repente, vencida por una ola de cansancio, se habia estirado encima del edredon con la ropa puesta y se habia dormido profundamente y sin sonar durante una hora. Se desperto con frio y un poco rigida, pero bien tras un sueno reparador. Despues de lavarse un poco y cepillarse el pelo se cambio de ropa y se puso sus tejanos y sueter favoritos y bajo a esperar a Kincaid.
Tony, mientras daba brillo a unos vasos en el otro extremo de la barra, vigilaba ansioso el nivel de sidra del vaso de Gemma. Ella ya casi habia decidido que tomaria otra cuando Tony, mirando hacia la puerta, dijo:
– Aqui esta su jefe.
Kincaid se sento en el taburete al lado de ella.
– ?Ha estado Tony acosandote con alcohol? -Continuo sin esperar a la respuesta-: Bien, porque yo voy a acosarte con comida. Sharon Doyle me dijo que a Connor le gustaba el Red Lion de Wargrave. Era el unico sitio donde la comida estaba al nivel que el exigia. Creo que deberiamos comprobarlo por nosotros mismos.
– ?Va a tomar algo antes de ir, senor Kincaid? -pregunto Tony.
Kincaid miro a Gemma.
– ?Tienes hambre?
– Estoy famelica.
– Entonces sera mejor que nos vayamos, Tony.
Tony agito el pano de cocina a modo de despedida.
– ?Hasta luego! Aunque, si no les importa que se lo diga -anadio en un tono un poco de afrenta-, su comida no es mejor que la nuestra.
Tras prodigar palabras tranquilizadoras a Tony, se escaparon al coche y condujeron a Wargrave en silencio.
Se sentaron en una mesa del alegre Red Lion y Gemma por fin interrumpio el silencio:
– Tony me ha dicho que tenias un mensaje del sargento Makepeace. ?Que queria? ?Donde has estado?
Kincaid, concentrado en la carta, dijo:
– Pidamos primero. Luego te lo explicare. ?Ves algo que te apetezca? ?Gratinado de abadejo y salmon ahumado? ?Langostinos en salsa de ajo? ?Pechuga de pollo con granos de pimienta verde y roja? -La miro, sonriendo, y Gemma penso que sus ojos brillaban de un modo inusual-. Con tenia razon. Aqui no hay pastel de carne, ni salchichas ni pure de patatas.
– ?Estas seguro de que nuestra cuenta de gastos correra con esta factura? - pregunto Gemma.
– No te preocupes, sargento -dijo con exagerada autoridad-. Yo me ocupo de esto.
Nada convencida, Gemma lo miro dubitativa y dijo:
– Entonces tomare el pollo. Y para empezar, la sopa de tomate y albahaca.