Viendo la mirada del comisario, Sharon sonrio y dijo:
– Era de mi abuelo. La abuela lo guarda para llevar por casa. -Mientras seguia a Kincaid de camino al cementerio, continuo-: En realidad ella es mi bisabuela; nunca conoci a mi abuela. Murio cuando mi madre era un bebe.
A pesar de que el sol se habia puesto durante el breve tiempo que Kincaid habia estado en la casa, el cementerio resultaba mas atractivo con la luz crepuscular. Se dirigieron hacia un banco que habia al otro lado del camino. Al sentarse, Kincaid dijo:
– ?Siempre es tan timida, Hayley?
– Siempre ha charlado como una cotorra, desde el dia que aprendio a hablar, incluso con extranos. -Las manos de Sharon yacian relajadas sobre su regazo, con las palmas hacia arriba. Podrian haber sido incorporeas, tan inanimadas parecian, y Kincaid noto que desde la ultima vez que la vio se habia mordido las unas hasta llegar a la carne-. Desde que le explique lo de Con que esta asi. -Miro a Kincaid, con aire de suplica-. ?Tenia que decirselo, no? No podia dejar que pensara que se habia largado, ?no? No podia dejarla creer que no le importabamos.
Kincaid reflexiono cuidadosamente antes de responder.
– Creo que ha hecho lo correcto, Sharon. Seria duro para ella de todos modos y a largo plazo estoy seguro de que es mejor decir la verdad. Los ninos notan cuando uno miente, y luego han de superar la traicion ademas de la perdida.
Sharon escucho atentamente, luego asintio una vez cuando Kincaid hubo terminado. Estudio sus manos por un momento.
– Ahora quiere saber por que no lo podemos ver. Mi tia Pearl fallecio el ano pasado y la abuela la llevo a verla antes del funeral.
– ?Por que se lo ha dicho?
Sharon encogio los hombros y dijo:
– Cada uno hace las cosas como cree correcto, eso es todo. ?Que mas podia hacer?
– Imagino que quiere pruebas concretas de que Con este realmente muerto. Quizas la podria llevar a su tumba, despues. -Con un gesto indico las tumbas cuidadosamente dispuestas sobre la hierba verde del cementerio-. No se trata de algo que no le sea familiar.
Sharon se volvio hacia el, con las manos apretadas convulsivamente.
– No tengo a nadie con quien hablar, ?entiende? Mi abuela no quiere saber nada de esto. Ella no tenia buen concepto de el.
– ?Por que? -pregunto Kincaid, sorprendido de que la mujer no estuviera complacida por las posibilidades de mejora en la vida para su bisnieta.
– El matrimonio es el matrimonio a los ojos del Senor -la imito Sharon. Y de repente, Kincaid tuvo una vision clara de la anciana-. La abuela es muy firme en sus creencias. Para ella, el hecho de que Con no viviera con
– Debe usted de tener amigas con las que hablar -dijo Kincaid, sin respuesta util para la ultima pregunta.
– Ellas tampoco quieren saber nada. Parece como si de repente tuviera la lepra o algo asi. Actuan como si les pudiera contagiar y estropearles la diversion. -Sharon se sorbio la nariz y luego anadio, en voz mas baja-: En cualquier caso, no quiero hablar de Con con ellas. Lo que teniamos era entre nosotros, y no me parece justo airearlo como si fuera la colada.
– No. Tiene razon.
Estuvieron sentados durante unos minutos mientras las luces empezaban a encenderse en las casitas. Formas poco definidas se movian tras las cortinas y, de vez en cuando, un pensionista aparecia tras una puerta, y luego otra, sacando las botellas de leche y recogiendo los periodicos. La escena le hizo pensar a Kincaid en esos relojes alemanes tan elaborados, la clase de reloj en los que pequenas personas aparecen y desaparecen alegremente mientras dan las horas. Miro a la chica sentada a su lado. De nuevo habia inclinado la cara hacia sus manos.
– Hare que le devuelvan sus cosas, Sharon. A
Su respuesta, cuando llego, sorprendio a Kincaid.
– Lo que dije la otra noche… bueno. He estado pensando. -En la tenue luz pudo observar el brillo de sus ojos, pero ella volvio a desviar la mirada-. No fue justo, lo que dije. Ya sabe. Sobre ella…
– ?Lo que dijo sobre que Julia hubiera matado a Connor, quiere decir?
Asintio, toqueteando sin darse cuenta un punto de la parte delantera de su camiseta.
– No se porque lo dije. Supongo que queria darle la culpa a alguien. -Al cabo de un momento continuo, en un tono como de descubrimiento-: Creo que queria creer que ella era tan horrible como Con decia. Hacia que me sintiera mejor. Mas segura.
– ?Y ahora? -pregunto Kincaid. Al no contestar, continuo-: ?No tenia razon alguna para hacer esas acusaciones? ?Con nunca le dijo nada que le hiciera pensar que Julia pudiera haberlo amenazado?
Ella nego con la cabeza y hablo tan bajito que Kincaid tuvo que acercarse a ella para oirla.
– No. -Olia a jabon Pears, y la vulgaridad de ese olor bueno y limpio le oprimio de repente la garganta.
La penumbra se intensifico y de algunas de las ventanas de las casitas salia el parpadeo azul de las televisiones. Kincaid imagino que las pensionistas -solo habia visto a mujeres- tomaban sus cenas temprano para poder instalarse delante de la tele, sin interrupcion, aisladas de si mismas y de los demas. Se estremecio levemente y se sacudio la ola de melancolia que lo amenazaba, como un perro saliendo del agua. ?Por que, despues de todo, habria de sentirse descontento del confort que disfrutaban estas mujeres?
A su lado, Sharon tiro de su cardigan envolviendose mas en el. Kincaid se froto las manos para calentarlas y se volvio hacia ella, diciendole con brio:
– Una cosa mas, Sharon. Y luego sera mejor que entre antes de que coja frio. Tenemos un testigo que esta seguro de haber visto a Connor en el Red Lion de Wargrave despues de dejarla aquella noche. Con se encontro con un hombre cuya descripcion coincide con Tommy Godwin, un viejo amigo de los Asherton. ?Lo conoce? ?Oyo a Con mencionarlo alguna vez?
Casi podia oirla pensar mientras seguia sentada a su lado, en la oscuridad. Penso que si miraba con detenimiento veria su ceno fruncido mostrando concentracion.
– No -dijo, finalmente-, nunca le oi mencionarlo. Se volvio hacia Kincaid y recogio una de sus piernas sobre el banco para poder mirarlo bien a la cara-. ?Tuvieron…? ?Se pelearon?
– Segun el testigo no fue un encuentro demasiado amistoso. ?Por que?
Se puso la mano delante de la boca y mordisqueo la una de su dedo indice. Morderse las unas era una forma de autoestimulo que nunca habia atraido a Kincaid, y se estremecia cuando veia la carne danada. Espero, entrelazando los dedos para impedir que su mano apartara la de Sharon de su boca.
– Crei que habia sido yo la que lo habia hecho enfadar -dijo precipitadamente-. Volvio aquella noche. No estaba contento de verme, queria saber por que no habia vuelto a casa de la abuela, como ya le dije. -Toco la manga de Kincaid-. Por eso no dije nada antes. Me sentia una completa idiota.
Kincaid le dio una palmadita en la mano.
– ?Por que no se fue a casa?
– Lo hice. Pero la partida de bridge de la abuela habia terminado temprano -una de las ancianas se encontraba mal- de modo que volvi. Me sentia mal por haberme largado enfadada. Pense que estaria contento de verme y esperaba que pudieramos… -Trago saliva, incapaz de seguir adelante. Pero para