– La corriente no es muy fuerte hasta que se llega cerca de la compuerta, de modo si cayo al agua por alli -apunto rio arriba- digo yo que tenia que estar inconsciente para no poder salir por su propio pie. O ya debia de estar muerto.
– ?Y si hubiera caido por aqui, por la compuerta? ?Hubiera sido la corriente suficientemente fuerte como para mantenerlo bajo el agua?
Smith miro un momento hacia la esclusa antes de responder.
– Es dificil de decir. La corriente es lo que mantiene la compuerta cerrada… y es muy violenta. Pero eso de si puede mantener bajo el agua a un hombre que esta luchando por su vida… diria que es poco probable, pero no puedo estar seguro.
– Una cosa mas, senor Smith -dijo Kincaid-. ?Oyo o vio algo poco usual durante la noche?
– Me voy a dormir temprano porque me levanto siempre al amanecer. Nada me perturbo el sueno.
– ?Le hubiera podido despertar una escaramuza?
– Siempre he tenido el sueno pesado, comisario. No lo puedo decir con seguridad.
– ?El sueno de los inocentes? -susurro Gemma mientras salian y Smith cerraba la puerta con firmeza.
Kincaid se paro y miro hacia la esclusa.
– Si Connor Swann hubiera estado inconsciente o ya muerto cuando cayo al agua, ?como demonios pudo alguien traerlo hasta aqui? Seria casi imposible de llevar a cabo incluso para un hombre fuerte.
– ?En barco? -aventuro Gemma-. Tanto desde rio arriba como desde rio abajo. Aunque ?por que querria alguien sacarlo de un barco situado pasada la esclusa, llevarlo consigo y luego tirarlo en el lado de arriba? No lo puedo imaginar.
Caminaron despacio hacia el sendero que les llevaria de regreso al otro lado de la presa. El viento soplaba por detras. Los barcos amarrados se mecian pacificamente en las tranquilas aguas de rio abajo. Los patos se zambullian y sumergian la cabeza, despreocupados por las actividades humanas que no implicaran cortezas de pan.
– ?Estaba ya muerto? Esta es la cuestion, Gemma. -La miro levantando una ceja-. ?Te apetece una visita al deposito de cadaveres?
3
A Kincaid el olor a desinfectante siempre le recordaba la enfermeria del colegio, donde la enfermera vendaba las rodillas con rasgunos y ejercia el poder de enviar a uno a casa si la herida o la enfermedad era suficientemente seria. Los residentes de esta sala, sin embargo, ya no podian disfrutar de los cuidados de la enfermera y el desinfectante no acababa de disimular del todo el penetrante y esquivo olor a descomposicion. Sintio que los brazos se le ponian de carne de gallina por el frio.
Tras una breve llamada al CID de Thames Valley, se habian dirigido al Hospital General de High Wycombe, donde se iba a hacer la autopsia al cuerpo de Connor Swann. El hospital era viejo y la morgue no dejaba de ser un lugar cubierto de azulejos y con lavabos de porcelana. No habia filas de armarios de acero inoxidable donde se guardaban los cadaveres para que no se vieran. En su lugar, las camillas de acero que estaban alineadas contra las paredes contenian formas abultadas envueltas en sabanas blancas y de cuyos dedos gordos de los pies pendian etiquetas.
– ?A quien desean ver? -pregunto la encargada del deposito, una joven alegre, de nombre Sherry segun su tarjeta de identificacion, cuya conducta parecia mas propia de un parvulario.
– Connor Swann -dijo Kincaid, mirando divertido a Gemma.
La chica camino junto a la hilera de camillas y mientras lo hacia golpeaba suavemente las etiquetas con los dedos.
– Aqui esta. Numero cuatro. -Abrio la sabana y la bajo hasta la cintura con precision experta-. Este esta bien limpio. Facilita algo el trabajo, ?no creen? -Les sonrio como si fueran mentalmente discapacitados, luego se dirigio a las puertas de vaiven y, entreabriendolas un poco, grito: «Mickey»-. Necesitamos que alguien nos ayude a moverlo -anadio, volviendose hacia Kincaid y Gemma.
Mickey aparecio un momento mas tarde, abriendo las puertas cual toro cargando desde el redil. Los musculos de sus brazos y hombros tensaban la fina tela de su camiseta y se habia enrollado las mangas cortas hacia arriba, por lo que mostraba varios centimetros mas de biceps.
– ?Puedes ayudar a estas personas con el numero cuatro, Mickey? -Sherry articulo sus palabras con cuidado. Sus modales de parvulista se mezclaban ahora con un toque de exasperacion. El chico simplemente asintio impasible, con la cara inflamada de acne, y se saco del bolsillo trasero un par de guantes de latex-. Tomense todo el tiempo que deseen -anadio Sherry, dirigiendose a Kincaid y Gemma-. Simplemente avisenme cuando esten listos, ?de acuerdo? ?Hasta luego! -Paso junto a ellos y salio por las puertas de vaiven.
Avanzaron unos pasos hasta la camilla y se quedaron parados. Durante el silencio que siguio, Kincaid oyo a Gemma respirar suavemente. El cuello y hombros al descubierto de Connor Swann eran delgados y bien formados; su espesa y lisa cabellera marron tenia un toque de caoba. Kincaid penso que era probable que en vida hubiera sido uno de aquellos hombres de tez encendida que se ponia rojo al enfadarse o excitarse. Era verdad que tenia un cuerpo extraordinariamente perfecto. A lo largo del brazo y en el hombro izquierdos habia contusiones y cuando Kincaid miro de cerca vio unas leves marcas oscuras a cada lado de la garganta.
– Algunas magulladuras -dijo Gemma con desconfianza-, pero no la oclusion de cara y cuello que se espera en una estrangulacion manual.
Kincaid se inclino para ver mas de cerca el cuello.
– No hay signos de ligaduras. Mira, Gemma, en el pomulo derecho. ?No es un moraton?
Gemma miro la mancha de color mas oscuro.
– Podria ser. Pero es dificil de distinguir. Podria haberse golpeado la cara contra la compuerta.
Connor Swann habia tenido la suerte de nacer con una buena estructura osea, penso Kincaid: alto, pomulos anchos y una nariz y menton fuertes. Encima de los labios tenia un bigote rojizo, espeso, pulcramente recortado y curiosamente intenso en comparacion con la palidez gris de la piel.
– Un tipo guapo, ?no crees, Gemma?
– Probablemente atractivo, si… a menos que fuera demasiado engreido. Tengo la impresion de que era un donjuan.
Kincaid se pregunto lo que pensaba sobre esto Julia Swann. No le habia causado la impresion de ser una mujer que se quedara en casa docilmente mientras su marido se dedicaba a perseguir faldas. Tambien se pregunto si su propio deseo de ver a Connor tenia relacion con evaluar las pruebas fisicas o mas bien con su curiosidad personal por la esposa del fallecido.
Se volvio hacia Mickey y arqueo la ceja inquisitivamente.
– ?Podemos ver el resto?
El joven los complacio sin decir nada, retirando la sabana por completo.
– Estuvo de vacaciones, pero diria que no fue recientemente -comento Gemma al ver la leve marca de bronceado en su estomago y muslos-. O simplemente fue en barco por el Tamesis durante el verano.
Kincaid decidio que bien podia imitar el estilo no verbal de Mickey. Asintio y le indico con la mano que le diera la vuelta al cuerpo. Mickey deslizo ambas manos enguantadas por debajo del cuerpo de Connor Swann y le dio la vuelta con aparente facilidad, si bien lo delato un resoplido apenas