– El senor Swann era capaz de beber mucho, pero su actitud era siempre jovial. No como otros. -David hizo una mueca y Gemma asintio con comprension. Como si esto le hubiera recordado que tenia otros clientes, David echo una ojeada a la mesa del fondo, pero sus ocupantes estaban todavia demasiado absortos en si mismos como para notar la falta de servicio-. Entonces llego otro tipo y se sentaron en una mesa para cenar.
– ?Se conocian? -pregunto Kincaid.
– ?Que…? -tercio Gemma, pero Kincaid la paro levantando la mano rapidamente.
– Estoy seguro de que si. El senor Swann se levanto tan pronto el otro paso por la puerta. Fueron directamente a su mesa, asi que no oi lo que decian -habia bastantes parroquianos aquella noche-, pero parecian bastante amigables al principio.
– ?Y luego? -dijo Kincaid, despues de una breve pausa.
David miro a uno y luego a otro. Se sentia incomodo.
– Supongo que se podria decir que tuvieron una discusion acalorada. No fue un concurso de gritos, en realidad no levantaron la voz. Pero estaba claro que discutian. Y el senor Swann, bueno, el siempre disfrutaba con la comida, siempre se preocupaba de felicitar al cocinero, ese tipo de cosas. -Hizo una pausa, como asegurandose de que comprendian totalmente la importancia de lo que estaba a punto de decir-. Ni siquiera se acabo la cena.
– ?Recuerda lo que tomo? -pregunto Kincaid, y Gemma supo que estaba pensando en el informe todavia incompleto del contenido del estomago de Connor.
– Bistec. Acompanado de una buena parte de una botella de Borgona.
Kincaid tomo en consideracion lo que acababa de decir, luego pregunto:
– ?Que paso despues?
David se movio inquieto en la silla y se rasco la nariz.
– Pagaron la cuenta por separado y se fueron.
– ?Juntos? -pregunto Gemma para aclarar el detalle.
David asintio.
– Y por lo que yo se, seguian discutiendo. -Seguia moviendose inquieto en la silla, dandose la vuelta de vez en cuando para echar una ojeada al bar.
Gemma miro a Kincaid. Este asintio casi imperceptiblemente y Gemma dijo:
– Una cosa mas, David. ?Que aspecto tenia el otro tipo?
Una sonrisa ilumino la cara de David.
– Muy elegante, se vestia muy bien, si sabe a lo que me refiero. Alto, delgado, pelo mas bien rubio… Arrugo el entrecejo y penso durante unos instantes-. Unos cincuenta anos, creo. Pero muy bien llevados.
– ?Pago con tarjeta de credito? -pregunto Kincaid, esperanzado.
David nego con la cabeza y parecio que lo lamentaba.
– Lo siento. En efectivo.
Haciendo un esfuerzo por contener la emocion, Gemma lo felicito.
– Es muy observador, David. Rara vez obtenemos descripciones la mitad de buenas.
– Es el trabajo -dijo, sonriendo-. Uno se acostumbra. Y cuando puedo les pongo nombres a las caras. A las personas les gusta que se las reconozca. -Aparto la silla y miro inquisitivamente a uno y otro-. ?Puedo irme ahora?
Kincaid asintio y le entrego una tarjeta.
– Nos puede llamar si se le ocurre algo mas.
David se levanto y apilo con destreza los platos sucios en su brazo. De repente paro y parecio dudar.
– ?Que le paso? ?Al senor Swann? No lo han dicho.
– A decir verdad, no estamos seguros. Pero estamos tratando el asunto como muerte sospechosa. -dijo Gemma-. Su cuerpo fue encontrado en el Tamesis.
Los platos vibraron y David los sujeto con la otra mano.
– ?No por aqui, verdad?
– No, en Hambleden Lock. -Gemma creyo ver una sombra de alivio en la cara del joven, pero lo considero la normal tendencia humana a querer que los problemas no invadan en el territorio de uno.
David cogio otro plato, equilibrando la carga con despreocupada facilidad.
– ?Cuando? ?Cuando ocurrio?
– Encontraron su cuerpo el viernes por la manana, temprano -dijo Kincaid, y miro a David con una expresion simpatica que Gemma reconocio. Significaba que habia captado totalmente su interes.
– ?El viernes por la manana? -David se quedo helado. Y Gemma creyo que su cara palidecia, aunque no estaba segura debido al reflejo del fuego chisporroteante-. ?Quiere decir que el jueves por la noche…?
La puerta de la entrada se abrio y entro un grupo grande de gente adinerada, y con las caras enrojecidas por el frio. David los miro, luego miro a la pareja del fondo, que ya estaban mostrando senales de impaciencia.
– Tengo que irme. Lo siento. -Sonrio a modo de disculpa y se dirigio rapidamente a la barra con la loza traqueteando.
Kincaid se quedo mirandolo un momento, luego hizo un gesto con los hombros y sonrio a Gemma.
– Un chico simpatico. Podria ser un buen poli. Tiene buena memoria para serlo.
– Escucha. -Gemma se inclino hacia delante. Su voz sonaba apremiante.
En ese momento, las dos parejas con caras rosadas, despues de pedir sus bebidas en la barra, se sentaron en la mesa de al lado. Sonrieron amablemente a Gemma y Kincaid y luego iniciaron una conversacion entre ellos perfectamente audible.
– Mira, David nos ha dejado la cuenta -dijo Kincaid-. Vamos a pagar y salgamos.
Hasta que no salieron a la calle no pudo Gemma volver a hablarle entre dientes a Kincaid.
– Ese era Tommy Godwin. -Vio que no reaccionaba y continuo-: El hombre que estuvo con Connor esa noche. Estoy segura de que era Tommy Godwin. Es lo que estaba tratando de decirte - anadio, con irritacion.
Habian parado en la acera justo afuera del pub. Se quedaron asi, de pie, con los cuellos de los abrigos subidos para protegerse de la niebla que habia subido sigilosamente desde el rio.
– ?Como puedes estar segura?
– Te lo digo, tiene que ser el. -Gemma se oyo a si misma alzar la voz con exasperacion e intento calmarse-. Tu mismo has dicho lo observador que era David. Su descripcion ha sido demasiado exacta para no ser Tommy. Es muy improbable que se trate de otra persona.
– De acuerdo, de acuerdo. -Kincaid levanto la mano, rindiendose en broma-. ?Pero que hay del teatro? Tendras que volver a comprobar…
La puerta del pub se abrio y David salio lanzado.
– Perdonen. He pensado que les atraparia. Miren… -Paro, como si el impulso hubiera desaparecido. Habia salido en mangas de camisa. Cruzo los brazos y empezo a patear el suelo-. Miren… No podia haberlo sabido, ?de acuerdo? Crei que era una mera discusion. Me hubiera sentido un verdadero imbecil si hubiera intervenido.
– Dinos lo que paso, David -dijo Kincaid-. ?Quieres volver adentro?
David echo una ojeada a la puerta.