Sera un asunto que deba resolver la ley.

Petrus se estira, deja que le de en la cara todo el resplandor del sol.

– Ya, pero el seguro le dara a usted un coche nuevo.

?Es una pregunta? ?Una declaracion? ?A que juega Petrus?

– No, el seguro no me dara un coche nuevo -explica, y procura no perder la paciencia-. Dando por hecho que no este en bancarrota a estas alturas precisamente por la cantidad de coches robados que hay en este pais, la compania de seguros me dara solo un porcentaje de lo que en su estima pueda ser el valor del coche viejo. Con eso no tendre suficiente para comprar otro nuevo. De todos modos, lo que esta en el aire es una cuestion de principios. No podemos dejar que las companias de seguros impartan justicia. No se dedican a eso.

– Pero tampoco conseguira que ese chico le devuelva el coche. El no puede devolverle el coche. No sabe donde esta su coche. Su coche ha desaparecido. Lo mejor es que se compre uno nuevo con el dinero del seguro, asi tendra coche otra vez.

?Como ha podido ir a parar a este callejon sin salida? Trata de enfocarlo de otro modo.

– Petrus, dejame hacerte una pregunta. ?Ese chico es pariente tuyo?

– ?Por que quiere llevar a ese chico a la policia? -continua Petrus, sin hacer caso de su pregunta-. Todavia es muy joven, no puede meterlo usted en la carcel.

– Si tiene dieciocho anos puede llevarsele a juicio. Si tiene solo dieciseis tambien puede llevarsele a juicio.

– No, no tiene dieciocho.

– ?Como lo sabes? A mi me parece que tiene dieciocho, y puede que tenga mas.

– ?No, lo se de sobra! ?No es mas que un crio, no se le puede meter en la carcel, lo dice la ley, no se puede meter a un joven en la carcel, tiene usted que dejarlo en paz!

Para Petrus, eso parece suficiente para zanjar la discusion. Con pesadez, hinca una rodilla en tierra y se pone a trabajar en el empalme proximo a la llave de salida.

– Petrus, mi hija quiere ser una buena vecina, una buena ciudadana y una buena vecina. Ella adora el Cabo Oriental. Quiere vivir aqui, quiere llevarse bien con todo el mundo. ?Y como va a conseguirlo si esta sujeta a que la ataquen en cualquier momento unos delincuentes que despues podran escaparse sin castigo? ?Tienes que entenderlo!

Petrus se esfuerza por hacer el empalme. En la palma de las manos se le ven grietas profundas, rugosas; emite pequenos grunidos mientras faena; no da muestra alguna de haber oido nada.

– Lucy esta bien segura aqui -anuncia de repente-. Es asi. Puede usted dejarla aqui, que estara sana y salva.

– ?Pero no esta segura, Petrus! ?Salta a la vista que no esta sana y salva! Sabes muy bien lo que sucedio aqui el dia veintiuno.

– Si, se lo que paso. Pero ahora todo esta en orden.

– ?Quien dice que este todo en orden?

– Yo lo digo.

– ?Tu lo dices? ?Tu vas a protegerla?

– Yo voy a protegerla.

– No la protegiste la ultima vez.

Petrus embadurna de grasa la boca de la tuberia.

– Dices que sabes que paso, pero la ultima vez no la protegiste -repite-. Te fuiste y aparecieron esos tres delincuentes, y ahora por lo visto eres amigo de ellos. ?Que conclusion quieres que saque de todo esto?

Nunca ha estado mas cerca de acusar a Petrus, pero ?por que no?

– El chico no es culpable -dice Petrus-. No es un criminal. No es un ladron.

– Yo no estoy hablando solo de un robo. Hubo otro delito, un delito de naturaleza mucho mas grave. Dices que sabes que paso; por lo tanto, seguramente entiendes a que me refiero.

– El no es culpable. Es demasiado joven. No es mas que un error muy grande.

– ?Lo sabes?

– Lo se. -La tuberia queda empalmada. Petrus pasa la abrazadera, la aprieta, se endereza-. Lo se, se lo estoy diciendo. Lo se.

– Lo sabes. Y sabes como sera el futuro. ?Que quieres que te diga a eso? Has hablado. ?Me necesitas para algo mas?

– No, ahora viene lo mas facil, solo tengo que abrir una zanja para meter la tuberia.

A pesar de la confianza que manifiesta Petrus en el sector de las aseguradoras, parece que nadie atiende su reclamacion. Sin coche se siente atrapado en la granja.

Durante una de las tardes que pasa en la clinica se desahoga con Bev Shaw.

– Lucy y yo no nos llevamos bien ultimamente -dice-. Tampoco es que sea algo digno de mencion, supongo. Los padres y los hijos no estan hechos para vivir juntos. En circunstancias normales ya me habria marchado, seguramente habria vuelto a Ciudad del Cabo, pero no puedo dejar a Lucy sola en la granja. Alli no esta a salvo. Estoy tratando de convencerla para que ceda la explotacion a Petrus y se tome un respiro, pero ella no me hace ni caso.

– Hay que dejar en paz a los hijos, David. No puedes vigilar a Lucy siempre.

– A Lucy la deje en paz hace ya mucho tiempo. He sido el menos protector de los padres, pero esta situacion actual es bien distinta. Lucy objetivamente corre peligro. Eso es algo que ya nos han demostrado.

– Todo se arreglara. Petrus la tomara bajo su proteccion.

– ?Petrus? ?Que interes puede tener Petrus en tomarla bajo su proteccion?

– Subestimas a Petrus. Petrus ha trabajado como un esclavo para que a Lucy le fuese bien en el mercado de las flores. Sin Petrus, Lucy no estaria donde esta hoy. No quiero decir que se lo deba todo, pero es mucho lo que le debe.

– Si, puede ser. La cuestion es ?cuanto le debe Petrus a ella?

– Petrus es un buen hombre. Es de fiar.

– ?Fiarse de Petrus? Solo porque tiene barba y fuma en pipa y usa baston te piensas que Petrus es un kaffir a la antigua usanza. Pero no, ni mucho menos. Petrus no es un kaffir a la antigua usanza, y mucho menos un buen hombre. Si quieres que te diga que opino, yo creo que Petrus se muere de ganas de que Lucy se largue cuanto antes. Y si quieres una prueba, basta con tener en cuenta lo que nos paso a Lucy y a mi. Puede que no fuese integramente idea de Petrus, pero no me cabe ninguna duda de que hizo oidos sordos. Desde luego que no nos lo advirtio, y puso todo el cuidado del mundo en no estar por alli cerca.

Su vehemencia sorprende a Bev Shaw.

– Pobre Lucy -murmura-. Lo que habra tenido que sufrir.

– Yo se bien lo que ha sufrido. Yo estaba alli.

Con los ojos como platos, ella se vuelve hacia el.

– Pero si no estabas alli, David. Me lo ha dicho ella. Tu no estabas delante.

No estabas delante. No sabes que sucedio. Se queda desconcertado. ?Donde no estaba, segun Bev Shaw, segun Lucy? ?En la misma habitacion en que los intrusos cometieron sus desmanes? ?Acaso creen que el desconoce que es una violacion? ?Piensan que no ha sufrido el con su hija? ?Podria haber sido testigo de algo mas de lo que la imaginacion le alcanza? ?O acaso creen que, en lo que atane a una violacion, ningun hombre puede estar en el lugar en que se encuentra la mujer? Sea cual fuere la respuesta, se siente ultrajado, ultrajado al verse tratado como un marginado.

Compra un pequeno televisor para sustituir el que les robaron. Por las noches, despues de cenar, Lucy y el se sientan juntos en el sofa a ver las noticias y, si resultan soportables, los programas de entretenimiento.

Es verdad, la visita se ha prolongado demasiado tiempo tanto en su opinion como en la de Lucy. Esta cansado de vivir del contenido de una maleta, cansado de oir a todas horas el crujir de la gravilla en el camino de entrada. Desea poder sentarse de nuevo ante su mesa, dormir en su propia cama. Pero Ciudad del Cabo esta muy lejos, casi en otro pais. A pesar de los consejos de Bev, a pesar de las garantias de Petrus, a pesar de la obstinacion de Lucy, no esta preparado para abandonar a su hija. Es aqui donde vive en la actualidad: en esta epoca, en este

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