detener un millar de cuchillos lanzados contra mi.

Mi padre abrio la puerta y parecio sorprenderse al verme.

– ?Donde esta mama? -le pregunte, procurando ocultar mi agitacion. El senalo la sala, al fondo.

La encontre profundamente dormida en el sofa, con la cabeza apoyada en un pequeno tapete blanco bordado. Tenia la boca abierta y todas las arrugas de su rostro se habian esfumado. Con esa suavidad de la cara parecia una muchacha fragil, candida e inocente. Un brazo le colgaba limpido al lado del sofa, el pecho estaba quieto, toda su fuerza habia desaparecido. No tenia armas ni estaba rodeada de demonios. Parecia impotente, derrotada.

Entonces se apodero de mi el temor de que tuviera aquel aspecto porque era cadaver, que hubiera muerto mientras yo tenia pensamientos terribles acerca de ella. Habia deseado apartarla de mi vida y ella accedio, saliendo de su cuerpo para huir de mi odio intenso.

– ?Mama! -grite-. ?Mama! -Se me quebro la voz y empece a llorar.

Ella abrio los ojos lentamente y movio las manos.

– Shemma? Ah, Meimei, ?eres tu?

Me quede sin habla. No me habia llamado Meimei, el nombre de mi infancia, desde hacia muchos anos. Se irguio y reaparecieron las arrugas en su rostro, solo que ahora parecian menos profundas, como tenues surcos de preocupacion.

– ?A que has venido? ?Por que lloras? ?Ha ocurrido algo!

No sabia que hacer ni decir. Me parecia que en cuestion de segundos habia dejado de sentirme airada por su fuerza para asombrarme de su inocencia y luego asustarme por su vulnerabilidad. Y ahora me sentia extranamente debil, como si alguien me hubiera desenchufado y se hubiese interrumpido la corriente que me recorria.

– No ha ocurrido nada, de veras -le dije con la voz ronca-. No se por que estoy aqui. Queria hablar contigo… queria decirte… Rich y yo vamos a casamos.

Cerre los ojos con fuerza, esperando oir sus protestas sus lamentos, la voz seca pronunciando algun veredicto doloroso.

– Jrdaule (Ya lo sabia) -dijo ella, como para preguntarme por que se lo decia de nuevo.

– ?Lo sabes?

– Claro. Aunque no me lo hubieras dicho lo sabria.

Aquello era peor de lo que habia imaginado. Lo habia sabido desde el principio, cuando critico el chaqueton de vison, cuando menosprecio las pecas de Rich y se quejo de su manera de beber. Ella no le aprobaba.

– Se que le odias -dije con la voz temblorosa-. Se que no te parece lo bastante bueno, pero yo…

– ?Odiarle? ?Por que crees que odio a tu futuro marido?

– Nunca quieres hablar de el. El otro dia, cuando empece a hablarte de el y Shoshana en el Exploratorium, tu… cambiaste de tema… empezaste a hablar de la cirugia explotoria de papa y entonces…

– ?Que es mas importante, explorar la diversion o explorar la enfermedad?

Esta vez no iba a dejarla escapar.

– Y luego, al verle, dijiste que tenia lunares en la cara.

Ella me miro, perpleja.

– ?No es eso cierto?

– Si, pero lo dijiste solo por malicia, para herirme, para…

– Ai-ya, ?por que piensas tan mal de mi? -Su rostro parecia viejo y lleno de afliccion-. Entonces crees que tu madre es muy mala. Crees que tengo una intencion secreta, pero eres tu quien la tiene. Ai-ya! ?Mi hija cree que soy tan mala!

Se sento en el sofa, erguida y orgullosa, la boca apretada, las manos entrelazadas, los ojos abrillantados por el llanto.

?Ah, su fuerza!, ?sus debilidades!, una y otras tirando de mi, desgarrandome. Mi cabeza iba por un lado y mi corazon por otro. Me sente en el sofa, a su lado, cada una conmocionada conducta de la otra.

Me sentia como si hubiera perdido una batalla, aunque sin saber que estaba librando. La fatiga se apodero de mi.

– Me voy a casa -le dije finalmente-. No me encuentro muy bien.

– ?Estas enferma? -murmuro ella, poniendome la mano en la frente.

– No -le dije rotundamente. Queria marcharme-. Es que… No se lo que ocurre ahora en mi interior.

– Entonces te lo dire. -Me quede mirandola, sorprendida. Ella continuo en chino-: La mitad de todo lo que hay dentro de ti procede del lado paterno. Eso es natural. Son del clan Jong, gente de Canton, buena y honesta, aunque a veces tengan mal genio y sean tacanos. Tienes un ejemplo en tu padre, ya sabes como puede ser a menos que le llame la atencion. -Me pregunte por que me decia eso, que relacion tenia con mi situacion. Pero mi madre siguio hablando, con una ancha sonrisa, agitando la mano-. Y la mitad de lo que hay en tu interior procede de mi, tu lado materno, del clan Sun de Taiyuan.

Escribio los ideogramas en el dorso de un sobre, olvidando que no se leer el chino.

– Somos inteligentes, muy fuertes, astutos y famosos como guerreros. Conoces a Sun Yat-sen, ?no? -Asenti-. Pertenece al clan de los Sun, pero su familia se traslado al sur hace muchos siglos, por lo que no es exactamente del mismo clan. Mi familia siempre ha vivido en Taiyuan, incluso desde antes de la epoca de Sun Wei. ?Conoces Sun Wei?

Negue con la cabeza. Aunque seguia sin saber adonde queria ir a parar con todo aquello, me sentia tranquilizada. Parecia ser la primera vez que sosteniamos una conversacion casi normal.

– Combatio contra Genghis Khan, y cuando los soldados mongoles dispararon contra los guerreros de Sun Wei… ?ja!… sus flechas rebotaron en los escudos como la lluvia sobre las piedras. ?Sun Wei habia hecho una especie de blindaje tan fuerte que Genghis Khan creyo que era cosa de magia!

– Entonces Genghis Khan debio de inventar unas flechas magicas -comente-. Al fin y al cabo conquisto China.

Mi madre prosiguio como si no me hubiera oido nada.

– Eso es cierto, siempre sabemos como ganar. Asi pues, ahora sabes lo que hay en tu interior: casi todo es buen material de Taiyuan.

– Supongo que los chinos solo hemos evolucionado para ganar en el mercado de juguetes y aparatos electronicos -le dije.

– ?Como sabes eso? -me pregunto ella ansiosa.

– Se ve por todas partes. Made in Taiwan.

– Ai! -exclamo ella, quejumbrosa-. ?No soy de Taiwan!

Y asi, de repente, la fragil conexion que estabamos efectuando empezo a romperse.

– Naci en China, en Taiyuan -puntualizo-. Taiwan no es China.

– Bueno, crei que decias «Taiwan» porque suena del mismo modo -aduje, irritada porque le molestara un error tan poco intencionado.

– ?Suena de un modo totalmente distinto! -dijo resoplando-. ?El pais es por completo diferente! Los que viven ahi solo suenan que eso es China, porque si eres chino nunca puedes apartar a China de tu mente.

Habiamos llegado a un punto muerto. Hubo una pausa de silencio y luego aparecio un brillo en sus ojos.

– Escucha bien. Tambien puedes decir que el nombre de Taiyuan es Bing. Todos los habitantes de esa ciudad la llaman asi. Te sera mas facil decido. Bing es un sobrenombre.

Escribio el ideograma y asenti, como si asi quedara todo claro.

– Aqui ocurre lo mismo -anadio en ingles-. Llamais La Manzana a Nueva York y Frisco a San Francisco.

– Nadie llama asi a San Francisco! -replique, riendo-. La gente que la llama asi es tonta.

– Ahora comprendes lo que quiero decir -dijo mi madre en tono triunfante.

Sonrei. Era cierto, por fin la comprendia. No lo que acababa de decir, sino lo que habia sido verdadero desde el principio.

Vi por que habia estado luchando: era por mi, una nina asustada que huyo mucho tiempo atras hacia un lugar que imaginaba mas seguro. Y oculta en aquel lugar, detras de mis barreras invisibles, sabia lo que habia al otro lado: sus ataques laterales, sus armas secretas, su misteriosa habilidad para descubrir mis puntos mas debiles. Pero en el breve instante en que me asome por encima de las barreras, pude ver por fin lo que realmente habia alli: una anciana con una freidora por armadura, una aguja de hacer punto por espada, grunendo un poco

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