– Que tenga un buen dia, senora.
Oi que pasaba una hoja y el tintineo de la pulsera.
Puse el coche en marcha, abandone el aparcamiento del motel y enfile la autopista. Me detuve en el arcen a unos cincuenta metros en direccion norte. Si conocia algo de la naturaleza humana, era que la curiosidad llevaria a Stover a la habitacion de Primrose. E iria inmediatamente.
Cerre el coche, regrese corriendo al desvio de Riverbank, y me adentre en el bosque. Continue avanzando en paralelo al camino de grava hasta que tuve una vista sin obstaculos del motel.
Mi intuicion no me habia enganado. Ralph estaba llegando al bloque cuatro. Miro a derecha e izquierda, abrio la puerta con la llave y se deslizo dentro de la habitacion.
Pasaban los minutos. Cinco. Diez. Mi respiracion recupero el ritmo normal. El cielo se oscurecio y el viento comenzo a soplar con mas fuerza. Por encima de mi cabeza, los pinos se arqueaban e inclinaban como bailarinas en la posicion sur les pointes.
Pense en Primrose. Aunque hacia anos que nos conociamos, era muy poco lo que sabia sobre ella. Se habia casado, divorciado, tenia un hijo en alguna parte. Aparte de eso, su vida era un espacio en blanco. ?Por que? ?Se habia mostrado reticente a compartir su intimidad o yo jamas me habia molestado en preguntar? ?Habia tratado a Primrose como a una de las muchas personas que pasan algun tiempo con nosotros, envian el correo, pasan a limpio los informes, limpian la casa, mientras nosotros perseguimos nuestros intereses, ignorando los de ellos?
Tal vez. Pero conocia a Primrose Hobbs lo bastante bien como para estar segura de una cosa: jamas dejaria voluntariamente un trabajo sin terminar.
Espere. Un relampago surgio de una enorme nube, iluminandola como con un millon de vatios. El trueno hizo temblar la tierra. La tormenta no se haria esperar.
Finalmente, Stover salio de la habitacion, cerro la puerta con llave y probo el pomo un par de veces. Luego se apresuro a regresar a la oficina. Cuando estuvo seguro en su interior, comence a avanzar haciendo eses. Mantenia la distancia y utilizaba los arboles para ocultarme. La parte trasera del motel se extendia delante de mi a un lado, el rio al otro, el bosque entre ambos. Avance entre los arboles hasta un punto que calcule que se encontraba al otro lado del bloque cuatro, luego me detuve para escuchar.
Agua cayendo sobre las piedras. Las ramas agitadas por el viento. El pitido de un tren. Los latidos de mi corazon retumbaron en mi pecho. Un trueno, mas fuerte. Mas rapido.
Me arrastre hasta el borde de la linea de arboles y eche un vistazo.
Una hilera de porches de madera salia de la parte posterior del motel, cada uno con un numero negro de hierro forjado colgado de la barandilla. Mis instintos habian acertado otra vez. Apenas dos metros de hierba me separaban del bloque cuatro.
Respire profundamente, salve esa breve distancia y subi de dos en dos los cuatro escalones. Atravese el porche y tire de la puerta con mosquitera. Se abrio con un crujido chirriante. El viento habia cesado de golpe y el sonido parecio romper el aire cargado de tormenta. Me quede inmovil.
Silencio.
Mientras me deslizaba entre la puerta con mosquitera y la puerta interior, me incline y atisbe a traves del cristal. Un tejido de plastico verde y blanco me bloqueaba la vision. Probe el tirador. Nada.
Cerre con cuidado la puerta con mosquitera, me acerque a la ventana y volvi a intentarlo. Mas plastico.
Vi que habia un pequeno espacio donde el borde inferior se unia al alfeizar, apoye las palmas en el marco de la ventana e hice fuerza hacia arriba. Los dedos se me llenaron de pequenas manchas blancas.
Aumente la presion y la ventana se levanto un par de centimetros con un chirrido. Me quede inmovil otra vez. Sono una alarma en mi mente, ya veia a Ralph corriendo desde la oficina con una Smith amp; Wesson en la mano.
Gire las palmas hacia arriba e introduje los dedos en la abertura.
Lo que estaba haciendo era ilegal. Lo sabia. Irrumpir por la fuerza en la habitacion de Primrose era lo peor en mi situacion actual. Pero necesitaba asegurarme de que estaba bien. Si al final resultaba que no lo estaba, queria estar segura de que habia hecho todo lo posible por ayudarla.
Y, para ser sincera, necesitaba hacer esto para mi misma. Tenia que descubrir que habia pasado con ese pie. Debia localizar a Primrose y demostrar a ese punado de hombres que estaban equivocados.
Separe los pies y empuje. La ventana se abrio unos centimetros mas.
Oi las primeras gotas que caian sobre el suelo de madera del porche. Las manchas del tamano de una moneda se multiplicaron y se unieron alrededor de mis botas.
Consegui abrir la ventana otro par de centimetros.
Fue entonces cuando se desato la tormenta. El cielo se lleno de relampagos, los truenos estremecieron la tierra y la lluvia comenzo a caer de forma torrencial, convirtiendo el porche en una pista de patinaje.
Me aparte de la ventana y aprete el cuerpo contra la pared, para protegerme del agua que caia del voladizo. En pocos segundos el agua me empapo el pelo y comenzo a gotear de las orejas y la nariz. La ropa moldeaba mi cuerpo como papel mache sobre una estructura de alambre.
Millones de gotas formaban una cascada desde el techo y el porche. Caian sobre el prado, se encontraban y formaban canales entre la hierba. En el canal del tejado que habia encima de mi cabeza se formo un rio. El viento pegaba hojas a la pared y a mis piernas, a otras las enviaba dando vueltas sobre el suelo empapado. Traia el aroma de la tierra y de la madera mojadas, de innumerables criaturas acurrucadas en nidos y madrigueras.
Temblando, espere ahi fuera, la espalda pegada a la pared, las manos debajo de las axilas. Observe como las gotas ensartaban una tela de arana y luego doblaban las fibras. Su ocupante, un pequeno manojo marron en un filamento exterior, tambien las miraba.
Nacian islas aqui y alla. Las placas continentales se movian. Un monton de especies desaparecian del planeta para siempre.
De pronto comenzo a sonar el movil y casi me hace saltar del porche.
Lo conecte.
– ?Sin comentarios! -grite, imaginando que se trataba de otro periodista.
Un relampago ilumino las copas de los arboles. Otro trueno rompio el aire.
– ?Donde diablos esta? -pregunto Lucy Crowe.
– Me sorprendio la tormenta.
– ?Esta al aire libre?
– ?Ha vuelto a Bryson City?
– No, aun estoy en el lago Fontana. ?Quiere llamarme cuando se haya puesto a cubierto?
– Eso tardara un buen rato.
No tenia intencion de decirle por que.
Crowe hablo con alguien y luego conmigo.
– Me temo que tengo mas malas noticias para usted.
Oia voces de fondo y luego el chisporroteo estatico de una radio policial.
– Parece que hemos encontrado a Primrose Hobbs.
Capitulo 20
Mientras yo estaba reunida con nuestro querido vicegobernador y sus amigos, los propietarios de un pequeno puerto deportivo, encontraban un cadaver.
Como de costumbre desde hacia anos, Glenn e Irene Boynton se levantaron al amanecer y comenzaron con las tareas de la manana, alquilaban equipos, vendian cebos, llenaban las neveras con hielo, bocadillos y latas de bebidas. Cuando Irene fue a inspeccionar una embarcacion que habia regresado tarde el dia anterior, una extrana ondulacion en la superficie del agua la llevo hasta el extremo del muelle. La mujer se quedo aterrorizada cuando